𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 3

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Sus brazos le pesan y no siente las piernas. Abre sus ojos lentamente, viendo cómo el primer rayo de luz atraviesa la ventana que se encuentra sobre su cuerpo semiinerte.
Yuna permanece en su sitio, asimilando cada una de las cosas que poco recuerda.
Él la mordió, la persiguió por el bosque y luego la atrapó, chupándole la sangre hasta dejarla con un aspecto fúnebre.
Se toca el cuello, pensando en lo terrible que debió de sentirse en ese momento. Recuerda cómo los brazos de él apretaban sus caderas, clavando sus uñas, y también recuerda que aunque es un monstruo, se veía demasiado atractivo siendo su verdadero él.

-Ya has despertado -ahí se encuentra otra vez, fanfarroneándose de su poder y de lo débil que ella es.

-No... te acerques -pronuncia como puede, todas sus fuerzas se le van por la boca.

-No me acerco, pero tú, no hables -le aconseja Sunghoon, utilizando su velocidad para dejar el desayuno en la cama y volver a la puerta-. Quiero que comas, y también me escuches.

Ella no le contesta, solamente se incorpora, desastrosamente, pero consigue llegar a la bandeja. Por unos minutos, duda si debería tomar la comida o no, pero quedarse medio muerta no es una opción.
Yuna recuerda el miedo que pasó aquella noche. Le abruma el simple hecho de que esa cosa con nombre y apellido la ha besado, ¡y mordido! ¿Cuánto tardará en convertirse?
Cuando Park ve que la reina empieza a comer y sobrelleva el miedo con calma, se acerca a la orilla de la cama. Lo mira con temor, no sabe de lo que es capaz.

-Te aferrabas con todas tus fuerzas a la vida -manifiesta el mayor jugando con el pelo de la muchacha-. ¿Por qué temerle a la muerte en sí cuando me puedes temer a mí?

Se ríe de su propia pregunta y la morena tiembla en su sitio. ¿Cómo alguien tan hermoso puede dar tanto miedo? Lo había leído por alguna parte. La inmensa biblioteca que tiene en casa la ha salvado más de una vez de la ignorancia. Se imagina a su madre riñéndole por la simple razón de pillar libros sobre historias vampíricas, donde relataban muy bien lo letales que estos seres pueden ser en cuestión de segundos. Ella lo ha probado, pero no ha muerto, eso significa que el vampiro necesita algo de ti. En otro tomo, explicaban las razones de los chupa sangre para no dejar a ninguna víctima viva. Si las dejaban vivas estas probablemente desvelarían la verdadera identidad de éstos, y no podían arriesgarse. Así que, haga lo que haga ella ahora, no sobrevivirá.

-No te temo... -murmura la chica echándose hacia atrás.

-¿Ah no? Pensaba que... las nueve puñaladas que me diste eran por puro miedo -lo dice con una sonrisa, sabe que la está traumando, y le gusta.

La está asustando de ella misma, la está manipulando a su merced, la está corrompiendo.

-Yo no he hecho eso -niega lo indiscutible, ella se acuerda perfectamente de que lo hizo.

-Oh sí, sí lo has hecho -contornea la cara de la muchacha con su dedo índice.

Ésta intenta apartarse, pero él la pilla, apretando sus mejillas. Le duele, todo lo que tenga que ver con criaturas es malo, su padre tiene razón, ninguno de ellos debe existir. Todos los años que han estado ocultos entra la sociedad humana ha sido un período terrible. Historias sobre el vampiro que tiene delante han sido contadas a sus espaldas, se las han contado también en secreto y las ha leído, pero por una extraña razón, no se cree que un sujeto como ese tuviese la decencia de quemar una ciudad entera.

-Me haces daño... ¡joder! -maldice la chica intentando empujarlo pero él se niega a separarse de la menor.

¿Siempre será así todo el tiempo que permanezca aquí? Ha intentado matarla, se ha restregado contra ella y ha dejado todo su olor. ¿Qué pesadilla es esta?

-La verdad, me sigues apeteciendo... -olfatea el cuerpo de Yuna.

-Sunghoon...

El vampiro se detiene. Piensa en los borrosos recuerdos que tiene de ella llamándolo, pero no logra disipar sus dudas.
La reina se queda confusa pero aliviada, podría haberla asesinado. Se aparta de la cama con prisa. Hace mucho que no escuchaba su débil voz nombrándolo. Anécdotas invaden su mente y no sabe qué hacer.

-Acábate todo, no salgas hasta que te sientas mejor.

Yuna no se mueve de su lugar cuando el pelinegro sale, se queda de piedra. ¿Qué tiene ella que lo asuste?
Es una humana normal, una humana que siempre ha estado en el reino, nunca ha salido de él.
La morena se toma lo que deben ser gachas, y cuando termina, observa el amanecer, aún los cálidos rayos del Sol no han cubierto todo.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora