capitulo 61

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—¿Qué os parece "Tu tripa emite un sonido indicando estar hambrienta, ¿Donde podrás saciar ese hambre para que tu barriga esté contenta?"? — leyó hwahwa de un papelito que sujetaba entre sus manos.

—Es gracioso, está bien — dijo Oscar después de reírse de la ocurrencia de hwahwa

—Bien... Pista de la cocina completada...— se dijo hwahwa así misma.

Era un panorama interesante. Estábamos en la sala de zee.Todos y cada uno de nosotros estábamos desperdigados por allí. Day tumbado y hwahwa sentada en la alfombra de la sala, sammy sentada en la butaca, orn en la repisa de la ventana y yo dando vueltas por toda la sala muerto de los nervios. ¿Y por qué no me sentaba junto a Oscar en el sofá? Pues probablemente porque estaría al borde de un ataque al corazón, y si me quedaba quieto me pondría aún peor.

—¿Quieres pararte quieto? —day falló al lanzarme una bola de papel que cayó a mis pies.

Me agaché para coger la bola de papel la cual estrujé aún más con mis manos.

—No puedo —contesté. Y lancé la bola de vuelta a day que la cogió en aire.

—Por lo menos haz algo productivo — se quejó volviendo a lanzar la bola.

Agarré el cacho de papel en el aire. Todo esto de la pelotita parecía estúpido, pero así me entretenía.

—Eso es. Aunque sea vete poniéndote el disfraz — me propuso orn

—Eso va a empeorar todo — le tiré la bola.

—Que pesados con el papelito — se quejó sammy.

—¿Algún problema? — orn le tiró la bola a sammy que le dio en toda la cabeza.


Sammy abrió la boca asombrada y después se rió con malicia levantándose de la butaca.

—¿Como te atreves?

—Te vas a enterar.

Orn comenzó a reír y se levantó de la repisa de la ventana para huir. Sammy corrió en su búsqueda y tras correr unos metros por la sala Sammy agarró a orn y la tiró al suelo acabando detrás del sofá besuqueándose. Miré con curiosidad la escena. Nunca había visto a dos chicas dandose besos. En general, nunca les había visto a ellas besándose.

—Mi casa debe de ser afrodisíaca para los homosexuales —comentó Oscar riendo — Siempre hay algún que otro por aquí besándose. Una vez vi a dos gays besándose con mucha pasión en este sofá, y me dio pena pararlos, pero es que había una menor mirando —Oscar me miró.

Me quedé inmóvil por unos segundos y después me empecé a poner aún más nervioso.

—¿A nosotras nos vas a parar? — preguntó sammy por detrás del sofá.

—Mientras no me molesteis — Oscar se acomodó en el sofá colocando las manos encima de su cabeza.

El ambiente de trabajo continuó. La idea principal era hacerle a zee un juego de pistas por la casa encontrando huevos de pascua hechos de cartón, y en cada huevo estaba la pista para encontrar el siguiente huevo. Al final acabé tranquilizándome un poco y me senté junto a Oscar, que estaba dando su visto bueno de las pistas que escribían mediante rimas.

Oscar nos había ayudado mucho. Había conseguido que zee fuera con sus hermanas a comer a la casa de sus abuelos y que estuviera allí parte de la tarde con sus primos celebrando su cumpleaños. Teníamos pensado que vendría sobre las 7:15 de la tarde, y tan solo faltaba media hora más.

-"Si al conejo de pascua quieres encontrar, la última pista debes hallar, busca por el jardín la guarida, y el conejo..." ¿Como sigo? — preguntó Sammy

—"... Al fin morderá a sammy" —terminó la estrofa day

Sammy le dedicó una mirada asesina.

—¿"...al conejo le darás la bienvenida?" —propuso hwahwa

—Suena muy raro todo esto del conejo — comentó orn

—Y que lo digas — crucé los brazos.

Sammy escribió la propuesta de hwahwa Ya estaban todas las pistas hechas. Ahora solo faltaba esconder las pistas y esperar a zee .Estuvimos hablando un rato en la sala tranquilamente después de colocarlo todo en su sitio. Aunque yo muy tranquilo no estaba. Me hicieron ponerme el disfraz y esperar así vestido. La verdad es que ir de conejo no ayudaba nada con mis incontrolables nervios.

La supuesta tranquilidad desapareció cuando una risitas conocidas se oyeron desde la calle. Y en cuestión de segundo, orn metió el conejo en una cestita, me agarró y me sacó corriendo al jardín mientras los demás recibían a zee. Me metió detrás de unos arbustos y se quedó allí conmigo por un rato.

—Me da pena dejarte solo. Así que me quedo contigo unos minutos.

—¿Y qué le vas a decir a zee al aparecer tan de repente?

—Algo me inventaré.

Me senté en el suelo suspirando. Orn me dio la cestita con el conejo dentro y la abracé notando los movimientos que realizaba la criatura dentro. Levanté la tapa para acariciarle.

—¿Estás nervioso?— preguntó orn.

—¿Tengo que contestar?

Orn sonrió.

—No.

Se sentó a mi lado.

—Tranquilo. Todo saldrá bien — dijo poniendo su mano sobre mi hombro.

—No sé...

—Solo es sexo saint. Una vez que le pillas el tranquillo, es muy fácil.

—Para mí no lo es. Al fin y al cabo, por mucho que lo quiera negar, siempre seré un tímido y no seré capaz de tomar iniciativa.

—No seas tan negativo. Zee lo entenderá y te ayudará. Lo tienes todo preparado ¿No?

—Sí...

—¿Te ayudó perth?

—Sí...

—Te he visto hoy con en a la salida del instituto ¿Que hacíais?

—Me estaba dando cosas.

Orn no dijo nada más. Supongo que igual se lo imaginaría, no lo sé. En cuanto a perth no se que le pasaba conmigo. Se había obsesionado con que hoy tenía que ser un día perfecto y me quería ayudar a toda costa. Por eso hoy después de clase vino a la salida del instituto con un lubricante y condones.

Nos quedamos en silencio por unos segundos y después de un rato orn se comenzó a reír.

—¿Qué?— la miré molesto.

—¿No te parece raro? Hace unos meses estabas nervioso por perder la virginidad conmigo, y ahora yo te estoy dando consejos para... ¿Otro tipo de pérdida de virginidad?

—Sí es raro.

La miré. Ella me miró. Nos quedamos callados por un rato con la mirada clavada en la del otro. "Que linda que es" pensé pero no tanto como zee. La quería. La quería mucho. Había vivido tantas cosas con ella que ya era inevitable no quererla. Aunque no la amaba como para que fuera algo más que una amiga, pero era lo bastante especial para mí.

Orn sonrió y subió su mano de mi hombro a mi cabeza para revolverme el pelo.

—Suerte conejito.

Orn se levantó del suelo y dedicándome una radiante sonrisa se fue dejándome solo detrás del arbusto. Estaba solo, detrás de un arbusto, en el jardín de zee, vestido de conejo y con un conejo de verdad en una cesta ¿Cómo había llegado a esto?

Pensé en algo para hacer mientras los demás estaban con zee. Pero no se me ocurrió nada más que acariciar el conejo. La verdad es que el espacio que tenía entre el arbusto y la valla del jardín me limitaba muchas actividades, como estirarme para evitar que se me durmieran las piernas.

Quise pensar en muchas cosas para olvidarme de el único tema que rondaba por mi cabeza. Intenté centrarme en unas hormigas que paseaban por las hojas del arbusto y pensar en la interesantísima forma de vida de las hormigas. También miraba las hojas y la hierba para decidir cuál de las dos era más verde. Pero realmente no podía ni centrarme en las hormigas ni en que era más verde. Zee era lo único que mi mente quería pensar, y como no, torturarme a mí mismo de nervios
.
"Es solo sexo" Repetí las palabras de orn en mi cabeza. El problema no era el sexo en sí, el problema era yo. Era estúpido pensarlo. La única finalidad de todo aquello era demostrar que no era tan cobarde. Pero ¿A quién voy a engañar?

"Zee te ayudará" había dicho orn. "Si zee me ayuda nada de esto tendrá sentido" Pensé. Y entonces comencé a recordar el día del vestuario. Zee empezó por obligarme, y yo en principio estaba tímido y quería seguirle el rollo, pero me costaba. Y después... El placer te hace perder la vergüenza. ¡Ya está! No tenía que darle tantas vueltas. Solo era el principio lo que era difícil. No tenía nada más que quitarme la vergüenza, coger iniciativa y todo lo demás irá seguido sin problemas. Me sentí poderoso. Podía hacerlo. Igual que cuando mi madre nos pilló. Yo mandaba. Y esta noche también me tocaba mandar.

A pesar de que mi auto-motivación fuera alta, en cuanto oí las voces de mi amigos aproximarse y la puerta del jardín abriéndose, todo mi orgullo se vino abajo. Saint tímido volvía a gobernar. "¡Estoy vestido de conejo, joder!"

—¡Que frío! — oí a day quejarse — Pobre conejo de pascua.

—Cállate, dat— dijo sammy.

—¿Qué más da ya?

Miré entre los huecos que formaban las hojas para divisar a sammy y day que habían sido los primeros en salir al jardín. Poco a poco todos salieron, y entonces fue cuando vi a zee. Iba con su cestita llena de huevos de cartón, con una sonrisa de niños juguetón y mirando hacia todos los lados tratando de encontrar al "Conejo de pascua". Mi corazón dio un brinco. Zee estaba tan contento... Y yo tan muerto de miedo.

—¿Por donde empiezo a buscar? — preguntó zee

¿Debía encontrarme zee o tenía que salir yo?
—Si lo llamas igual sale — dijo Vianey tirando del brazo de su hermano.

—Llámalo tú, Vian — dijo zee sonriendo.

Esa sonrisa. Dios. Qué guapo era.
Todos se quedaron callados a la espera de Vianey. Vi a orn reírse mientras miraba hacía mi arbusto.

—¡Conejito de pascua! — llamó la niña.

"Vamos saint ármate de valor" Me dije a mi mismo. No me atreví a salir. Se hizo un silencio bastante largo.

—Igual por el simple hecho de que no sea pascua, no ha venido — comentó Andrea.

—No, porque esta vez a venido en primicia para estar con zee— contestó hwahwa

—Ya claro — Andrea se rió.

—¡Conejito de pascua! — volvió a llamar Vianey.

"Cobarde" Me dije mientras esta vez si me levantaba del suelo. Al levantarme moví el arbusto y esto hizo que la pequeña soltara una exclamación de emoción. Me temblaba todo, estaba nervioso, muy nervioso. Tan nervioso que en el intento de ponerme de pies la cesta del conejo cayó al suelo dejando escapar al conejo, que era menos cobarde que yo ya que salió corriendo del arbusto.

—¡Un conejo! — grito Vianey.

—¿Un conejo? — dijo hwahwa dándome la indirecta de haber dónde estaba.

—¡¿Un conejo!? — exclamó zee emocionado — ¿Me habéis comprado un conejo?

Zee se rió y se acercó a la pequeña criatura la cual cogió entre sus manos. Lo miró con fascinación. Me quedé congelado detrás del arbusto en pie. "¿Salgo?"

Vianey comenzó a saltar de alegría y a pedir a su hermano que le dejara el conejo. Jack le dió el pequeño animalito y Vianey lo cogió con sumo cuidado.

—¡Guau! No me esperaba nada de esto — dijo zee riendo y arrascándose la nuca — ¡Gracias!

—¡No las des todavía! — dijo sammy señalándome mientras salía sacudiendo con las manos el disfraz para quitarme el polvo — No se ha acabado.

Zee se giró hacia mí y me vio. Su primera reacción fue quedarse mudo por unos segundos y después se echó a reír, como todos los demás. Me ardían las mejillas. Aparté la vista de todos para mirar al suelo avergonzado.

—Anda. Quién lo diría. Si saint es el conejo de pascua — se rió Andrea.

Zee sin dejar de reír se acercó a mí corriendo, y como si fuera el típico empleado disfrazado de Mickey Mouse en Disneyland se aferró a mi dándome un abrazo lleno de emoción.

—¡Qué guapo estás saint! — dijo apretándome más entre sus brazos.

Y entonces me empecé a reír junto a él. Me olvidé de la vergüenza y me centré en abrazar a zee. Al fin y al cabo era mi regalo de su cumpleaños, y no iba a fastidiarlo mi lado tímido.

—Feliz cumpleaños — dije.

Al oír esas palabras zee se separó para sonreirme y a continuación besarme suavemente. Nuestros espectadores empezaron a aplaudir como si fuera el beso esperado de una película.

—Presiento que esta noche seré violado por un conejo — me susurró zee al oído en cuanto se separó de mí. 












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Hola espero que les esté gustando la historia, lamento decirles que estos días podré actualizar solo un capítulo por día pero no se preocupen ya estamos llegando al final.
Gracias  todos por leer ❤💞

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