Ambos entraron al reconfortante calor de la mansión, Draco se veía bastante irritado, quería pasar más tiempo con Hermione y esto solo le estaba quitando ese preciado tiempo.
-Voy a recibir a estas personas, ¿por qué no me esperas en la biblioteca?--Si estas ocupado puedo irme...-
-No quiero que te vayas aún- Hermione suspira, tampoco quería irse.
-Entonces ve, estaré en la biblioteca- ella se pone de puntitas y le da un pequeño beso en la mejilla.
-Prometo no tardar- Draco sonrió con aquél beso.
La observó caminar por el pasillo, ella no dejaba de girar a verlo, el hipnotizado por la danza de aquellos pies moviendose sobre el piso, parecía que ella flotaba de lo feliz que iba. El rubio sacudió su cabeza tratando de pensar por un momento en negocios.
Hermione llegó a la biblioteca, por un segundo pensó en tirarse en uno de los cómodos sillones a leer cualquier cosa en lo que Draco regresaba, pero entonces recordó aquello que tan intrigada la tenía.
Luna le dijo que solo en bibliotecas con libros antiguos podría encontrar algo de los Zeldas o de los sagrados 28. Se seguró que no viniera nadie y subio las escaleras de la segunda sección de la gigante biblioteca.
Su primera opción era revisar aquel estante en el que Draco estaba cuando lanzó el libro, seguro que habría ahí algo similar. Se tardó buscando algo que pudiera servirle y nada aparecía, tenía miles de estantes por revisar, pero tampoco tenía tanto tiempo. Los únicos libros que no había revisado estaban en la parte de arriba, tomó uno de los bancos de madera y se subió en el para poder llegar al final del estante.
Sus ojos se abrieron como platos cuando vio un pequeño libro lleno de polvo, estaba escondido en la parte de atrás con toda la intención alguien debió meterlo ahí para que no fuese encontrado.
Hermione tomó el libro, estaba cubierto de polvo y había una tira que lo cubría en forma de moño para no ser abierto.Limpió un poco la portada con sus dedos, se veía extremadamente viejo y en ua esquina tenia las iniciales "D.B"
Levantó un poco el libro y una hoja cayó al suelo como una pluma.
Parecía una hoja arrancada de algún libro. En el encabezado decía "Los sagrados 28" y había una lista de nombres, apellidos más bien. Hermione pasó sus ojos por todos aquellos nombres, algunos estaban tachados, algunos de los apellidos los conocía del otro libro que había leído, el de los Zeldas.Hermione se llevó una mano a la boca cuándo encontró aquello que de alguna forma sabía que iba a encontrar.
En la lista estaba el apellido "Malfoy", eran una de las familias pertenecientes a los sagrados 28.
Pero si todo era ficción como podría estar ese apellido escrito en un libro tan antiguo. Siguió bajando por la lista y otro le llamó la atención "Nott". Hermione estaba atónita, eran simples nombres escritos, pero sabía que la situación no era tan simple, había historia tras aquello, y estaba casi segura que así encontraría la respuesta que buscaba sobre lo que Draco era.Giró la hoja y atras en una esquina se leía "Los sangre Zelda" y de nuevo estaba la lista, la misma lista de nombres. "Zelda" "Sagrados 28" ya había mucha coincidencia con todo. La castaña se moría por abrir aquel libro que tenía en sus manos, pero Draco podía llegar en cualquier momento. Se sentía mal por hacer aquello, pero sabía que iba a devolver cada libro, además Draco dijo "toma todo lo que te sirva" y eso estaba haciendo, se dijo a si misma.
Metió el libro en su abrigo, era tan delgado que ni se notaba. Regreso el banco a su lugar y trató de que no se viera que había estado jugueteando por ahí.Bajó las escaleras y buscó un libro que leer en lo que llegaba Draco, no quería que la encontrara leyendo aquello que posiblemente iba a sacar a Hermione de toda duda. Mientras se movia alrededor de la biblioteca escuchó unos pasos en el pasillo, seguro era Draco, ella caminó tras los estantes para poder ver cuando entrara, pero la persona que atravesó las puertas no era Draco.
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Destinado A Ti
FanfictionAquellos ojos lo volvían loco, tenía frente a él a la mujer más hermosa que había visto, y era suya. No podía detener aquel instinto que lastimaba tanto a Hermione, no podía ni parar de tocar su cuerpo entregado a él mientras la hacía suya, veía la...