𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 8

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Park baja todos los peldaños de la torre corriendo, con toda la alegría del mundo. Ha conseguido su propósito, que Yuna aceptase su trato. No era su intención, quiere proteger a la chica sin ningún obstáculo, pero la visita de los mercaderes ha sido imprevista. No quería obligar a la joven a comportarse como una muchacha sedienta por su cuerpo, pero no le quedaba otra. Su padre le aconsejó embelesarla con sus poderes, pero no se atrevió. Hacerle eso a la chica que ama podría llevar a la basura la manera de pensar de ella.

-¿Qué has hecho? -la voz de su padre suena a sus espaldas, lo había estado esperando.

-¿Con quién? ¿Yuna? Lo que me pediste -miente demasiado bien que hasta su padre no duda.

Nunca creerá todas las veces que ha mentido por beneficio propio, pero será mejor que no se entere.

-Entonces... ya está.

Su padre es un hombre bastante tranquilo, desde que su madre ya no está con ellos él ha sido comprensivo con su hijo. Puede que el príncipe no le cuente todo, pero siempre intenta mantenerlo informado.
El rey se acerca al pelinegro, palmeando su espalda. Él es un hombre sencillo, protege a su población, tanto a los chicos que residen bajo su castillo como a la reina.

-Pensé que le ibas a hacer daño -comenta el viejo caminando hacia los jardines con el menor.

-No quieres que le haga daño pero sí que la hechice. ¿Qué sentido tiene?

-Hijo... una vez hice una promesa, no la puedo romper -se pone bajo el sol, disfrutando del calor que este envía-. Aún así, los dos sabemos que no lo hiciste.

Sunghoon ríe en bajo. Es bueno mintiendo, pero es su padre. Si él supiese la de cosas que el rey también le oculta perdería la cabeza. Ninguno de los dos son unos santos y eso se demuestra en todos los manuscritos creados a partir de sus historias.

-No puedo. Me importa -confiesa el joven Park acercándose-. Tú lo sabes, padre.

-Esa familia es especial...

El pelinegro lo mira confuso. Nunca ha oído hablar a su padre sobre la reina y menos sin que sea un ataque. Tiene muchas cosas por descubrir, sobre todo de la chica. Ella es un misterio para su ser. Sus recuerdos la colocan en su palacio, siendo aún una niña, pero también a él. Recuerda los labios carnosos de la menor sonriéndole mientras jugaban. Algo pasó para tener que olvidar todo eso. La morena no le recuerda, y él está destrozado. Nunca se había enamorado, hasta que la conoció diecisiete años atrás. Tenía unos cuatro años, y él doscientos, ¿como logró caer tan profundo? Su cuerpo la desea, ella lo repele, no puede hacer nada.

-¿Qué sabes tú de Yuna? -lo pregunta curioso, y también con miedo, no puede haberle hecho daño, ¿verdad?

-Más cosas de las que te gustaría -su padre se mete en el interior, dejándolo solo en el césped-. ¡Ten paciencia con los Welliver!

El grito lo altera un poco. No le gusta ese apellido, queda horroroso detrás del nombre de la muchacha. Ella no merece las cosas malas que han hecho sus antepasados. Tiene que conocer la verdad pronto, cuando él también la sepa.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora