𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 24

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Yuna camina escaleras abajo. No ha soñado con nada en toda la noche, solamente ha dormido.
Por la ventana de su habitación solamente pudo ver la luna aún en el cielo, pero estaba demasiada inquieta, no podía quedarse más tiempo sin hacer nada, así que decidió ir al comedor para ver si alguien ya había despertado.

Sus pies descalzos chocan contra la piedra, haciendo un leve ruido.
No le habían dado algo cómodo para caminar por el castillo, si sigue así acabará enfermándose.
El silencio se apodera de toda la estancia, en la segunda planta no se escucha nada, ni siquiera a las sirvientas.
Asoma su cabeza para ver si alguien está en la cocina, pero ni eso. Si Sunghoon tiene una torre para dormir, ¿dónde duermen los demás? En ningún momento había oído que los demás tuviesen una habitación. No le extrañaría que Heesung no tuviese cama, pero por el resto de vampiros duda.

-Ey... -un susurro a sus espaldas la llama. Gira lentamente la cabeza, ajusta su vista a la oscuridad y ahí lo ve de pie-. Ven, vamos a desayunar.

-Pero... -Welliver mira al chico de arriba abajo y sonríe agradecida para luego soltar un suspiro, la tratan bien, ¿no?-. Jay... ¿qué hora es?

-Las seis creo... no sé, dejé a los demás en la sala -le informa mientras se dirige escaleras abajo.

Yuna no lo duda, lo sigue sin rechistar. Los dos habían despertado más temprano de lo normal, tendrán que aprovechar la mañana.
El mayor de los dos había preparado una bonita cesta para compartir con la reina, bueno, había sido idea de Heesung, pero la ha montado él. Desde que el cristiano les dijo que tenían que ser más amables con la chica han hecho un montón de cosas.
No es como si no les gustase o estuviesen obligados, sino que les cuesta expresar sus sentimientos, sobre todo a él y su primo, los demás son más empáticos.

-Oye... ¿por qué solamente vamos nosotros? -a ella le encantaría poder estar con todos ellos, conocer más a Jungwon y Jake, siente que son los dos menos cercanos.

-Los demás están durmiendo. ¿Sabes? Ayer Sunghoon estaba muy contento -no está mintiendo, pero al decir eso puede ver la felicidad de la chica que va detrás de él.

-¿De verdad? Pensé que había sido una molestia -finge estar sorprendida, sabe perfectamente que arreglaron las cosas de una manera extraña, pero la cosa es que lo hicieron.

-¿Tú? Antes todos nosotros muertos -bromea el rubio dirigiéndose al jardín con la chica-. Mira, ¡he hecho un picnic!

La alegría que desprende el chico llega a Yuna fácilmente, haciendo que también esté contenta. Había preparado esto para los dos, y la verdad, no está tan mal.

-Esperemos que no haya nada sanguinario ahí dentro -señala la pequeña cesta que ha hecho él.

Los dos ríen por lo que dice la chica. Se sientan en un trozo de tela que Jay había dejado bien colocado antes de ir a por ella, sí, la había olido.

-Sabías perfectamente que me iba a despertar -manifiesta la morena cogiendo una especie de sándwich y sacándolo fuera. Con sólo ver el gusano que tiene dentro sabe que no es para ella-. Qué asco...

Sabe perfectamente que la tienen vigilada. Saben cuando se despierta, cuando se duerme, come o simplemente camina, ellos lo saben. Pero no lo hacen por miedo a que se escape o por miedo a que haga algo extraño, sino por protegerla.

-¡Oh, por el conde! -exclama él arrebatándole el bocata a la humana-. No sabes lo bueno que está -opina, pegándole un mordisco bien grande al pan-. Te pareces a él...

Yuna ladea la cabeza, apoyando su cabeza en su mano, aunque sea un simple desayuno y están ellos dos solos, se siente bien.

-¿A quién? -cuestiona curiosa.

Jay niega repetidas veces con la cabeza, no debería haber dicho eso, pero si en algún momento llega a enterarse no se sentirá tan mal.

-Jungwon, él... es igualito a ti.

No ha hablado mucho con ese vampiro, pero siente que se llevarán bien. Los dos parecen interesados en temas de la actualidad y por lo que ha visto del chico es muy educado.

-No lo sé... creo que es con el que menos estoy.

-Os llevarías genial.

Jay sonríe al recordar la imagen de Yang, el día que lo conoció supo que serían buenos amigos, tan buenos que acabó haciendo locuras por él. Hace unos años se arrepentiría por lo que hizo, ahora, no puede pensar en una vida donde no esté el moreno.

Park le explica a Yuna cómo llegó de América. Sus padres eran vampiros poderosos, eso está más que claro. Cuando él tenía tres años, sus padres emprendieron un viaje por el océano, estaba congelado, era fácil cruzar con esas temperaturas. Fueron parando en cada ciudad que podían hasta que llegaron a Seojun, ahí decidieron que tenían que dejarlo con su primo lejano. El rey, que de aquella no lo era, no quería, pero acabó aceptando la propuesta.
En tan solo unos pocos meses, Sunghoon y Jay se habían hecho buenos amigos. Comían juntos, jugaban juntos, hasta dormían juntos. Intentaron separarlos cuando todo el grupo de amigos empezó a formarse, pero no lo consiguieron.

Yuna quiere preguntarle cómo logró mantenerse al lado de Sunghoon por tantos años, pero el rubio recoge todo y se levanta sin más, dejando a la chica con la palabra en la punta de la lengua.

𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora