Después de mirarse a los ojos por largos minutos, Sunghoon sale de su trance. Se sienta a su lado y pasa su lengua por su labio inferior, humedeciendo este.
Tiene que contárselo todo. Se conocen, eran amigos y fueron separados. Cada vez que sus miradas se encuentran lo ve, sigue siendo esa niña a la cual le entregó su vida sin saberlo. Con todos los años que vivió y fue en ese preciso instante en el que se enamoró. Perdió toda la razón que le fue dada, él sólo vive por la mera existencia de la humana.-Sé... que soy un monstruo -aclara posando su mano en la contraria-. Al menos, tienes tus motivos.
No se va a engañar, sabe que lo odia.
-¡Claro que los tengo! ¡Habéis destrozado toda mi vida desde siempre! -suelta Yuna vociferando, está perdiendo la calma.
-Sí, ¡pero tengo una razón! -la agarra por los hombros con fuerza, obligándola a que lo mire-. Tú y yo tenemos un pasado...
-¿Cómo quieres que te crea? Llevas años viviendo sobre la faz de la Tierra. Has experimentado extinciones de especies, derrumbamientos de ciudades, ¡hasta la invención de la imprenta! ¿¡Qué pasado tenemos tú y yo!?
Todo lo que acababa de decir era cierto, había dado en el blanco. No se creería que ellos pudieron llegar a ser amigos. Sus familias no tienen un lazo estrecho ni mucho menos, Samuel Welliver los odia desde el instante en el que salió de la tripa de su madre. ¿Y Elisabeth? Con ella no lo tiene tan seguro. El caso es, que esa tirria se la inculcaron a su hija. Yuna aborrece la presencia de los vampiros, no aguanta acatar órdenes de ellos, y tampoco que jueguen con ella.
-Es extraño, lo comprendo, pero tienes que escucharme.
-¡Jamás haré caso a tus palabras! Todo son calumnias -intenta deshacerse de los brazos de Sunghoon alrededor de su cuerpo, lográndolo. Él se echa hacia atrás y ella junta la espalda con el respaldo de la cama-. Tú estás mal...
-Puede que... te cueste, pero yo no vengo a causar terror, Yuna.
-Si ese fuese el caso, ¿qué quieres?
Suelta un suspiro largo mientras pasa sus dedos por sus negras hebras. Vuelve a arrimarse a la reina, procurando no causar pavor, esto podría ayudarles a los dos.
-Ser tu amigo otra vez, Yuna...
Podría haber estado fingiendo, pero por el brillo en sus ojos en ese momento lo comprendió, no le estaba mintiendo. Ellos se conocían, y él quiere volver a forjar esa amistad. Sólo lleva aquí cuatro días y todo es confuso.
Alguien llama a la puerta, sobresaltándola, aún seguía pensando en las palabras de Sunghoon.
-¿Sí? -no está de ánimo para hacer nada, pero tampoco es bueno ser maleducada.
Jay se asoma con una sonrisa. Se había enterado de la pelea que tuvo con el príncipe, y por ello, viene a poner en práctica un plan de Heesung.
-Hola, soy... Jay, claramente -mientras eleva sus hombros por lo obvio que es, se introduce en la habitación y observa a Yuna-. Tenemos recados que hacer, necesito que te vistas.
Por un breve instante, juró haber oído mal, pero no. Quieren que vaya con ellos al mercado a hacer compra.
-¿Y por qué? ¿No tenéis cocineras para eso? -se cruza de brazos, evitando la mirada del chico.
-El príncipe me envía, Majestad.
Quiere negarse, gritarle a todos y que desaparezcan, pero no lo lograría. Todos ellos son... ¿agradables? Ni siquiera sabría definirlos. Solamente confía más en Heesung, él tiene buenas intenciones.
-Vale, ¿dónde está el cuarto baño?
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𝖄𝖔𝖚𝖗 𝖕𝖆𝖘𝖙, 𝖎𝖙'𝖘 𝖒𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖊 || 𝒫𝒶𝓇𝓀 𝒮𝓊𝓃𝑔𝒽𝑜𝑜𝓃||
VampireEl reino de los vampiros está a punto de cambiar de rey. Sunghoon, el príncipe, decide mostrarle su valía a su padre raptando a la reina de CRAVITY. En su cabeza el plan se veía maravilloso, con todo el apoyo necesario, pero el chico no contaba con...