𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 36

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Mira sus pequeñas manos mientras recoge tierra con una pala y la mete en un cubo. Una Yuna de cuatro años está jugando a hacer castillos ella sola. Su madre se encuentra a unos pocos metros con un libro en la mano. Tiene una mesa preparada para tomar el té pero son demasiadas tazas para una sola persona.
Elisabeth pasa de página, mientras tanto, fija su vista en su hija. El pelo de Yuna está sujeto en una coleta alta, sus mejillas rosadas y regordetas la hacen ver encantadora.

-¡Eli! -exclama una mujer de pelo oscuro como la noche, el cual le da por la cintura. Su rostro muestra una sonrisa y la verdad, la mujer es muy bella-. Ya hemos llegado.

-¡Evelot! -la humana no duda en levantarse y ayudar a la otra a cruzar la verja para poder pasar la tarde con ella-. Pequeño...

Ahí está otra vez. Yuna clava sus ojos en el pequeño niño que acaba de entrar a su casa. Lleva un flequillo cubriéndole la cara, pero sus ojos rojos oscuros se diferencian a la perfección. El muchacho no vacila y se acerca a la princesa, de aquella lo era.
Se miran unos cuantos minutos y sonríen, estaba esperando su llegada. Nunca se queda con su nombre una vez que el chico se va, pero les encanta jugar juntos.

-Yuna... ¿qué haces? -pregunta Sunghoon arrancando una flor, poniéndola encima de uno de los cuantos castillos de tierra que ha hecho.

-Jugar... -contesta ella mientras vuelve a clavar la pala en el césped.

Park se le queda mirando unos segundos, le parece encantadora. Acerca su cara hasta la oreja de la chica, susurrando algo a su oído. Yuna siente un cosquilleo y se echa hacia atrás.

-¿Qué?

-Sicut decora floribus (Hermosa como todas las demás flores) -repite él con una sonrisa, mirándola.

A Yuna no le da tiempo a responder porque la madre del chico se acerca a ellos. Elisabeth mira como su amiga se acerca a los niños con una sonrisa, debe tener cuidado, puede ser la última vez que los vea.

-Sunghoon, ¿qué tal si la ayudas a hacer más castillos? -dice su madre posando su mano en el hombro del niño. Sus labios rojos son del mismo color que los de la morena, las dos son idénticas, las dos igual de hermosas-. Hola Yuna, ¿cómo estás?

-Muy bien, gracias... -contesta ella encogiendo su cuello, no le gusta la gente mayor.

Evelot sabe lo tímida que es y se aparta sin pronunciar ninguna palabra más, dejando que los dos jueguen. Las dos reinas se sientan bajo la sombra del gran abeto, tomando su té.
Eran buenos tiempos...

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora