𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||

𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 5

Heesung entra corriendo en el laboratorio. Con su olfato había rastreado el peligro. La esencia que emana de la habitación es poderosa, y por ende, fue el príncipe. Los frascos que se mantenían firmes en las mesas están hechos pedazos, esparcidos por todo el suelo, los libros están rasgados y el cuero que los envuelve y protege está hecho añicos. Cuando Jake entre se va a liar una muy gorda.
Shim es una persona tranquila, su familia es honrada y tiene buenos principios, esto le podría partir el corazón. El empeño que le pone a sus experimentos es muy preciado para él. Pasa noches delante de un simple recipiente de cristal observándolo durante horas como para que ahora su mejor amigo venga y le destroce todo.
Tuvo que tocar algún tema frágil como para que el menor reaccionase así.
El vampiro, con toda su paciencia, comienza a recoger, sin dejar ningún trozo de nada en mal estado. Le tendrá que comunicar esto al australiano, puede que le hayan destrozado su investigación. Iba con una marcha tranquila y segura, ahora tendrá que ir viento en popa.

-¿Qué es todo...? -Jake entra tranquilo, ni siquiera es capaz de terminar la oración, causando la preocupación del mayor-. Lee, ha sido él, ¿verdad?

Heesung no duda en contestar, asiente con la cabeza y sigue colocando libretas y apuntes en la mesa. El otro, consternado, se lleva las manos a la cabeza. No quiere llorar, pero ha perdido parte de su año en eso, y aún por encima, ¡siendo algo para el mismo que lo ha roto! No sabe si matarlo o maldecirlo hasta que sus pulmones se rindan y tenga que frenar para pillar aire. Nunca debió irse de esa habitación, sobre todo dejando a un Sunghoon en medio de un ataque. Le encantaría devolverle la fechoría, pero no quiere rebajarse a su nivel. A veces se pregunta si el alto tiene corazón, y sabe que lo tiene, pero sólo para dos personas. Su difunta madre y Yuna. Da cortos pasos, cortando la distancia que lo separa del mayor, hundiéndose en los brazos de este. Ha arriesgado muchas cosas con ello y ahora tiene que volver a empezar. En estos precisos instantes no tiene mucho tiempo, no está como para perderlo.
Se siente impotente, no puede retener más sus lágrimas y las deja rodar por sus mejillas abajo, humedeciendo la camisa del otro chico.

-Lo siento, tendría que haberlo frenado cuando lo sentí -confiesa Heesung.

Jake sabe que no tiene la culpa de nada, el único responsable es Park, el cual merece un escarmiento.

-No... pasa... nada -lloriquea el australiano, aferrándose a la tela que cubre el pecho del otro.

No tenía que haberlo frenado, es el príncipe el que tiene que caer en la cuenta de que su comportamiento es inaceptable.

-Será mejor que te deje solo, voy a avisar a los demás.

No contesta. Se deja caer en su silla giratoria cuando Heesung lo suelta, cediéndole espacio para pensar. No va a comportarse como un demente, tiene que mantener la calma, y tener una mente dispersa.
El vigilante de los pasillos sube a la primera planta, da toda la vuelta a la escalera y por fin utiliza sus poderes para aparecer en el comedor, localizando a los otros cuatro vampiros restantes. Sunoo se encuentra leyendo un libro, desde la distancia, no hace contacto visual ni con la portada del objeto ni con el chico, por lo que se niega a molestarlo y lo deja continuar con su lectura. Ni-ki juega con una pelota de goma, lanzándola y cogiéndola con la boca. Heesung piensa que como siga así, la pequeña esfera va a explotar. Y por último, Jay y Jungwon juegan al ajedrez, delante de la hoguera, manteniéndose en calor, en estas ventosas fechas lo mejor es resguardarse del frío.

-Sunghoon ha destrozado el laboratorio de Jake -lo dice sin rodeos, sin expresar ningún asombro, y los demás tampoco.

Es la primera vez que le hace eso al moreno de hombros anchos, pero este comportamiento en el príncipe es habitual. La sencilla razón por la que Park actúa así es por la esencia de la reina, aunque quiera negárselo todo a sus amigos, estos lo saben, y tienen razón.