capitulo 58

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—Pero... — dije preocupado — ¿Lo hicisteis con...?

—Pues claro. No soy tan estupida. Que no te haya contado con todo detalle no quiere decir que no utilizara protección. ¿Qué querías? ¿Que te contara como le puse el condón? Si quieres te lo cuento...

—Eh... No no. No hace falta tranquila.

Aun no me creía que me lo hubiera contado. Nunca pensé que hwahwa fuera de las que les daba igual contar este tipo de cosas. Pero al parecer, desde aquel día, hwahwa había pegado un cambio bastante grande.

Era martes por la tarde, y hwahwa y yo salíamos de la academia de pintura. Les había propuesto a la familia de hwahwa dinero por dejarme estar en su academia, pero ellos me insistían que no hacía falta.

Por pura curiosidad, me atreví a preguntarle a hwahwa por lo que pasó el día que day y ella se fueron del parque. Y de pensar a que no me lo contaría, me acabó sorprendiendo.

—¿Tu no has hecho nada con zee aún verdad? — me preguntó con toda la naturalidad del mundo.

Me sorprendió que me preguntara aquello.

—Eh... Bueno. Depende de a qué te refieras con hacer...

—Bueno. Entonces cambio la pregunta ¿Qué has hecho con zee?

—Pues... Algún que otro rozamiento...— me resultaba muy extraño contarle esto — Y... Sexo oral.

Extraño. Muy extraño. No me gustaba mucho hablar de lo que hacía con zee. Aunque a sammy una vez le conté todo con detalle.

—¿En serio? ¿Y como es eso del sexo oral? — me preguntó sin ningún tipo de vergüenza.

—Pues no lo sé... Yo no hice nada más que quedarme quieto.

—¿Y te gusto?

—Sí...

¿Cómo era posible que estuviera hablando sobre esto con hwahwa? hwahwa miró al suelo pensativa.

—No sé en qué estarás pensando hwahwa... Pero te aseguro que pareces otra persona.

—¿Por qué? — preguntó levantando la cabeza del suelo.

—No sé... Es que... Para ti estos temas siempre han sido tabú. Y ahora es como sí lo hablaras todos los días...

hwahwa se rió.

—Puede que sea porque he cambiado — dijo alegre — Ahora me apetece explorar más el mundo. Y experimentar... No como antes. Ya no tengo miedo.

¿Miedo? Siempre pensé que hwahwa era segura de sí misma y si hacía las cosas eran por una razón. Pero ahora que lo pensaba, quizás había estado tiempo queriendo hacer cosas que no se atrevía a hacer. Yo una vez fuí igual.

Mire durante un momento hacia la carretera por donde pasaban los coches uno detrás de otro. Recordé la conversación que había tenido hace unas horas en el recreo del instituto. Había insinuado que haría algo con zee el día que celebramos su cumpleaños, que seguramente sería el viernes. Eso era en 4 días. ¿Qué era lo que se suponía que iba ha hacer?

Podía olvidarme del asunto y no hacer nada, pero seguro que zee se acordaría de ello. Además, si no lo hacía sammy y orn me lo estarían echando en cara, y me seguían repitiendo que era un tímido y un... ¿Uke?. No me apetecía que me tomaran por alguien inferior a zee.

Qué iba a hacer algo ya estaba decidido. Ahora faltaba lo más difícil ¿El qué? ¿Debía forzar a zee a tener sexo conmigo? ¿Dominar? ¿Y tenía que utilizar alguna técnica? ¿Quizás debía informarme antes?

—¿Hola? Tierra llamando a saint... ¡saint despierta! — gritó hwahwa.

—¡Ah! ¿Qué? — dije sobresaltado.

—No me estabas escuchando ¿Verdad?

¿Me había estado hablando? Mire a hwahwa sin decir nada. hwahwa suspiró.

— Estaba diciendo que yo me voy por aquí, porque tengo que ir a la casa de mis abuelos.

—Ah... Pues adiós...Hasta mañana.

—Adiós, ya te dejo en tu mundo-
hwahwa se rió metiéndose por una calle en paralelo por la que íbamos.

hwahwa desapareció por la calle y yo seguí andando. Anduve hasta llegar al metro, allí me monte, más tarde me baje y me fui a casa. Por el camino le iba dando vueltas al tema de zee. Me estaba comiendo bastante la cabeza. Pero más por curiosidad que por otra cosa.

—¡He vuelto! — grité al entrar por la puerta de casa.

—¡Hola! — oí gritar a mi padre desde la cocina.

—¡Holiwuis! — gritó a continuación mi madre también desde la cocina.

Me reí. Al parecer hoy el mundo estaba de buen humor. Me dirigí a la cocina para saludar a mi padres que estaban pasando el rato. Mi padre hacia un sudoku y mi madre leía un libro. Me alegró verlos tan tranquilos. Apreciaba mucho cuando había tranquilidad en casa.

—Ven aquí hijo — dijo mi padre — Ayúdame que estoy atascado.

—A ver... — dije acercándome a él y mirando a los cuadrados llenos de numeritos.

—¿De donde vienes? — preguntó mi padre.

—He estado con hwahwa en la academia de pintura. Aquí es un 3 papá — dije señalando un cuadrado del sudoku.

—Un 3... — dijo escribiendo el 3 — ¿Y que quieres pintar esta vez?

—Y ahí un 5 — señalé a otra parte del sudoku — Un dibujo para zee. Esta semana es su cumpleaños.

—¡Es verdad! — dijo mi madre levantando la cabeza del libro — Se me había olvidado. Tendré que darle algo.

—¿Por qué quieres darle nada? — pregunté.

—¿Y por qué no? Tendré que agradecerle por ser tan especial para mi hijo ¿No?

Mi madre me dedico un sonrisa picarona. La miré asombrado. Mi padre levantó la cabeza del sudoku para mirarme. ¿Estaba mi madre tratando de delatarme? Miré a mi padre nervioso y después miré al sudoku.

—Aquí hay otro 3 — dije a voleo para cambiar de conversación.

Mi padre volvió a bajar la mirada hacía donde le señalaba, lo apuntó y sin decir nada yo me fui de la cocina huyendo de mi madre. Subí a mi cuarto. ¿Cómo se atrevía mi madre? ¿De verdad quería hacerme sufrir?

Nada más entrar a mi cuarto me dirigí a donde tenía el portátil guardado y lo saqué. Debía hacer deberes, pero sabía perfectamente que pensando en lo del cumpleaños de zee no me concentraría. Así que decidí buscar algo de información respecto a ello.

Esperé a que el ordenador se encendiera y cuando por fin inicié sesión abrí google. Miré el teclado.
¿Qué tenía que poner? Mis dedos no se ponían de acuerdo y no estaba seguro de que buscar. Se me ocurrían ideas que me daban corte escribirlas aunque estaba solo en la habitación, excepto Desdentado que estaba en la cama.
Respiré unas cuantas veces antes de comenzar a escribir. ¿Cómo tener...? deje de escribir por un segundo. La barrita que escribía todo lo que yo tecleaba estaba parpadeando. Sentí desconfianza. ¿...sexo anal? Y le di a enter.

"Vale... ya no hay vuelta a atrás" pensé. "5 consejos para tener sexo anal" leí la primera página que aparecía. Cliqué en ella. Me sentía sucio al buscar todo aquello.

Al principio de la página aparecía una pequeña intro donde hablaba del tema. Antes de leerlo mire hacia todos los lado con miedo a que alguien estuviera, aunque era imposible ya que la puerta estaba cerrada. Comencé a leer. Hablaba sobre que ese tipo de práctica sexual no debía ser obligada por ningún miembro de la pareja para poder disfrutar de ello.

"Pues yo me siento obligado.. " Pensé "Y eso de placentero... no lo veo yo" Seguí leyendo, hasta que comenzaron los consejos cogí una hoja y fui apuntando segun leia:

1- Al tratarse de un esfínter muscular, suele tender a oponer resistencia, por lo cual es recomendable hacer una relajación corporal. A diferencia de la vagina, el ano no se autolubrica, por lo que es necesario un lubricante.

"¿Un lubricante? Pues me va a salir cara una simple noche"

2. Realizar la penetración de manera cuidadosa y suave (a veces es conveniente dilatar primero con un dedo antes de la introducción del pene)

Me miré el dedo. Lo miré mal. No me agradaba tener que hacer eso.

3. El uso del preservativo es muy importante debido a que la mucosa rectal es una vía de entrada de virus y bacterias.

"Lo que yo decía. Caro"

4. Jamás realizar una penetración vaginal luego de la anal, debido...

"Esto no me interesa mucho..."

5. Nunca penetrar contra la voluntad de la pareja. En ocasiones hay resistencias o negativas a hacerlo por el dolor.

Suspiré. Era tan raro leer estas cosas... Salí de la página para ver si encontraba alguna otra página con más consejos. ¿20 posturas para practicar sexo anal? Entré por curiosidad. Dentro de la página me aparecieron varias fotos y en cada una de ellas una pequeña explicación de porque era una postura adecuada. "¿Qué estoy haciendo con mi vida..." Pensé.

Con la mariposa conseguirás un ángulo perfecto para la penetración anal.

"No, no, ¿¡Qué hago leyendo esto!?"

Salí de aquella página. No me apetecía saber acerca de las mejores posturas del kamasutra para tener sexo... necesitaba saber algo más útil. Quería matar mi curiosidad. "¿Es placentero el sexo anal?" Escribí en el buscador. Me aparecieron bastantes páginas de Yahoo de gente que ya había preguntado eso antes. Cliqué en un link. Comencé a leer la pregunta del usuario.

¿Es el sexo anal placentero? Llevo preguntándome esto durante mucho tiempo ya que mi novio me lo pide constantemente. Aún no estoy segura de que hacer, me echa para atrás el tema del dolor... Pero he leido en algunos foros que puede llegar a ser placentero. ¿Es eso verdad?
"Buena pregunta..." Pensé. Bajé para leer la respuesta. Pero tan solo había leído la primera palabra cuando la puerta de mi cuarto se abrió.

—Hijo ¿Puedes prestarme...? — dijo mi padre abriendo la puerta de la habitación.

Sobresaltado cerré el portátil y miré hacia la puerta de mi habitación.

—¿... el portátil? — terminó la pregunta mi padre algo aturdido.

—Eh... claro. Dame cinco minutos — respondí nervioso.

Mi padre soltó una carcajada.

—Estaré en la sala — dijo cerrando la puerta detrás de él.

"¡Borra el historial, borra el historial!" Me dije a mi mismo mientras volvía a abrir el portátil. Me metí en historial y comencé a borrar todas y cada unas de mis búsquedas. Mi padre no era tonto y seguro que miraría por curiosidad.

Volví a cerrar el portatil solo que esta vez con más tranquilidad. "Esto solo me pasa a mí". Salí de mi cuarto y bajé a la sala donde mi padre me había dicho que me estaba esperando.

—Toma, papá — dije tratando de estar tranquilo.

—Gracias — mi padre extendió la mano para cogerlo mientras me miraba fijamente.

—¿Para que lo necesitas? —pregunté por curiosidad.

—Tengo que revisar unos archivos para una reunión que tendré la semana que viene. Es que mi ordenador iba muy lento. Ya lo siento por interrumpir... lo que sea que hicieras.

Mi padre se rió. Intenté no mirar al suelo para que no se notara que estaba algo avergonzado y maldije el hecho de que mi padre no tuviera un trabajo en él que no necesitara tanto internet.

—Y dime... ¿Que veías? — preguntó mi padre.

—¡A ti que te importa!

Mi padre se volvió a reír.

—A mi me lo puedes contar hijo... Los dos somos hombres, ya sabes. Yo una vez fui igual que tú. Un adolescente con las hormonas por lo aires. Nunca está mal ver algo de...

"¿Qué se cree este? ¿¡Qué veo porno!?" pensé "Muy lejos tampoco andaba..."

—¡No! Yo no... — dije avergonzado.

En seguida me calle. Mejor si me quedaba callado y que pensara lo que él quisiera. Me dí la vuelta y me fuí de la sala mientras oía las risitas que hacía mi padre. "Pobre iluso. Si él supiera..."

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