Capítulo 39 "A Nova Vida"

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-¿Estas segura de lo que estamos haciendo?- preguntó tomandola de la mano mientras subían al coche.

-Si- ella no dudó por nada.

Finalmente estaban yéndose, Hermione no tenía razones para quedarse si su mundo estaba con Draco. La noche anterior habían planeado todo, ella tomó una pequeña bolsa con ropa para tres días y eso fue todo, Draco dijo que no era necesario, que con él no le haría falta nada. Era impactante descubrir lo egoista que era, al dejar a sus seres queridos por solo una persona, pero tenía que ser así. De todas formas le estaba haciendo un favor a Elena que ahora tendría el camino libre con Theo, Theo... jamás había estado en sus planes lastimarlo ni jugar con él de esa forma, pero no tenía el tiempo para sentarse a explicarle todo. Ojalá algún día pudieran perdonarla, de todas formas esperaba no irse para siempre, solo necesitaba su tiempo con Draco, después podía regresar a dar explicaciones detalladas.
Ginny había recibido una carta esa misma mañana bajo su puerta, claro que ella estaba durmiendo cuando Hermione dejó la casa y no pudo leerla hasta que ella ya estaba lejos.
Al rededor de las 10 am todos sabían que Hermione se había ido de la casa, pero no había explicaciones del porqué y todos estaban preocupados.
Pero nada importaba, no mientras sostenía la mano de Draco mientras el auto corría a toda prisa por la autopista vacía. Estaban de camino a la casa de campo en París, aquella donde habían tenido dos hermosos días para ellos solos. Haber tomado un avión estaba fuera de las posibilidades ya que no habían vuelos disponibles y no querían esperar más. Les tomaría más tiempo llegar pero lo harían tarde o temprano.
Entre más lejos estaban mas tranquila se sentía Hermione, ya no había razón para tener miedo, ya no iba a ver a Sirius Black jamás. Durante las horas sentada en el coche la idea de decirle o no a Draco sobre lo de Sirius la estaba atormentando. Confiaba plenamente en él, pero le asustaba pensar que la vería diferente si se enteraba o que reaccionara mal. Decidió que era mejor guardarselo por un tiempo, iba a disfrutarlo tanto como pudiera y después tal vez le diría.

Las ojeras de Hermione habían disminuido notablemente, su apetito había vuelto y sus mejillas no dejaban de estar rojas cada dos segundos. Y todo era gracias a Draco.

Hermione abrió los ojos después de haberse quedado dormida del lado del copiloto. Draco seguía concentrado en su camino y le regaló una sonrisa fugaz antes de volver a ver la carretera.

-No puedo creer que estamos haciendo esto- dijo Draco.

-Es lo correcto- él asintió y no dijo nada más.

Durante el tiempo restante ella observó su hermoso perfil, sus ojos seguían grises y se preguntó cuando sería la próxima vez que los vería de color dorado otra vez. Incluso eso la ponía nerviosa, sabía que tenía que hacer que Draco bebiera su sangre de nuevo o seguiría igual de mal, pero ella no estaba segura de estar lista para dar un paso tan grande. Los recuerdos de lo que le había pasado eran escasos, por suerte, pero eso no quitaba que tuviera miedo de que la tocaran en ese sentido.

Los arboles gigantes y las mansiones alejadas empezaban a aparecer en el camino, eso indicaba que cada vez estaban más cerca. Y no se equivocaba, Draco giró en una curva y cinco minutos mas tarde estaban frente a aquella preciosa casa de campo.
-No puedo creer que estamos aquí de nuevo- dijo ella con una gran sonrísa.

-Me alegra que estamos los dos aquí- tomó su mano y la besó en los nudillos -vamos adentro, te debes estar muriendo de frío- dijo mirando la ropa tan ligera que llevaba puesta.
Hermione se bajó del coche y todo su cabello voló con el viento helado, aquel aroma del bosque le encantaba. Draco bajó el casi nulo equipaje y la llevó adentro de la mano. Todo estaba igual que antes, parecía que ninguna persona había estado ahí después de ellos. Lo primero que hicieron fue encender la calefacción porque hacía un frío aterrador.
Hermione caminó a una gran ventana para abrir la cortina y ver el hermoso paisaje de afuera. Unas manos se envolvieron en cintura desde atrás y ella trató de acomodarse entre aquellos brazos.

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