𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||

𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 17

Había llegado el día, los tulipanes se abrían preparados para disfrutar de un manjar, había lloviznado e insectos de todo tipo deambulaban por la superficie. Vampiros en todo el reino se levantaban con fuerzas, dispuestos a comerse el mundo y más que hubiese, o a lo mejor humanos. Cogían sus mejores prendas y salían de casa, dispuestos a comprar la nueva carne importada del extranjero, la cual vende la nueva tienda en el lugar. Cada uno de ellos tenía sus pintas, cada uno más quisquilloso que el anterior. Todos se había despertado con una gran emoción en el pecho, dado que es temporada de caza, todos menos ella.
Yuna despertó con un dolor de cabeza terrible. Una migraña esperó el mejor momento para surtir efecto.
Recuerda que lloró hasta no poder más, cuando le empezó a entrar el sueño, ella aún seguía tirada en la hierba repasando las palabras de Sunghoon.
La ha herido, se siente rota por dentro. Pensó que si tenía un poco de confianza le demostrarían las buenas personas que son, pero otra vez se equivocaba. Él había disfrutado ese momento con Yoon y se quería chulear delante de ella. Se hizo el hombre, aún sabiendo perfectamente lo que la chica pensaba. Todo fue un desastre y ella había sido la única marioneta del lugar.

Echa un vistazo alrededor y luego posa su cabeza en la almohada, intentando mantener la calma. Otra vez la habían desplazado de sitio, y sin su consentimiento. Quería enfermar y así ser inservible, pero no lo logró.
Toda la ropa que necesita se encuentra aquí arriba, no tiene la necesidad de ir a  bibliotecas, a cocinas, a salones o a jardines, puede vestirse tranquila, o al menos cambiarse de ropa y dejar que le traigan la comida.

Yuna se levanta para cambiar su conjunto por uno pastel, casi igual al anterior. Sus pies se deslizan por la buhardilla sin rumbo, no coge el vestido, pasa de él. Su mente está en otro lado. Su cabeza surca los mares de las preguntas. Tiene muchas cosas que descubrir y la única persona que le había dado un poco de apoyo la llama "fulana" y sale corriendo malhumorado. Odia a las personas que no se comportan con sensatez. Ella se arrepiente de la manera en la que le contestó, no debería haberlo nombrado "bestia" y mucho menos "aberración". Quiere pedirle perdón, pero si no consigue unas disculpas de vuelta, ya se puede ir acordando de ella por el resto de su infinita vida, o casi eterna.

Sigue dando vueltas por la habitación, sin posar la vista en un punto fijo. Quería poder confiar en ellos, confiar en él...