𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 40

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Sunoo y Yuna entrelazan miradas a la distancia. Se han pasado horas leyendo en la biblioteca, perdiendo la noción del tiempo. Ella ha estado preocupada por los vampiros desde la marcha del príncipe. Heesung está más atento y precavido de lo normal, Jungwon se empieza a encariñar con la reina y coge confianza, Jake se ha aliviado después de lo que le contó ayer, y los demás, siguen iguales.
Desearía poder formar una asamblea y que le contasen todo sobre ellos, aunque lo ve un poco difícil.

Welliver se levanta de su sitio para dejar un libro en su estantería correspondiente. Le echa un vistazo a todos los muebles, acercándose a los que comprenden las últimas guías sobre los vampiros. El hueco sigue estando ahí, es como si supiesen sobre la publicación del siguiente libro.
El chico observa cómo la joven toquetea la balda buscando el paradero de algo aún inexistente.

-Disculpa, Kim -llama Yuna a Sunoo, torciendo medio cuerpo para contemplar sus acciones. Vuelve a la lectura, evitando a la morena-. ¿Sabes si llegará otro tomo?

Aprieta los costados del libro que tiene sobre sus manos, produciendo que estas tornen su color a uno blanco. Él sabe de donde provienen esos libros, no puede contar algo que involucre a otras personas.

-No, la verdad es que no, pero puedes releerte todos -no aparta la vista de las páginas que está leyendo.

¿Cómo podrá decirlo? Él no es el encargado, es Yang. Yuna se encuentra cansada, todas sus fuerzas se fueron como el Sol saliendo por la mañana, enseguida. Siente que toda la semana que lleva ha sido productiva. Ha descubierto cosas, formado lazos más fuertes y hasta desmayado por primera vez, sin que le chupen sangre. Hace unas pocas horas vio a Jay con Jungwon, el rubio dejaba al otro a sus anchas bebiendo de su sangre. Cada vez que piensa en ello, Sunghoon le viene a la mente. Sufrió en aquel momento, sus colmillos se clavaban en su cuello y absorbían lo necesario para alimentarse. Pero cuando lo ve, cuando ve a Park con su sonrisa, con esos ojos matadores rojo pasión, ¿quién en su sano juicio aguantaría? La vuelve loca, nunca en su vida había deseado tanto a nadie. Se sentía un juguete y acabó disfrutando su papel. Acabó enamorándose de Park Sunghoon. No sabe cómo, ni por qué, ni cuándo, solamente lo hizo. Pero algo de lo que sí tiene constancia es que no puede dejarlo marchar.
Ahora sus vidas están unidas, no hay quien las separe.

-Creo que me tomaré un descanso, muchas cosas corren por mi cabeza -explica, dejando a un Sunoo solo con su lectura.

Todo lo que le recorre la cabeza son posibilidades. Cree que sabe una cosa más que Sunghoon, puede que él no sepa la relación que mantenían Evelot y Elisabeth. Las dos parecían estar unidas, ¿todo se debe a un odio pasado?
Parecían ser felices, alguien les arrebató todo y las dejó sin nada. Su madre, con el corazón roto, y la vampiresa, sin vida. Es algo propio de un libro, como una historia de suspense. Siente que está por el desarrollo, está empezando a descubrir cosas, y eso no puede ser algo bueno.

Sale de la biblioteca, mirando a cada lado para ver si encuentra a los demás.
Desde que se levantó solamente ha estado con Kim, no ha salido de la lectura. Un poco de alegría le viene de perlas, aunque sea Yoon, bueno, esa no es una buena opción.

-Mi pequeño, cada día más bello que el anterior... -escucha un sonido proveniente de su izquierda.

Aquí no hay nadie, se encuentra totalmente sola. Es como si alguien se hubiese comido a la voz, o... las paredes ocultasen algo.
Da un paso hacia donde se produjo el habla, tarda unos minutos pero consigue volver a oírlo. Esta vez, no puede identificar lo que dice, se cortan las palabras y no comprende el timbre ni la pronunciación, como si los atasen con sogas, no entiende nada.

-Dome... -una voz con un tono más agudo, hay una segunda persona, ¿pero dónde se encuentran?

Vuelve a analizar la estancia, pero ahí no hay nadie. Entonces se da cuenta, la puerta misteriosa en la que nunca vio entrar a ninguno de los vampiros está abierta. Las voces provienen del interior y a Yuna le causa demasiada curiosidad. Ella ya sospechaba que alguno de ellos tendría mucho más que una amistad, pero con la charla de Jake pensó que se había equivocado.
Puede ver un rayo de luz saliendo de la habitación, la puerta está entrecerrada y por el agujero se puede ver lo que ocurre dentro. Ella se inclina para poder tener mejor visión del interior, pero desearía no haberlo hecho. Esas muestras de cariño, la preocupación se reflejaba en sus rostros, ¿por qué no lo vio venir? Pensaba que serían los más callados del lugar, pero ahora entiende el amor que estos dos se traían de antaño. Con sus propios ojos está presenciando una relación entre vampiros del mismo sexo, y parece que ellos no se inmutan.
Jay y Jungwon se comen a besos mientras ella está del otro lado de la pared.

-Te deseo, Yang Jungwon -jadea el rubio, agarrando al contrario por la cintura, subiéndolo a una mesa.

Se caen folios y pergaminos, pero no les importa, están en su propio mundo, disfrutando del cuerpo ajeno.

-Jay... -el menor no consigue seguirle el ritmo a su novio, sus besos son bruscos, feroces, echaban de menos poder tocarse el uno al otro.

Yuna ya ha visto lo suficiente y piensa que es hora de marcharse, pero su vestido le hace una mala jugada. Los bordes de éste se enganchan con una bisagra, haciendo que ella tire de ellos para poder irse, pero su mano choca contra la endeble madera, haciendo que la puerta se abra y los chicos la vean ahí parada. Los dos paran inmediatamente, Jungwon se lleva las manos a la boca, no debería haber bajado la guardia, en cambio, Jay solamente amplía sus ojos por lo ocurrido.

-Yuna... -susurran cuando ven a la humana estática, ha roto su ropa y aun por encima, la han descubierto.

-No era mi intención, lo juro -no se le ocurre otra cosa, la ha tomado por sorpresa.

Diría que no tendría por qué saberlo, y mucho menos, obligar a los vampiros a que se lo contasen. Se aman, desde hace muchos años, más de los que se podría imaginar.

-Al final, lo has descubierto -habla Park, sentándose sobre la mesa para observarla. No le decepciona la manera en la que Jungwon se lo contará.

-Entonces, ¿era esto? -pregunta con amargura.

¿La pelea entre los dos reinos vino por un amor vampírico que se quiso proteger? Está más que obvio que el odio hacia ellos viene de antes, pero que se enfadase tanto su padre como para quemar una casa, no lo ve. Siente que se le escapa algo, algún factor que sea imprescindible para que todo esté completo.

-¿Fuisteis unos vampiros que se enamoraron?

-Podría decirse que sí... -un hilo de voz sale de la garganta del otro chico, se pone nervioso, no sabe cómo decirlo-. Pero... nos olvidamos de lo más importante.

-¿Y qué es?

El misterio la mata, nota un ardor en el pecho al oír esas palabras. Por fin sabrá por qué Evelot arriesgó su vida y dejó a su madre.
Yang duda, sabe que es el momento indicado. Sus ojos se mueven nerviosos y no saben dónde posarse, por lo que centra su vista en Yuna. Ver la cara de la chica le da pánico, no está preparado para hacerlo, pero es solamente un empujón.

-Yo era como tú... un humano.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora