capitulo 15

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Le pillé por sorpresa a zee que emitió un pequeño gemido al sentir nuestros labios unidos. Mientras le hacía el boca a boca no me había dado cuenta de lo suaves que eran los labios de zee, pero ahora que estábamos los dos tan pegados el uno al otro pude sentir de verdad como era besar a mi mejor amigo. Solté la mano que tenía agarrando su muñeca después del empujón, y la subí hacia su cara. Me encontraba con las dos manos sobre sus mejillas atrayendo sus labios hacia a mí, como si hubiese deseado aquel beso durante toda mi vida. Pero en realidad no sabía lo que estaba haciendo, no sabía porque le estaba besando, no sabía porque me estaba gustando.

Tras la sorpresa, zee respondió a mi beso de buena gana. Me rodeó con sus brazos y me atrajo hacia sí. Cuando noté sus manos apoyarse en mi espalda y sentí mi camiseta mojada, recordé que zee seguía en bañador y mojado como yo. No entendí como, pero al pensar en mi amigo sin camiseta se produjo una especie de corriente eléctrica que atravesó todo mi cuerpo haciendo que me estremeciera de una forma extraña. Sentí calor.

En cuanto sentí que me empezaba a excitar mi mente se bloqueó y enseguida me di cuenta de lo que estaba haciendo. Me separé de él suavemente haciendo que el parara y se diese cuenta de que no quería continuar. Nuestras miradas estaban clavadas, no podía dejar de mirarle. Parpadeé unas cuantas veces y agaché la cabeza.

¿En qué coño estaba pensando? ¿Por qué le había besado? zee parecía sorprendido, pero más sorprendido estaba yo por lo que acababa de hacer. No dijimos nada. Esta vez fui yo el que le aparté de en medio, quité el pestillo y abrí la puerta abandonando el baño.

Dejé a zee atrás, el no me siguió. Bajé las escaleras lo más rápido que pude sin mirar atrás. Lo único que quería era irme de allí cuanto antes. Me agobié muchísimo cuando vi a tanta gente en la planta de abajo bailando y chillando la letra de las canciones. A empujones salí de la casa por donde había entrado y enseguida me arrepentí cuando vi a todos los de la piscina mirándome, sobre todo al ver de nuevo a Mew y que encima se acercaba a mí. Intenté evitarle pero fue inútil.

-saint no sabía que saldrías tan rápido del armario - se vaciló de mi Mew.

-Vete ala Mierda - dije sin pararme y sin mirarle ni siquiera
.
- ¡Eh! ¡Conmigo menos maricón!
Mew me estaba siguiendo por detrás. Ignoré a Mew

- ¿Cómo está tu novio? ¿Eh? - siguió riéndose de mí.

Me paré para mirar Mew. Mew también frenó quedándose enfrente de mí.

- ¿Te hace gracia? -pregunté - ¿¡Te hace puta gracia Mew!? Ha estado a punto de ahogarse y ¿Lo único que se te ocurre hacer, es venir y reírte de mí por haberle salvado la vida?

- ¿Ahogarse? Venga ya... Si todos sabemos que no se iba a morir. Has sido tú el que había visto el momento perfecto para besarle sin que sospecháramos. - Mew sonrió - ¡Puto maricón!

Sentí como la rabia crecía en mi interior. Y sin pensármelo me abalance sobre él. Le rodeé el cuello con mis manos y le pegué una patada en los huevos. Mew gimió de dolor y de un empujón me separó de él. Me balanceé hacia atrás intentando coger equilibrio pero Mew me pegó un puñetazo que hizo que me cayera al suelo. A continuación me pegó una patada en el estómago que hizo que me encogiera en el suelo de dolor. Oí a la gente acercarse y formar un corro alrededor nuestro.

-Maricón - repitió Mew

Me levanté como pude y vi como Mew se reía de mí en mi cara. Sabía que era más fuerte que yo, sabía que era inútil que intentara pegarle. Pero en aquel momento solo quería vengarme.

- ¡MUERE CABRÓN! - grité con rabia.
Me volví a abalanzar sobre él pero esta vez no funcionó. Me agarró de las muñecas inhabilitando mis brazos. Intenté patalear pero era inútil. Mew se seguía riendo. Me pegó con la rodilla en la tripa.

- ¿Aun sigues sin admitir que eres Maricón? Mírate... No puedes ni con una hormiga.

Me volvió a pegar con la rodilla en la tripa. Me encogí hacia abajo y Mew aprovecho para pegarme esta vez en la cara. No podía más. Mew me soltó de las manos y yo caí al suelo rendido. Un hilo de sangre brotó por mi nariz.

-Haber si aprendes de una vez. ¡MARICÓN! - me escupió.

Apreté los párpados de los ojos fuertemente y me encogí de dolor. Oí la risa de Mew alejarse poco a poco, y con ella los murmullos de la gente. Respiré con dificultad.

- ¡saint! - oí la voz de orn.

Abrí los ojos para ver la cara de preocupación de mi novia. Al lado suyo se encontraba hwahwa y sammy

-Dios mío... -exclamó hwahwa.

- ¿Estas bien? - preguntó orn
Mi respuesta fue un simple quejido de dolor. Hwahwa sacó un pañuelo de su bolso y me limpió la sangre que seguía brotando de mi nariz.

-Vamos, levántate. Nos vamos a casa. - dijo orn ayudándome a levantarme.

Me apoyé en orn y en hwahwa.

-Chicos, iros vosotros. Yo voy a buscar a zee - dijo sammy dándose la vuelta.
Con la ayuda de orn y hwahwa llegamos a la puerta. Después de cinco minutos ya me encontraba mejor y podía andar por mi cuenta. Fuimos en silencio todo el viaje. Volvimos en metro y nos despedimos en la misma parada en la que habíamos quedado para venir. Orn me acompañó hasta casa. No me dijo nada, tan solo me dio un beso en la mejilla y se fue.

No pensé en ningún momento en Mew, tan solo pensaba en el maldito beso. En cuanto vi a orn alejarse sentí dolor. Mucho dolor. Pero no físico. La había engañado. Le había puesto los cuernos, y encima con mi mejor amigo. Con zee. Pero lo peor era que el beso me había gustado por más que no quisiera admitirlo.

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