Capítulo 40 "Te quiero"

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Las manos de Draco la mantenían demasiado cerca de él, su beso ya no se sentía para nada tierno, algo se había encendido y a esas alturas era imposible apagarlo. Hermione hizo puños entre el cabello rubio y cerro los ojos disfrutando de la interaccion entre sus bocas.
Draco la guió adentro sin dejar de besarla, ella retrocedió obediente. Ella sabía lo que venía, y no tenía intenciones de detenerlo, pero no quería dejar que el viera las raspaduras que tenía por todos lados, sabía que iba a preguntarle que había pasado si las veía, pero no podía despegarse de él.
Cuando llegaron a la cama, Hermione apagó la lampara y dejó la habitación a oscuras, quizás sin tanta luz él no se daría cuenta de lo dañado que estaba su cuerpo. Draco parecía tan entretenido que no replicó por la nueva oscuridad.
-Te necesito- jadeó dejando la boca de Hermione para quitarle la estorbosa bata de baño. Le dedicó una mirada lenta a todo su cuerpo y se dejó caer sentado en la cama mietras ella seguía de pie frente a él. La atrajó de nuevo por la cintura y no despegó sus ojos de ella mientras bajaba sus manos hasta su trasero, tocando pausadamente y bajando más lento por sus piernas. Draco la miraba y le dolía verla tan delgada, todo por culpa de él, pero en ese momento todo lo que quería era hacerla olvidarse de lo malo, tenerla como no la había tenido desde hace tanto y aunque no quería morderla, ya no aguantaba mas la tortura. Hermione llevó sus manos al borde de la sudadera que estaba usando el rubio y tiró de ella hacia arriba. Su pecho quedo al descubierto, dejando ver su bien trabajado abdomen. Ella pasó sus dedos con cuidado de no perderse ni un centímetro de piel, quería mantenerse enfocada solo en él y no pensar en nada más que pudiera lastimarla. Draco se mantuvo quieto mientras sentía el toque de Hermione por todo su torso, en ningún momento la soltó de la cintura.
Con ayuda de sus grandes manos la subió sobre él, quedando con una pierna de cada lado y su pecho justo a la altura de la boca del rubio. Ella se sentó sobre él con cuidado y pudo sentir el bulto que crecía debajo de ella y rozaba con su ropa interior. Los besos pasaron al cuello de la castaña, disfrutando como se le herizaba la piel con su toque él continuó hasta hacerla jadear. Llevaba mucho en esa posición y su ropa interior le empezaba a estorbar. De un solo tirón desabrochó su sostén, pero éste no cayó de inmediato porque ella lo detuvo. Para Hermione era como hacerlo por primera vez, aunque el no lo supiera.

-No te cubras, dejame verte por favor- dijo él levantando su cara por el mentón.
Hermione apartó su vista y aunque no se podía ver por la oscuridad, estaba roja de las mejillas. Draco le tomó las manos y las apartó con cariño haciendo que el sostén de encaje cayera al suelo dejando sus senos desnudos.
-Eres hermosa- le dijo dandole un beso. Hermione apretó su agarre en el cabello de Draco cuando sintió como le tocaba el relieve de su pecho, pero su histeria fue reemplazada por un creciente placer y humedad en su entrepierna al sentir como el jugaba con sus pezones.

La levantó en sus brazos y la dejó caer sobre el colchón con suavidad. Hermione hizo el intento de cubrirse de nuevo pero él apartó sus manos de inmediato. Solo estaba cubierta por sus pequeñas bragas mientras él tenía toda la parte de abajo cubierta. Draco se subió sobre ella, pasó su lengua por uno de los ya duros pezones rosados y Hermione soltó un jadeo. Él sonrió satisfecho y volvió a hacer lo mismo mientras que con la otra mano jugaba con el otro pecho.
Con su lengua dibujó una linea desde sus pechos hasta su ombligo haciendola temblar debajo de él. Ella no le soltaba el cabello para nada.
Quizás en otro momento Draco habría dedicado todo el tiempo del mundo para darle el placer que se merecía, pero se estaba volviendo loco, la necesitaba con urgencia. Se bajó de la cama y le quitó la unica prenda que la cubría, ahora sí estaba totalmente desnuda. Hermione apartó su mirada mientras él se bajaba los pantalones junto con sus boxers y dejaba a la vista su erección tan grande.

De nuevo subio a la cama sobre ella, podía sentir como su miembro rozaba con su vientre, tan duro e hinchado. Él llevó su dedo del medio a la intimidad de Hermione, mientras ella se retorcía el se deleitaba moviendo en círculos su punzante clítoris. Draco estaba sobre excitado con los gemidos que ella soltaba en su oído, cada vez más fuertes. No se pudo resistir, no tenía tiempo para juegos.

Se incorporó un poco y tomó su miembro para acomodarlo en su entrada, ella se mordió el labio mientras él jugaba con ella, pasaba la punta por toda la linea de ahí abajo, haciéndola esperar por lo que ambos deseaban. Cuando se cansó de eso, se introdujo con cuidado en ella, poco a poco, como si supiera que debía ser así, lento. Hermione se aferró a su espalda mientras él la llenaba una y otra vez, estaban haciendo el amor y no había prisas.
Ella le tomó la cara, necesitaba verlo, saber que era él y no había porque tener miedo. Draco la miró de repente y sus ojos ya no eran grises, se habían convertido en un dorado intenso con un toque de rojo. Ella sabía que estaba pasando, y no le preocupaba ni le asustaba, sus colmillos eran filosos y sus uñas se clavaban en las caderas de Hermione con cierta fuerza, pero no importaba. 

-Te quiero- susurró él totalmente transformado.

-Te quiero- repitió ella y miró arriba para darle acceso a su cuello, ella era toda para él, quería que lo supiera. Entonces aquel dolor tan conocido la inundó, las embestidas empezaron a ser mas fuertes cuando le enterró los dientes abriendo su delicada piel. Ella se tapó la boca para no gritar, en medio de su orgasmo él continuaba bebiendo su sangre. Era la vez que más había tardado haciendolo, pero ella lo entendía.
Cuando Draco le dejó el cuello pasó su lengua para limpiar cualquier rastro de sangre, no quería contaminar a Hermione así, pero a ella no le importó, lo besó de todos modos.
Sus frentes se pegaron y unas cuantas embestidas más fueron necesarias para que Draco llegará al orgasmo también.

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