𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 50

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Minhee camina en círculos, observando como el sol se mete entre las montañas, falta poco para que la armada se despliegue. Remi y Donmyeong están sentadas a cada lado de la cama, cuidando a Yuna. Llevan días sin poder ver a su amiga, desesperadas por no verla. Pensaron que era su fin, que jamás volvería a ellas.

-¿Creéis que querrá casarse conmigo? -pregunta el muchacho mirando el balcón, ¿cómo se debió sentir ella en esa ocasión?

-Obvio -responden las dos mirando al hijo del caballero real.

No lo tienen tan claro. Antes de que Welliver se fuese ya sabían que no lo amaba, nunca ha amado a alguien, es imposible que quiera casarse con él.

-No -alguien debajo del marco de la puerta se adentra en la habitación-. Está enamorada de Sunghoon.

-Elisabeth...

Los tres jóvenes miran a la mujer atónitos. Nunca pensaron que ella pudiese esconder tantas cosas. Ha ocultado toda su vida por años, nadie podría decir quién es.

-¿El vampiro? -lagrimea Kang mirando a la rubia que está delante de ellos-. ¿Por qué?

-Porque yo empecé esto -aclara acercándose hasta su hija, nunca debió mentirle-. Olvidaros de lo que habéis oído sobre los chupa sangre, son iguales a nosotros.

Remi se arrima hasta la mujer, agarrándola por el brazo. Intercambian miradas, va en serio. Esa mujer ha escondido la verdad todos estos años para salvar a su hija, a pesar de la desgracia que se viene.

-Hay que frenar a mi marido, no puede matar a Sunghoon.

-¿Me estás diciendo que tengo que olvidarme de Yuna? -cuestiona Minhee roto, destrozado por dentro.

Él ha sido su mejor amigo por muchos años, a pesar de que nunca la han dejado salir del palacio hizo lo posible por poder divertirla y llegar a quererla, pero supone que no fue lo suficiente.

-Lo siento, muchacho.

Donmyeong se acerca hasta la baranda de fuera, observando el horizonte, no puede aguantar todo esto.

-Tenemos que ayudarla -contesta la amiga de la reina mirando al prometido-. Si ella quiere a ese hombre necesitamos ayudarla.

-¿Tú piensas, Remi? ¿¡Cómo vamos a dejar a un vampiro en las manos de Yuna!? -grita el muchacho dejando caer su peso en el tocador de la morena.

-Comprendo tu postura, Minhee -apoya Elisabeth su palma en la cabeza de su hija, acariciándola-, pero ella nos necesita.

Kang bufa, nu puede confiar en ellos. Ha estado tiempo enamorado de ella, no quiere dejarla ir. Comprende que Yuna ha vivido cosas en un mes que él no entenderá nunca. No puede obligarla a amarlo y si realmente la quiere, tendrá que dejarla ir.
El chico asiente, haciendo que las dos mujeres sonrían, pero Dongmyeong no comparte la misma alegría.

-¡Han empezado! ¡Se dirigen hacia el reino de los vampiros! -grita la joven, despertando a su amiga.

-¿Mamá? -susurra Yuna analizando la escena, ha vuelto a casa-. ¿Estoy soñando?

No puede creer que todo esto esté pasando, en serio Sunghoon va a luchar por ella, una guerra por culpa de todo lo que ha pasado y tendrá que pasar. Prometieron quererse hasta el infinito, ahora no pueden fallarse.

-Larga historia, princesa -comenta Minhee ayudándola a levantarse-. Tenemos que salvar a tu novio.

A Welliver se le cristalizan los ojos al oír al chico decir eso, nunca pretendió hacerle daño.

-¡Remi, corre al bosque! -exclama Elisabeth pasándole una mochila-. Hasta que no encuentres un vampiro no te atrevas a volver.

-¿Por qué yo? -pregunta la chica de pelo corto abrazando a la reina, la ha echado de menos.

-Hazme caso, jovencita.

Las tres mujeres salen corriendo de la habitación, dejando a Minhee y a Yuna solos. No puede decirle que lo quiere, ahora no colaría. Ya sabe que Sunghoon es el único que puede hacerla sentir como una persona completamente diferente.

-Lo siento -pronuncia ella intentando mantenerse en pie, aún nota el mordisco en su cuello.

-Supongo que... tenía que pasar -opina él sonriéndole-. ¿Te ha...?

-Sí... -asiente, masajeando sus muñecas-. ¿Podemos ir a salvarlo?

-Como usted ordene, Majestad -le guiña un ojo.

Es hora de acabar con todo esto.

Elisabeth baja las escaleras, tiene pavor. No sabe dónde se encuentra su marido pero sabe perfectamente que no irá a la batalla, es un miedica. Una mano se coloca en su cuello haciendo que le sea imposible respirar, ningún sonido sale de su garganta, no puede hacer nada, tiene que resistir. Ella sólo quería que su hija viviese a salvo, libre, pero él se lo niega todo.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora