capitulo 53

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-¡Ah! Para quieta - dije empujando a orn de encima mio.

-No seas tonto. Sabes que lo quieres - orn cerró los ojos y puso los labios en posición de beso haciendo ruiditos.

-¡Quita!

Intenté levantarme del sofá pero orn volvió a empujarme hacia abajo. Estaba tumbado en el sofá y a orn la tenía encima mío intentando matarme a besos. O eso era lo que ella decía.

-Pero... ¿Qué? -dijo mi padre asomándose de la cocina para mirarnos.

orn se levantó un poco, pero sin quitarse de encima mio. Los dos miramos a mi padre que estaba quieto observando la escena asombrado.

-¿Qué estáis haciendo?

orn me miró y yo a ella. Los dos reímos.

-Tranquilo william. No voy a matar a tu hijo - dijo orn.

-Tampoco me importaría que lo mataras.

Miré a mi padre ofendido. Esté me miró y después se rió de mí. Sonreí. Lo sabía.

-Bien - orn apartó la vista de mi padre para mirarme - Entonces seguiré.

-¡Noooo! - grité.

orn se agachó. Yo estiré mis manos para pararla por los hombros. Mi padre nos miraba. Miré a sus ojos. Sus bonitos ojos.

-No te resistas - orn intentaba quitarme las manos.

"Rindete" me dije a mi mismo. Dejé que orn quitara mis manos y se agachara del todo.

-Así me gusta - susurró sonriendo.

Fuí yo quien dio el primer paso. Antes de que orn se agachara más, yo levanté mi cabeza para juntar nuestros labios. orn gimió y aceptó mi beso con pasión. Como en los viejos tiempos...

Era muy raro volver a besarla de nuevo, había pasado mucho desde que lo hice por última vez. Pensé en los labios que habían pasado por allí desde que corté con orn. sammy... ¿Era esto como darle un beso indirecto a sammy? ¿Y orn a zee? Menudas estupideces se me pasaban por la cabeza. Y todo por no querer tomarme en serio aquel beso.

orn se separó de mí lentamente mirándome fijamente a los ojos. Se le daba bien dejar a la gente embobada. Todo parecía tan real...

-¿Ya lo has matado? - preguntó mi padre que aun seguía mirando.

No pude evitar reírme y orn tampoco. Miré a mi padre y este me sonrió. orn se bajó de encima mío,dándome libertad para poder sentarme. Me senté en el sofá y después orn se sentó a mi lado. Muy a mi lado.

-¿Puedo sentarme con vosotros?- preguntó mi padre.

-Claro - contestó orn.

Mi padre se sentó a mi lado y nos miró a los dos sonriente.

-¿Como así no os he visto juntos últimamente? - dijo mi padre.

-Ah... - orn se rascó la cabeza - He estado muy ocupada últimamente. Muchos exámenes... Ya sabes. En letras hay que estudiar mucha teoría. Además tengo que esforzarme al máximo para algún día ser una buena abogada.

-Vaya. Que formal - mi padre le sonrió y después me miró - Hay que ver que bien se le da a mi hijo elegir una novia.

-Yo no la elegí Papa - dije - Sino mi corazón.

-¡Eres un cursi de mierda! - orn me dio un codazo.

Mi padre se rió.

-Que monos sois. Me recordáis a cuando nuk y yo éramos jóvenes.

-Seguro que vosotros también erais monos - orn se rió.

-Lo éramos - mi padre miró al suelo melancólico.

De repente mi madre apareció por allí. Levanté la cabeza para mirarla . Ella ya sabía que había traído a orn a casa, pero seguro que no se esperaba que fuera para esto...

-¿Que haceis?

-Hablamos de lo monos que somos - dijo orn abrazándome y riéndose.

-Ah... - mi madre soltó una risa nerviosa.

Hubo un extraño silencio por un momento. Entre que mi padre estaba en las nubes, orn que estaba pensando en diferentes formas de demostrar que me quería, mi madre que no sabía qué pensar, y yo que no sabía qué decir. Debía de estar volviendo loca a mi madre.

-Bueno. Creo que deberíamos irnos - dije mirando a orn - Aún no ha anochecido. Aprovechemos la tarde.

-¡Claro vamos!- dijo orn alegre.

Nos levantamos del sofá para ir a la puerta y mi padre y mi madre nos siguieron para despedirse.

-¿A qué hora tienes pensado volver saint? - preguntó mi madre mirando el reloj.

-¡Dejalos! - exclamó mi padre feliz - Que disfruten de la vida ahora que son jóvenes.

orn me miró y me sonrió. Mi padre nos miraba como si fuéramos un cuadro. Como solía hacer. orn me agarró de la mano listos para salir.

-Bueno. Pues pasalo bien... - dijo mi madre confusa.

La miré. Su mirada me decía "No entiendo nada", o eso le entendía yo. No podía explicarle nada.

-Adiós - dije cogiéndole de la mano a orn

Y tras esto salimos de casa. Andamos por las calles dados de las manos por unos minutos por si acaso. Y cuando nos aseguramos de que mis padres ya no me podían ver solté la mano de orn.

-¿Crees que ha funcionado? - dije mirando hacía atrás preocupado.

-¡De pleno! Tu padre se lo ha tragado todo - dijo emocionada - Quizás debería abandonar mi sueño de ser abogada y centrarme en las artes escénicas.

-Serías buena actriz - admití recordando lo real que había parecido todo.

-¡Sí! - vitoreó levantando la mano para que le chocará los cinco.

Le choqué los cinco feliz de que todo hubiera salido bien. Ahora solo había que seguir fingiendo que orn y yo eramos novios delantes de mis padres y de los suyos, y así orn no se preocupaba tanto, mi padre dejaba de llevarse mal conmigo y yo podía estar con zee tranquilamente.

-Bueno vámonos ya. Los demás nos estarán esperando - dijo orn.

Y nos fuimos andando al parque donde habíamos quedado con los demás.
La relación que había entre orn y yo desde que habíamos roto era bastante buena, justo como yo quería que fuera. Según orn decía, la relación que teníamos como amigos era mucho mejor que la de pareja, éramos más compatibles siendo amigos. Y no lo dudaba. Pasé muy buenos tiempos con orn, pero todo era diferente. Aun así, gracias a aquella pasada relación que tuvimos, ahora la confianza que teníamos el uno del otro era mayor, y eso era genial.

Podíamos confiarnos cosas, ayudarnos el uno al otro y entendernos el uno al otro. Y tampoco nos importaba darnos algún que otro beso para fingir. Al fin y al cabo ya tuvimos una temporada en la que nos besábamos todos los días, así que no había problema. Siempre querría a orn. No como para ser pareja. Pero si para que fuera una de las personas más importantes de mi vida.
Serían las 6:30 de la tarde para cuando llegamos al parque. Sammy, hwahwa, day y zee nos esperaban en un banco. En cuanto nos vieron acercarnos zee se levantó del banco. Por un momento me asusté.

Tenía pinta de estar apunto de hacer algo. zee salió corriendo hacía mí. Me quedé quieto en el sitio sin saber qué hacer. Era como si me fuera a atropellar un coche. orn se alejó un poco de mi para darle vía libre a zee mientras se reía. Antes de que zee llegara a mí, inconscientemente me protegí con las manos y di un paso atrás.

-¡saint! - gritó zee cuando llegó a donde mí agarrándome entre sus brazos para darme un abrazo.

Me quedé sin aire por unos segundo por el impacto de zee al abrazarme tan bruscamente
.
-Oh mi saint... - susurró zee en mi oreja - Mi pequeño saint.

-¿Qué te pasa? - dije con la voz entrecortada.

-Ignoralo saint - dijo sammy que estaba a unos dos metros de nosotros - zee está tonto hoy.

-¿Tonto? - dijo zee - No perdona. Estoy preocupado por mi saint.

-saint suena mal - comentó Astrid entre risas, por que sonaria mal mi nombre

-Pues entonces conejito

-¡No!

-¿Por qué no? -preguntó zee.

Me separé de zee para acercarme al banco donde estaban los demás.

-No hace falta dar una razón - contesté.

- Pues me da igual que no estés de acuerdo - zee me siguió

-¡zee! - me quejé.

Suspiré. Miré a los demás que se reían de nosotros. Estúpido zee... zee se volvió a pegar a mí. Esta vez pasó sus brazos alrededor de mis hombros abrazándome de lado. Lo miré cansado.

-Mi conejito ha besado los labios de una mujer... - dijo zee poniendo pucheritos.

-Tú me dejaste - dije.

zee se quedó callado con la vista clavada en mí. Yo me quedé mirándolo. Por el fondo oí como los demás hablaban de algo que no escuchaba. No sabía muy bien si hablaban de nosotros o si estaban pasando de nosotros.
De los pucheritos zee cambió su expresión a una más alegre sonriéndome. Yo le devolví la sonrisa. Después zee acercó la cabeza y apoyó suavemente sus labios sobre los míos. Me quedé quieto. Quería aceptar su beso pero no podía... A zee pareció darle igual y siguió besándome. Supuse que aquello era como besar a un muerto.

zee se alejó y me volvió a sonreír. Yo agaché la cabeza avergonzado. Digamos que no me sentía muy cómodo cuando zee mostraba sus emociones en zonas públicas. Supongo que era por la gente que miraba con curiosidad a la pareja gay.

-No hagas eso...aquí... - dije rojo.

-Necesitaba hacerlo - contestó zee - Ya sabes... Por si acaso hoy te mueres. Y así la última persona que te hubiera besado sería yo. Y no esa...

zee miró a orn.

-Pero que cosas dices... - orn se rió.
zee me volvió a mirar.

-Y también porque hay que quitarte esa vergüenza tuya. Así que...

zee volvió a pegar sus labios con los míos. Tan rápido que casi ni me dio tiempo a rechazarlo.

-¡No...! -traté de decir en medio del beso - ¡Pa... ra! Mmm... ¡zee...!

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