𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 42

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La fuerte borrasca choca contra las ventanas de la posada, haciendo que algunos vampiros se incomoden. Otros tantos entran en el lugar, empapados hasta las orejas. Sunghoon observa todo desde la barra, tomándose una copa de vino. Han pasado cuatro días desde que se hospeda en BVNDIT, un reino de vampiros cercano, el cual está del otro lado del valle.
No se ha comunicado con ninguno de los chicos desde que llegó. Quiere saber cómo están todos, pero su prioridad es Yuna. Sus ojos marrones claros, sus mejillas rosadas y sus labios rojos se le vienen a la mente. La añora, no puede vivir sin ella, y siente lo mismo que ella. Se aman, necesitan decírselo, gritarlo a los cuatro vientos, quiere que todo el mundo sepa lo enamorado que está.

Algunos hombres cuchichean a su alrededor, pero no le pone atención. Su vista está clavada en su vaso, el color de la bebida le recuerda aún más a la humana. Todos sus pensamientos le pertenecen, es un no parar. ¿Hará ella lo mismo en su ausencia? Solamente espera que piense en él.

-Príncipe Park, un placer verlo en estas tierras -un hombre de melena larga se acerca, no sabe cuales son sus intenciones, pero puede que sólo quiera compañía.

-Buenos noches -contesta, dejando al hombre tieso en su sitio, no esperaba una respuesta.

Sunghoon lleva sentado una hora en el taburete y sigue con la misma copa que pidió cuando bajó las escaleras. Cuando se haga de día, podrá volver a su castillo y dejar este mugriento lugar donde todo huele a sangre y vino.
El señor sigue esperando a que el joven diga algo más, pero éste está ocupado analizando la copa.

-Nos encantaría, Majestad, que nos acompañase en nuestra dulce velada -señala una mesa donde hay más vampiros, los cuales tienen un cochinillo sobre ella.

El pelinegro tuerce la cabeza, mirando al sitio indicado por el hombre. Vuelve su vista hacia delante, no quiere gritarle que lo deje en paz, pero eso es justo lo que quiere.

-Lo lamento, pero tendrán que hacerlo sin mí -no se gira ni para mirarlo, no lo ve necesario.

-Pero, alteza...

Sunghoon le da un trago a su bebida, terminándose el contenido de esta. Sigue ignorando al hombre hasta que le acerca una camarera con su copa. Estira la mano para cogerla, pero alguien se adelanta. Su copa es cogido por unas manos cubiertas por unos guantes negros, forrados con cuero de caballo. Debe de ser otro vampiro de estos, le están acabando su paciencia y no va a ser agradable de ver.

-¿Se puede saber qué...? -gira sobre su asiento para ver a las dos personas a sus espaldas. Cuando centra la vista en la segunda puede deducir quién es, pero un gorro le cubre los ojos, es como una especie de pamela.

-Te ha dicho que no -por el tono de la voz, ya sabe de quién se trata.

El hombre sale despavorido al darse cuenta de la sombra que se encuentra a su lado. Esta se quita el sombrero, pero antes le da un sorbo al vino del muchacho. Se deshace de sus guantes y los guarda en su chaqueta para luego sentarse junto a él.

-Hola hermanito -dice la chica moviendo su pelo de izquierda a derecha, cautivando a todos los presentes.

-Karina... -susurra, observando cómo la vampiresa se acaba su bebida-. ¿Por qué has bajado de tu castillo?

No se esperaba ver a su hermana, mucho menos hablar con ella. Nunca se llevaron mal, pero tampoco han vivido muchos momentos importantes juntos. Ella se fue a conquistar tierras mientras él presenciaba la muerte de su madre, pero no la culpa. Siempre quiso convertirse en reina para satisfacer a Evelot, ahora que lo es, siente una gran responsabilidad.

-Gobernar es sencillo, la cosa es que tú secuestras reinas y haces tratos con humanos -se burla, colocando su cabello azul oscuro sobre la mesa, su pelo siempre definió su estabilidad emocional.

-¿Cómo te has enterado?

-Las noticias vuelan -hace una pequeña pausa para pedir dos bebidas más-. Cuéntame, ¿qué tal Yuna?

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora