𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 20

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Habían dejado a Jay y Ni-ki atrás. Se habían puesto a caminar entre callejones, como si estuviesen buscando una casa exacta.
Andan en silencio, y tampoco es que tengan mucho más que decirse. Ella piensa que el mayor no se merece que lo acompañe, debería estar con Jay o con Ni-ki, estar a su lado le quita la poca cordura que le queda.

Un montón de niños se cruzan en su camino, haciendo que el alto frene para no pisarlos. Yuna va detrás de él, y se obliga a sí misma a girar su cabeza para ver lo que pasa delante. Una niña se ha puesto a jugar con los zapatos de Sunghoon, llenándolos de sangre.
Él no le da mucha importancia a esto, al contrario, sonríe al ver a la pequeña jugar con un trozo de carne en su mano. La chica que va detrás en cambio no puede dejar de imaginarse sus entrañas esparcidas por el suelo.
El pelinegro coge a la vampiresa en brazos y le enseña sus colmillos, como si estuviese dándole la bienvenida. La posa en el suelo nuevamente  y deja que siga su camino para ellos continuar el suyo.

A veces el mayor mira hacia atrás para ver si Yuna le sigue, causando la irritación de esta.

-Si tanto te preocupa mi estado, ¿por qué no te disculpas? -suelta harta de ver al chico con una sonrisa en la cara, se está riendo de ella.

Park frena en seco, haciendo que la humana choque con su espalda. Soba su nariz y cierra los ojos masajeando la zona dañada, no había visto que paraba. El vampiro se lleva una mano a la barbilla y aprieta esta, pensando en lo que ha dicho ella. Quiere pedirle perdón, decirle que en ese momento no estaba pensando con claridad, pero su ego es muy grande.

-Puede... creo que yo también me merezco unas disculpas -se inclina hacia delante, tocando la nariz de la chica con la suya-. ¿No te parece?

Sus mejillas se tornan de un color rosado. La cercanía del vampiro la pone nerviosa, es capaz de hacer cualquier cosa. La imagen de Yoon le viene a la cabeza, los labios de esa arpía sobre los del príncipe, algo repugnante.

Expira fuertemente, manteniendo la calma en todo momento. Quería intentar ser amable y darse cuenta de sus errores, es el momento indicado.

-Lo siento...

-¿Cómo? ¡No te escucho! -están a escasos centímetros, tiene que estar bromeando.

-¡Lo siento! ¡Nunca debí tratarte como un bicho!

Lo grita fuerte, y se siente la cosa más inútil del universo, así es como él la maneja.
Sunghoon le muestra su dentadura, mientras pasa su lengua por sus labios, saboreando las disculpas de la reina.

-Perdonada.

Sigue su rumbo, dejando a una Yuna atónita. ¿Acababa de hacer todo lo posible por perdonar a un chupa sangre como él y no dice nada? Su reputación le importa más que lo que ella sienta.
Corre hasta donde se encuentra y le da unos toques en el hombro.

-Mira, allí está la tienda -él señala un cartel donde se muestra una camiseta dibujada en él, pero Welliver no le hace caso.

Vuelve a darle unos toques en el hombro, y hasta tira de la manga derecha de su chaqueta para que la mire. Gira su cabeza para verla con sus brazos cruzados y el ceño fruncido.

-¿Qué? -pregunta indiferente.

-¿Y tus disculpas?

El alto suelta una risa burlándose en su cara, debió haberlo visto venir. Le hace gracia la situación, cree que se ve como una niña pequeña, como él la recuerda.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora