capitulo 30

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(FlashBack)

Hice un último sprint para terminar aquel condenado circuito de educación física. Salté las últimas vallas y me paré en seco tratando de recuperar el aire que me faltaba.

-Deberías hacer más ejercicio - dijo zee que ya había terminado el circuito mucho antes que yo - ¿Por qué no te vienes un día a correr conmigo?

-¿Y ahora me hablas de correr? ¿Tú me quieres matar o qué?

zee se rió. Como todos los miércoles a última hora de clase, teníamos educación física. Era una de las asignaturas que más esfuerzo me costaba. Nunca llegué a entender porqué era necesario estudiarlo, aunque este año era optativo, pero mi padre estaba obsesionado con que tenía que hacer deporte, y si no era en el instituto no iba a ser en la calle. A zee en cambio, se le daba muy bien el deporte. Corría todos los días y se tomaba bastante en serio el estar decente físicamente. Mi amigo no estaba mazado como otros tios, pero no estaba nada mal.

-Bien chicos las clase ha terminado por hoy - dijo el profesor - Recordad que la semana que viene os haré la prueba definitiva del circuito de obstáculos. Os pediría que os preparaseis un poco fuera del horario escolar, pero dudo que muchos de vosotros lo hagáis. Eso es todo. Ir a las duchas. Hoy les toca recoger a....

El profesor cogió la lista de la clase y observó los diferentes nombres de los miembros de la clase.

-A zee y... ¿Quién quiere ganarse un positivo?

-¡Yo!- dije en el mismo instante que el profesor realizó la pregunta.

- Vale. Bien, saint. El resto marcharos.
El profesor y los alumnos se fueron dentro del edificio dejándonos a zee y a mí solos en el campo de atletismo.

-Así que no puedes separarte de mí ni un segundo ¿eh?- dijo zee dándome dos codazos.

-Qué dices. Lo he hecho por el positivo.

-Ya claro... - dijo zee de forma irónica - Va. Tu recoge las vallas empezando por aquí y yo por la del otro lado.

-Vale.

Apenas tardamos 5 minutos en recogerlo todo. Y ya íbamos a lo que llamábamos el cuartito, una habitación dentro del edificio donde se guardaban todas los objetos de educación física. Vallas, balones, aros, cuerdas, esterillas... etc

Dejamos las vallas en su sitio y cuando estuve a punto de salir del cuartito zee me tiró un balón.

-¡saint! ¡tomalo! - dijo zee lanzando el balón.

Todo fue tan rápido que no me di cuenta de que el balón iba directo a mi cara. Por suerte era un balón de goma espuma. zee se empezó a reír en cuanto el balón me dio en la cara.

-¡Eh! Me has dado.

-Ahí está la gracia genio - dijo zee riendo.

-¿Con qué esas tenemos eeh? - dije recogiendo el balón del suelo.

Lancé el balón lo más fuerte que pude dándole a zee en la cabeza. Ahora el que se reía era yo. Zee  me volvió a tirar el balón y yo lo cogí en el aire. Me dispuse a lanzar de nuevo el balón, zee colocó las manos sobre su cara para que no le diera, entonces yo aproveché y se lo lancé más abajo. El balón dio de lleno en su entrepierna.

-¡Cómo te atreves! - se rió zee. Era obvio que no le había hecho daño porque había lanzado muy suave - Ahora le vas a pedir perdón - dijo esta vez señalándose ahí.

Me acerqué a zee y mirando hacia abajo dije:

-Discúlpeme señor palito de zee.

-¡Ja! ¡Eso no le vale! Las disculpas se dan como Dios manda. Vamos al vestuario.

¿Al vestuario? Ui... zee... ¿Qué quieres hacer...? zee me agarró de la mano y me tiró hasta el vestuario donde solo había dos chicos que ya estaban vestidos. Entre que habíamos estado recogiendo y jugando con el balón ya les había dado tiempo a todos para ducharse. Entre que los dos chicos restantes abandonaban el vestuario, yo me dispuse a sacar la ropa de recambio de la mochila y dejarla encima del banco. Esperaba que zee no me hiciera hacer nada... raro.

Algo nervioso me quité la ropa de espaldas a zee, cuya mirada sentía clavada en mi espalda. Nos habíamos visto desnudos millones de veces ¿Por qué me daba tanto miedo girarme?

-Que fuerte, tienes hasta pequitas ahí eeh- zee se rió mirándome el culo- Por cierto bonito culo, pero apuesto que por delante estás más guapo.
Me giré poco a poco avergonzado. zee me repasaba con la mirada de arriba a abajo sin querer perderse ningún detalle. Quise apartar la vista pero no pude, mis ojos se clavaron en su entrepierna
-¿Te gusta? - dijo zee cuando se dio cuenta de a donde estaba mirando - Te recuerdo que le debes una disculpa.

Ignoré a zee y cogiendo el gel de baño me dirigí a la ducha. Sabía que zee me estaba siguiendo. Me coloqué mirando hacía la pared, presione el botón que encendía la ducha y me metí debajo del agua. Mis mejillas ardían. Deseaba volver a ver a zee desnudo, pero a la vez no quería. Sabía que seguramente me excitaría si lo hacía. Aunque también sabía que aquella ducha no iba a acabar como las demás.

Sentí una mano acariciar mi espalda empezando desde los hombros y bajando por la espalda hasta mi culo. Suspiré. zee volvió a subir la mano y colocó la otra también. Sus manos bailaban por mi espalda haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera. De repente zee me abrazó por la espalda y comenzó a besarme el cuello. Sentí su miembro pegado a mi culo, esto hizo que un pequeño gemido saliera de mi boca ¿zee quería volverme loco, o qué? Giré la cabeza hacia donde estaba él para mirarle. zee levantó la cabeza y comenzó a besarme en los labios. Las manos de zee se resbalaron desde mi tripa hasta la zona donde estaba mi miembro. No lo agarró en ningún momento, tan solo se limitó a besarme y masajearme los testículos. Me moría de ganas de que me agarrara el pene. Pero zee quería torturarme, seguro, por eso no lo hizo.

-Eres cruel... - suspiré separando mis labios de él.

-No lo niegues. Te encanta - me susurró zee al oído sin parar de masajear.

-Sería incapaz de negarlo - contesté.

zee me giró de golpe para que le mirara y me apoyó contra la pared. Me sonrió.

-Me debes esto por lo del balón.

zee volvió a presionar el botón de la ducha para que el agua volviera a caer sobre nosotros. Se pegó a mi completamente y me comenzó a besar ansioso. Sus manos estaban cerca de mi cabeza y las mías estaba sobre sus abdominales. Pero lo que más me volvía loco era el contacto que había entre nuestros miembros. Sentía como crecían y se ponían más duros los dos. Era imposible que crecieran más, pero aun así crecían y crecían por muy imposible que me pareciera. Zee comenzó a hacer suaves movimientos de cadera para aumentar el roce de nuestros genitales. El mio estaba tan duro que incluso me dolía. zee me estaba torturando.

Mi respiración era agitada al igual que la de zee. Quería parar porque sabía que aquello estaba mal, pero a la vez no quería. Nunca había estado en una situación tan morbosa.

-zee... - suspiré.

zee me ignoró.

-zee... - dije más alto- Nos van a escuchar.

-Si estamos en silencio no nos pillarán - la voz de zee estaba entrecortada por sus propios gemidos.

En silencio... Eso ya era demasiado. No podía estar más excitado. Ni la mismísima orn consiguió que me sintiera así. zee se separó un poquito de mí pero sin despegar su entrepierna de la mía. Con la mano derecha volvió a darle al botón para que la ducha se pusiera en marcha. Nos miramos mutuamente. Hace un mes no se me hubiera ocurrido hacer esto ni aunque me pagaran dinero. Y ahora no quería parar.

zee miró hacía abajo donde estaban nuestras claras erecciones. zee soltó una risita.

-Que raro se me hace esto - dijo sin apartar la vista.

-No eres el único - dije con la voz temblorosa.

Zee sonrió y me dio un breve pico en los labios.

-Me gustas mucho saint. Tu forma de ser, tu pelo, tus ojos, tu cuerpo... tu... - lo último lo dijo riéndose y tocando mi pene

-Tú también me gustas zee - dije completamente rojo como un tomate.

-¿Quieres seguir con esto?

-Sí... Por favor- suspiré.

zee volvió a sonreír. Y de nuevo le dió al botón de la ducha y bajó las manos hacia abajo. Vi lo que pretendía. zee tomó con las dos manos los miembros erectos. Todo mi cuerpo tembló. zee empezó a mover las manos de arriba abajo haciendo así una doble paja. Cada vez que zee movía las manos juntaba más nuestros penes. Tuve que cerrar los ojos porque no podía aguantar mirando. Era demasiado. Casi incontrolablemente comencé a gemir una y otra vez. Mi boca tenía vida propia, y cada vez emitía gemidos más altos.

-saint... - susurró zee - Haz menos ruido.

Dios... Que zee me pidiera eso era mucho peor. Me excitaba el doble. zee continuó moviendo las manos de arriba abajo. No se cuanto tiempo pasó, pero perdí por completo la noción del tiempo. Tan solo oía mis gemidos, el ruido de la ducha, el roce de nuestros genitales y zee  suspirar mi nombre una y otra vez. Estaba disfrutando mil veces más que cuando perdí la virginidad con orn, y eso que aquí no había penetración.

-zee... - gemí su nombre- Me... me voy a correr.

-Yo... ta-ta-también... saint - casi no pude oír a zee, no podía apenas hablar.

Y después de treinta segundos o menos los dos explotamos a la vez vaciando todo nuestro cargamento sobre el vientre del otro. Las manos de zee  estaban cubiertas totalmente de un líquido blanco y espeso, y mi tripa tambien tenia restos de aquello. Se podría decir que era asqueroso, pero en ese momento me dio igual. Mi amigo acababa de llevarme al séptimo cielo de una forma increíble. Tuvimos que estar un rato recuperándonos del orgasmo que acabábamos de tener.

-Mi palito acepta tus disculpas, saint - dijo finalmente zee con voz jadeante.



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