𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 12

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Sube los peldaños hasta llegar a la torre donde se encontraba horas atrás, cerrando como puede la puerta. Está pálida, tuvo demasiado canguelo al observar como el chico a su lado se comía la carne sin ningún cuidado, horrorizándola. Podría haber sido ella, podría haber sido devorada por todos esos vampiros en cuestión de segundos. Como no ha desayunado no puede devolver gran cosa, pero las náuseas siguen presentes hasta cuando se sienta en la cama para relajarse. Han sido tantas cosas en tan poco tiempo que no puede más.
Se quita sus bailarinas, tirándose de golpe en la almohada. Sus ganas de llorar son fuertes, lloraría toda la noche si eso le fuese posible. Lleva guardándose el miedo todo el día, no puede aguantarlo más. Se cubre con todas las sábanas que le proporcionaron y se tapa hasta la cabeza, evitando cualquier rayo de luz que pueda entrar por esa ventana. Alguien llama a la puerta, pero se niega a levantarse, aprieta con más fuerzas las mantas y llora desconsoladamente por el final que le espera.

-Yuna, soy Heesung. ¿Podrías abrir...? -el chico tiene recostada su cabeza en la puerta para poder oírla.

La había visto correr escaleras arriba cuando salió del comedor. Esperó unos segundos y la siguió. Ha sentido cómo llora bajo las cubiertas, claramente está preocupado, sabe cómo es Sunghoon, cualquier cosa podría haberla acobardado.

-¡Vete, no quiero saber nada de vosotros! -grita con todas sus fuerzas, haciendo que Lee se sobresalte y se aparte de la entrada.

-Pero... -trata de entrar y calmar a la humana, pero esta se lo complica-. Por favor...

-¡Heesung, no! -se levanta de la cama y coge un libro del escritorio, lanzándolo hacia la voz proveniente de fuera-. ¡No quiero estar aquí, matadme ya!

El chico se lleva su mano derecha al torso, apretándola con todas sus fuerzas. Vivió esta experiencia hace mucho, y sufrió demasiado. Recordarlo le hace hipar, derrama lágrimas que chocan contra la piedra. Adolece de los sentimientos de sus amigos, no soporta verlos destrozados. Ahora ver a la reina también le duele, pensaba que podría cambiar su punto de vista de ellos, pero se engañó a sí mismo.

-Lo siento...

Se va del lugar rápido, confundiendo a Yuna. Ésta acerca su oreja a la puerta pero no escucha nada. Se ha quedado sola otra vez. Pensaba que alguno de ellos se preocuparía de verdad, o que al menos tendrían la dignidad de decirle la verdad, como lo intentó Jay, pero no. Todos inventan cosas a su favor, verla como una muñeca les hace gracia, todo es humor. Las puntas de su pelo dicen lo dañada que está, por dentro y por fuera. Un hombre está haciéndola su juguete y ella se deja. Sigue esperando el día que la arrastre a su dormitorio y le quite la poca cordura que le queda. La utilizará como a todas esas niñas que son violadas día a día por bestias como ellos, dejando que se desangren mientras ellos disfrutan del ahogamiento de estas. Solamente usan sus encantos para conseguir lo que quieren. ¿Si ella se deja, dolerá menos? Ya se está viendo muerta en medio del bosque, en esa caseta donde se atrapó ella misma, sabía cual era su destino desde el principio. Sunghoon sabía lo que quería de ella.
Se deja caer por la puerta abajo, marcando su cara por hacer presión contra esta. Se da grima a ella misma. Va a dejar que unas sombras la manoseen y hagan lo que quieran mientras ella lloriquea porque echa de menos a sus padres.
La madera cruje cuando se sienta en el suelo y enrolla sus brazos en sus rodillas. Hunde su cara entre éstas y sigue imaginando la muerte más dolorosa. Esa sonrisa, ese colmillo que clavó en su cuello le ronda la cabeza, toda su persona lo hace. Park Sunghoon ha acabado con ella en tan sólo dos días. Levanta la cabeza para ver todo a su alrededor, el libro que tiró se rompió. Alarga su brazo hasta pillar las hojas en blanco que son rodeadas por la cubierta de cuero. Las arrastra hasta su posición, no tiene nada para escribir sobre ellas, pero aún así las mantiene a su lado. Hay un hundimiento en el lomo del libro, haciendo que este se doble hacia dentro. No sabe ni cómo controlar su ira, su sufrimiento, su arrepentimiento. Debería haberse quedado en el palacio, podría haber aguantado.
Un toque en la puerta hace que se ponga de pie inmediato, pegando su espalda a esta. No se puede creer que Heesung ha vuelto. Pensaba que le había dejado muy claro que no los quiere ver ni en pintura.

