Capítulo 26 "Mi Hermione"

1.4K 106 0
                                    

-Si no estamos van a...-

-No me importa- dijo Draco comiéndole la boca de nuevo -te necesito- esta vez era diferente, parecía que ella no tendría que tratar de convencerlo de nada, él se veía totalmente dispuesto a todo y ella había estado buscando justo eso, que él se dejara llevar y disfrutara finalmente de hacer el amor. Pero no sabía si era el lugar correcto para eso, habían invitados y empleados moviendose por toda la casa, Albus y los padres de Draco incluidos.

Después de una larga mirada al rubio, no necesitó pensarlo más. Draco realmente la necesitaba, aquella mirada la estaba volviendo loca.
Colocó sus manos en el cuello de Draco y se acercó aún más a él como si se pudiera.
Las manos de Draco se encargaban de recorrer las curvas de Hermione con mucho cuidado, sin perderse ni un centímetro.
-Toda la maldita noche te la has pasado provocandome- quita un botón del vestido y ella jadea.
-Primero apareces con este vestido- quita otro botón.
-Luego me dejas tocarte en medio de la cena- Hermione quería replicar, pero estaba ocupada buscando como respirar.
-Te has portado mal, amor- quita el último botón y la parte de enfrente del vestido queda abierta dejando ver el hermoso bralette de encaje transparente que llevaba la castaña.
-Mierda- susurró el rubio perdido en la magnifica vista de sus pechos detrás de aquella tela transparente.

Sus dos pulgares acariciaron los pezones ya duros de Hermione, ella a penas podía seguir de pie, un gigante calor crecía entre sus piernas y no sabía cuanto podría aguantar.

-Yo no te dejé tocarme durante la cena- replicó ella finalmente -tu...- la calló con su dedo.

Draco tomó a Hermione en sus brazos por cada pierna y la sentó sobre el escritorio frio. Con una mano la hizo estar más cerca del borde para poder tener mejor acceso a ella. Antes de atacar su cuello, le dirigió una mirada traviesa, cuando se cansó de besar el cuello de la castaña se pasó a lamer aquellos rosados pezones por sobre la tela. Hermione se mordia la lengua para no hacer ruido, no quería que nadie los escuchara.

Hermione tembló al sentir la mano de Draco buscando sus bragas, cuando finalmente las encontró se deshizo de ellas con facilidad.

-¡Ay dios!- mete un dedo dentro de ella.

-Tan mojada para mi- dijo llevando el dedo que había metido en Hermione a su boca. Ella miró aquello con la boca abierta. Draco regresó a jugar con la intimidad de Hermione mientras ella se retórcia sobre aquel escritorio de placer. Se guardaba tantos gemidos que ya no podía más.

-Draco- lloriqueó ella cuando sintió que no podía más. Él entendió aquello de inmediato y aumento el ritmo con el que movía sus dedos, con su otra mano sacó ambos senos del bralette y quedaron expuestos para él.
Hermione dejó caer su espalda temblando al sentir su orgasmo llegar, el rubio no podía estar más satisfecho de verla deshacerse por él. Se inclinó sobre ella en el escrirorio y la besó en los labios.

-Veremos si con esto aprendes a no provocarme en publico- Hermione tenía la boca seca, Draco parecía estar disfrutando todo aquello más de lo normal y eso la volvía loca.
La ayudó a ponerse de pie y la giró quedando de frente al escritorio y de espaldas a él.
Enganchó sus dedos en la falda del vestido y lo subió dejando a Hermione desnuda de la cadera hacia abajo y aún con el pecho de fuera. Colocó una de las piernas de Hermione sobre el escritorio, dejando la otra abajo y su trasero a la merced del rubio. Con suavidad hizo que se recostara de nuevo en el escritorio, sus pezones rozando la fría madera.

Sin avisó sintió un azote en el trasero, el dolor era extraño, aún temblaba por su orgasmo y solo podía pensar en eso.
-Dra-draco- tartamudeo ella.

-¿Mmm?- dijo mientras se ponía de rodillas.

-Mi...nuestros padres...mmm...están aquí- Draco resopla a proposito frente a la entrada de Hermione. Él de rodillas con su culo de frente y ella temblando pegada al escritorio.
-Van a...- El rubio da un lengüetazo por toda la linea, desde su clítoris hasta su trasero, la castaña toma con fuerza el filo del escrirorio para evitar gritar.
Después de jugar un poco más con ella, finalmente se pone de pie detrás de ella.

Destinado A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora