capitulo 12

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Las 8:30 de la tarde. La hora en la que habíamos quedado en la boca del metro. Apoyados contra las barandillas del borde de la entrada al metro esperábamos orn, sammy y yo. Estábamos completamente en silencio. Resultaba casi hasta incómodo, incluso no me atreví a hablar hasta que llegó zee.

- ¡Hey! ¡Que pasa gente! - saludo feliz zee. - ¿Listos para el desfase?

Sonreí. La alegría de zee me animaba bastante, sin duda, el hacía que todas las fiestas a las que acudía no se me hicieran tan pesadas. Yo era más de estar tranquilo pintando o leyendo en casa con un poco de música tranquila, y él era más de fiesta y conocer a gente nueva.

- ¿El desfase de la piscina no? – dijo orn.

- ¡Sí señora! Llevo puesto el bañador ahora mismo, y ropa para cambiarme en la mochila.

-Estas loco - dije.

Tan solo pasó un minuto hasta que Hwahwa apareció por allí sin day.

- ¿Y day? - preguntó sammy

-No puede venir chicos. Me ha dicho que sus tíos se han ido de viaje este fin de semana y que le han pedido que cuide de su prima pequeña toda la noche. Iba a quedarme con él, pero me ha insistido en que viniera. Dice que una fiesta en una mansión debe de ser increíble y que debería venir.

-Day de niñero ¿Quién lo diría? - se rió zee

-Bueno, venga, vámonos.- dije señalando a las escaleras que llevaban al metro.

Bajamos al metro y pasamos nuestros tickets. zee era el que nos iba indicando que línea teníamos que coger y por donde había que ir. La ciudad en la que vivíamos era bastante grande. Y a dónde nos dirigíamos era a un barrio conocido por sus inmensas casas, era así como un barrio de gente rica, algo que nos había extrañado a todos en cuanto supimos que natt vivía allí. Aún no sabía cómo sería la casa a la que nos dirigíamos, tampoco me lo podía imaginar, solo había pasado por aquella zona de la ciudad una vez, y fue en coche.

Salimos del metro a una calle normal. Pero con tan sólo andar unos metros ya comenzamos a ver casas enormes y lujosas por doquier. Eran todo chalets enormes rodeados de inmensos jardines. Anduvimos unos 5 minutos mientras comentábamos con asombro la zona en la que nos encontrábamos. Entonces fue cuando llegamos.
Miré boquiabierto de arriba abajo a la casa que tenía delante de mis narices. Era una casa de por lo menos 4 pisos. El jardín era tan grande que incluso la música que sonaba dentro de la casa sonaba lejana. Nos acercamos a la puerta donde había una especie de portero que preguntó por nuestro nombre. Al confirmar que estábamos en la lista entramos hacia dentro.

- ¡Que fuerte! - exclamó zee - Antes de nada, vamos a buscar a natt.

Zee parecía emocionado, y con motivo. Rodeamos toda la casa hacia la parte trasera, hacia donde toda la gente se dirigía. A medida que nos acercabamos el sonido de la música aumentaba más y más. Cuando llegamos se me abrieron los ojos como platos ante lo que veía. Muchísimas personas se encontraba allí bailando con sus bebidas alrededor de piscina gigantesca en la que gente se estaba bañando. Exactamente como zee había dicho, con las típicas colchonetas y las tías buenas en bikini.

Pasé la mirada por todo el recinto y me encontré con la mirada de una chica que me sonrió al instante. Me sorprendió lo rápido que había encontrado a natt. A su lado se encontraban otras dos chicas, una de ellas era rubia y, supuse que era su amiga. Y la otra era morena, que no nos apartaba la vista. Esta le susurró algo en el oído a natt, vi como natt le respondía de mala gana. Enseguida se dirigió hacia nosotros con la rubia mientras dejaba atrás a la morena.

-¡Chicos! ¡Habéis venido! Qué bien. Os presento a mi amiga, Ana. - señaló a la rubia

-Hola - dijo Ana alegre.

-Hola - respondimos todos.

-Yo soy zee, este es saint, su novia orn, sammy y Hwahwa- nos presentó zee

-Encantada de conoceros - respondió Ana - ¡Que alegría volver a verte hwahwa!

-Sí – respondió hwahwa.
¿Se conocían?

-Bueno, espero que os lo paséis bien. Dentro de la casa tenéis un pequeño buffet de aperitivos y una barra con bebidas, también hay una pista de baile y cambiadores por si os bañais en la piscina. Hay baños en todas las plantas y... ¡Es verdad! Casi se me olvida saint. A partir de la segunda planta tenéis cuartos, por si quieres hacer una tarta... ya sabes.

Zee, natt y yo nos reímos. Los demás se limitaron a mirarnos sin entender nada. natt nos explicó que dentro de una hora habría tarta y le traerían los regalos, nos sentimos mal al instante al no traer un regalo, pero natt nos dijo que no pasaba nada. Después se fue a atender a más invitados y Ana se quedó con nosotros. zee me tiró del brazo hacia una esquina mientras las chicas conversaban.

-... está Mew - me dijo con un tono bajo.

- ¿Qué?

-Mira.

Zee me señaló a un chico que se encontraba al otro lado de la piscina con la amiga morena de natt. Tragué saliva.

-Pero eso no es lo peor -esta vez miraba a la morena- Esa es fah.

- ¿La que ligaba contigo en la fiesta de mew?

-Sí...  espero que no me la líen.
Miré a zee. Podía notar su preocupación en la mirada.

-Tranquilo zee, olvídate de ellos, con un poco de suerte no se acercan.
Volvimos con las chicas que parecían haber hecho buenas migas con Ana. La verdad es que yo también estaba preocupado. La última vez que vi a Mew fue cuando se metió con nosotros, y conociéndole sabía que era capaz de acercarse. Ana se giró hacia nosotros.

- ¿Todo bien chicos?

-Sí, todo genial - contestó zee

-  Oye zee me han contado que has sido el único que se ha traído bañador ¿Te vas a bañar?

- ¡Claro que sí! Hace una noche estupenda.

-Bien. Yo también me bañaré, seguramente después de los regalos ¿Qué te parece si vamos juntos y nos echamos unas risas?
¿Estaba Ana tratando de ligar con zee? zee me miró indeciso. No sabía si le estaba insinuando algo con aquella pregunta. Supuse que seguiría fingiendo su gusto por las chicas, pero por un momento pensé que le iba a decir que no.

-Ca... claro... ¿Por qué no? - respondió zee

- ¡Genial! Te veo luego - se despidió Ana yéndose hacia otro lado.

Yo incluidas hwahwa, orn y sammy nos quedamos mirando a zee. No se merecía esto, sabía que a zee no le gustaba tener que seguir fingiendo que le gustaban las chicas. Merecía a alguien mejor, un chico que le comprendiera. Y por primera vez en mi vida sentí rabia al oír como mi amigo aceptaba la propuesta de Ana. Como si estuviera celoso...

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