-¡Vete! ¡Te dije que te largases! -exclama furiosa, rasgando sus cuerdas vocales.

-Yuna... soy yo.

La voz de Sunghoon hace que su cabeza vuelva a la tierra, relajando sus músculos. Está tan destrozada por su culpa que al escucharlo vuelve a llorar, pero esta vez más fuerte. Ha lapidado su vida con sus propias manos, ha acabado con toda ella.

-Yo... Heesung me ha dicho que estás mal. No... no era mi intención ponerte incómoda, lo sabes, ¿verdad?

-¿Qué voy a saber si ni siquiera os conozco? Habéis destruido mi vida por completo. Me tenéis actuando por vuestro bien, me tratáis con tanta amabilidad que temo por el momento en el que claves tus caninos en mi cuello y me arranques la yugular -pasa sus manos por su cabeza, despeinándose-. ¿Sabes? Tanto soterramiento me daña, y vosotros queréis que os conozca cuando me estáis ocultando todo.

El vampiro suspira detrás de la pared. La nota quebrada, no puede soportar todo lo que está pasando, y la entiende. Es tan difícil de explicar, no quiere arriesgarse, pero si no lo hace, ¿qué pasará? Sus sentimientos por ella cada día son más grandes. Adora como puede fingir y hacer ver a los demás que está bien cuando realmente no lo está. Quiere ser fuerte, pero no lo es. Siempre ha estado tan protegida que nunca ha tenido que afrontar cosas por ella misma.
Abre la puerta del cuarto, viendo una Yuna llorando sobre las sábanas, intentando taparse. Sus ojos se encuentran a escasos metros. Aún con el pomo en la puerta, se recarga en la pared, mirándola con pena.

-Somos polos opuestos... y quiero que lo entiendas -es lo primero que le dice, cruzándose de brazos, mordiendo sus labios por la impotencia, no puede decirle todo-. Tú y yo tenemos un pasado...

Con tan sólo dos zancadas, Sunghoon se sitúa de rodillas delante de la chica, sosteniendo sus manos con delicadeza. La morena lo mira, pero no con ese sentimiento de miedo o pavor que hubiese tenido días atrás, lo mira con afecto, no sabría decir por qué, pero siente que cuando están solamente ellos dos se comporta como realmente es. Los dos temen por la vida de la joven, ella por su futuro, él por el de los dos. No puede quitarse a la chica de la cabeza y ella desearía no haberlo conocido, aunque ahora sea un momento bonito.
Yuna sigue derramando lágrimas, las cuales caen sobre las manos de los muchachos. Los dos están unidos por las penas de ella, los dos quieren ser felices, aunque alguno de los dos tenga que arriesgar un poco más.

-No lo tenemos... -declara secándose las gotas de agua salada con su puño-. Tú y yo nunca tendremos ni un futuro ni un pasado...

-Ojalá eso no se cumpla... -lo susurra, pero ella es capaz de captarlo a la perfección.

Sunghoon echa el cuerpo de la humana hacia él, atrayéndola para abrazarla. Welliver se deja, cerrando los ojos para simplemente olvidar que es él, disfrutando del calor que proporciona. Se quedan segundos así, hasta que Yuna ve la necesidad para hablar.

-¿Cuándo me matarás? -Park se tensa al oír a la chica.

No puede pretender que no sabía lo que ella estaba pensando, claramente que lo sabía, se lo había dicho Heesung cuando lo vio bajar las escaleras llorando. Quiere que acaben con su sufrimiento. Al principio, ese era el plan, ahora, es un poco más complejo.

-Nunca, no sería capaz -no le miente, realmente quiere permanecer así todo el día-. Quiero... protegerte.

-Eso no es cierto -niega ella con la cabeza-. Entonces dime todo, la verdad, ahora mismo.

Él se separa para mirarla a los ojos. Sus ojos marrones brillan como cristales de tanto llorar, es la imagen más bonita que ha visto en su vida.
Es sincera cuando dice que quiere saber la verdad, no quiere negarse a saber lo que realmente son estas criaturas y la verdad que ocultan.

-Tal vez no puedo obligarte a entenderme, pero sólo te pido que me dejes estar contigo.

-Eres un monstruo...

Un monstruo hecho por tu amor...

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora