𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 41

633 86 0
                                    

Lo ha tenido delante todo este tiempo. Notó los modales del chico en la mesa, hablando con ella y sobre todo, con Jay. Lo tuvo tan obvio que se negó a la propia idea mucho antes de pensarla.

Jungwon era un simple hijo de campesinos. A sus trece años, su mejor amigo y vecino, fue a jugar a su casa. Él no lo supo hasta el momento que Jay lo mordió esa misma tarde, causando la desesperación del muchacho. Corrió a la iglesia, pensando que algún cura lo podría salvar de tal catástrofe, pero no pudo ser. Park se enamoró tanto que le hizo beber de su sangre, ya estaba todo perdido. Los padres iban a presentarse en el palacio real para contar el suceso, pero algo no estaba en sus planes, o mejor dicho, alguien. Un pequeño Heesung escuchó la historia de Yang, y no lo pensó dos veces. Se encaminó a casa de Evelot, aun sabiendo que ella vivía en un castillo y él era un pobre esclavo, oculto entra los deshechos de la vida y la mohosa decisión de luchar por ser alguien. Lee ofreció todo lo posible, hasta cuidar de todas las personas que a ella le importasen. Y así lo hicieron, la vampiresa arriesgó su vida para que Jungwon permaneciese al lado de su amigo y no fuese calcinado por las llamas que se llevaron tanto a sus padres como a ella.

-Entonces... ¿te salvó la vida Heesung? -pregunta Yuna apoyada sobre la mesa donde se sentó antes el novio del chico, el cual se fue.

-Podría decirse que sí. Es por ello la razón por la que Elisabeth no volvió a juntarte con Sunghoon, perdió a su mejor amiga y por culpa de su marido -suena indignado y lo entiende completamente-. Heesung apostó su vida para mantenernos a salvo, y sobre todo, a tu madre.

¿Por qué a ella? Lo entendería si fuese porque Jay se llevó a Jungwon para cuidarlo, o Heesung se hizo el valiente y salvó a un indefenso adolescente, pero, ¿por qué su madre?
La morena no dice nada, esperando a que el vampiro siga, pero se toman un tiempo para procesar la información.

-¿Y quién os lo dijo a vosotros si sólo lo sabía Lee?

-Nos lo dijo el propio Lee, estábamos implicados, lo teníamos que saber.

Da una vuelta por la habitación, siendo observada por el chico. Es semejante a su torre pero aquí abajo, los pergaminos, manuscritos y documentos están escritos.

-¿Por qué protegerla? -sigue sin entender por qué no se lo pudieron contar a Sunghoon.

-El príncipe -aclara él sus dudas, suspirando, está agotado y se ha sacado un gran peso de encima-, teníamos miedo de que si se lo llegábamos a contar fuese a por tu madre. A matarla o a charlar, no nos arriesgamos.

Ahora ya lo ve todo con más claridad, no se le escapa nada, ningún hilo suelto ni mucho menos. Puede elevar anclas y zarpar. Ese pavor que tenían lo comprende, no quieren que los vuelva a aborrecer y mucho menos entregarlos a los guardias de su reino, pero no puede. Se ha encariñado con todos y cada uno de ellos, desde el más pequeño al más mayor, del más alto al más bajo. Pero no sólo eso, se ha enamorado por primera vez. Sunghoon le ha causado pánico, tristeza, rabia y por último, felicidad, y no ha podido quitárselo de la cabeza. Puede que sea un egoísta, un mujeriego o que no pueda expresar bien sus sentimientos, pero a ella le gusta cómo la trata cuando están solos. Se convierte en otra persona, recapacita y es amable, encantador y lucha por los suyos, algo que no consigue ver en muchas personas.
Si hace tres semanas le hubiesen preguntado quién es el amor de su vida, hubiese respondido la lectura, ahora, Park Sunghoon y la literatura.

-Entiendo... ¿los echas de menos?

-¿A quiénes? -se aproxima a ella, con un semblante confuso.

-A tus padres -se crea un silencio total y Yuna piensa que ha metido la pata. Cree que ha sido inoportuno, a lo mejor no quiere hablar sobre ello-. ¡Si no estás cómodo no tienes por...!

-Sí -contesta secamente, nunca nadie le ha preguntado si los extraña-. Mi madre era un rayo de esperanza, y mi padre, se dejaba la espalda en el campo, ¿sabes? -pensar en ello hace que las lágrimas aparezcan, nunca quiso imaginarse una vida sin sus padres y lo tuvo que hacer-. No culpo a Jay, no puedo, él solamente me amaba y sigue siendo así. Pero tu padre, se encargó de que no quedase nada, hasta piensa que me quemé con ellos y Evelot. Eran grandes personas...

-No lo dudo, Yang. No lo dudo.

Jungwon se marcha en busca de los demás, dejándola sola en el estudio.
Su cabeza da vueltas y entiende la posición de los chicos. Pensó que le iba a costar más comprenderlo o que algo causaría un plan de última hora, cómo salir corriendo, pero no fue así, todo se ve tan sencillo ahora que lo sabe, no cree olvidarse de nada. Han sido sinceros y sus intenciones son buenas. Necesita quitar esa orden contra los vampiros, además, porque no piensa pasar el resto de su vida sin Sunghoon.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora