Las nubes negras cubren la noche estrellada que se muestra ante sus cabezas. Una lluvia infernal choca contra el pavimento, mojando todo a su paso, sin dejar ninguna huella.
Los caballos del establo relinchan al notar una presencia maligna a sus costados, una pena que nadie esté ahí para verlo. Unas sombras se mueven entre los árboles, penetrando en el oscuro y deprimente bosque que se alza ante el palacio real. Han cruzado la línea que separa sus territorios, tienen una misión y esta es la noche perfecta para llevarla a cabo.
Suena otro relincho en el sombrío lugar, causando la desesperación de uno de sus acompañantes.-Como no se calle nos van a ver -susurra Ni-ki, mostrando sus colmillos.
La voz de este es grave, más profunda que el océano y más fría que el mismísimo Polo Norte. Cualquiera que lo viese podría decir que se ve encantador y que es un niño adorable, pero a sus doscientos catorce años, Nishimura ha matado y estrangulado a más personas de las que pudiese haber conocido.
-Estate quieto. Tenemos órdenes que deben ser cumplidas.
Los dos siguen adelante por el bosque, sin queja ninguna. En pocos segundos, los muchachos notan todas las vidas que comprende toda esa extensión de terreno. Sus olfatos pueden sentir el bombeo de unos ciervos merodeando por la orilla de un río cercano. Los animales se frenan y ellos siguen su camino, vigilando sus espaldas.
El mayor de los dos mira la carta que le había dado su amigo antes de salir de la corte y sonríe, están en el sitio exacto en el momento indicado.-Hemos llegado -pronuncia, sacándole una risa al japonés.
No tienen que esperar mucho para que los demás se reúnan con ellos en la oscuridad del lugar. Todos llegan sanos y salvos, ningún humano ha sido sacrificado en vano, pero falta su líder, el príncipe que dentro de poco podrá gobernar a sus anchas y sentir todo el poder que conlleva ser el vampiro más poderoso hasta el momento.
-Vaya... habéis tardado -una voz calmada retumba en la cabeza de los chicos, llamando su atención.
La persona que acababa de hablar había estado esperando a sus amigos en la copa de ese árbol por bastante tiempo. Lleva preparando este plan desde que tiene uso de razón, ahora que tiene el apoyo suficiente, CRAVITY también le pertenecerá.
-Sunghoon, por la sangre del conde, ¿puedes ir al grano? Estaba en el mejor periodo de mi investigación -protesta Jake, un chico de cabello moreno y con hombros anchos, también conocido como el mejor amigo del príncipe.
-Oh, venga, venga. ¿Por qué tantas prisas? Ya sabemos porqué estamos aquí -les aclara el alto.
Su piel blanca como la nieve le da un aspecto fúnebre, al igual que sus largas piernas. Con su cuerpo esbelto ha embelesado a más de doscientas mujeres, y su voz cálida como el sol en verano produce escalofríos a cualquiera que lo escuche por primera vez.
-Venimos a por la reina. Hoy... -crea un pequeño corte al hablar, deslizando sus manos por la corteza del árbol antes nombrado-. Hoy es ese magnífico evento que tanto les gusta a los humanos.
-¿Navidad? -pregunta Sunoo, un chico de mofletes regordetes y pelo negro, pero no hasta los extremos de su amigo.
-¿Qué? ¡No, murciélago sin alas! -a ninguno le extraña que su querido príncipe utilice metáforas, pero sí les extraña lo serio que es con cada idea disparatada que tiene-. Es el baile de máscaras, se celebra una semana después al nombramiento de su nuevo líder. Llevamos esperando cuarenta y dos años a que esto volviese a suceder.
-¿Y crees que nos dejarán entrar así porque sí por la puerta?
-Como os he dicho en la carta, camaradas, tengo un plan.
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𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||
VampireEl reino de los vampiros está a punto de cambiar de rey. Sunghoon, el príncipe, decide mostrarle su valía a su padre raptando a la reina de CRAVITY. En su cabeza el plan se veía maravilloso, con todo el apoyo necesario, pero el chico no contaba con...