Final

241 29 5
                                    

—Érase una vez un pobre chico adolescente que cayó perdidamente enamorado de un compañero de su mismo instituto. Un día estos dos chicos por algún acontecimiento desconocido acabaron besándose lo que los llevó a los dos a la confusión. Con el tiempo se cogieron más cariño hasta que terminaron por ser novios. Pasaron un tiempo increíble mientras duraron juntos, pero entonces el novio del chico le engañó con otra persona... O el chico se enteró de que su novio le había utilizado y que todo había sido un juego... O los padres del novio eran homófobos y los separaron... Bueno la cosa es que el chico sufrió tanto que decidió que lo mejor era olvidarse de todo, y pues se le debió de quedar tal trauma que se convirtió en un homófobo o empezó a sentir cierto rechazo a los homosexuales. Y cuando creció y se casó con una mujer con la que tuvo un hijo, al descubrir que su hijo tenía novio pensó que probablemente viviría los mismo que él, lo que le preocupo.

—Pues a mí orn me engañó y yo no les cogí ningún tipo de rencor a los homosexuales.

—A ver, pero probablemente lo que tu padre vivió sería peor, vete a saber... quizás aquella persona realmente le hizo algo malo... Y tu deja de quejarte que tu también la engañaste, mal novio.

—¡Oye! Te recuerdo que fue por tu culpa "Podemos ser amigos con derecho" — dije imitando a zee cuando me lo propuso.

—¡Y tú bien que lo aceptaste y admitías que te gustaba que te hiciera cosas guarras en los vestuarios!

—¿¡Y qué quieres que le haga si eres tú el que me provoca en los peores sitios!? ¿Soy humano sabes? Yo también me excito.

—Pues habrá que aprender a controlarse un poco ¿No? — zee me sacó la lengua.

—¡Contrólate tú! — le pegué un codazo.

Zee se rió. Se notaba mucho que le encantaba hacerme enfadar, sobre todo hablando de nuestra relación y echándome en cara las cosas que no hacía ni había hecho bien. No sé cómo había podido acabar con alguien como él la verdad, aunque tenía que admitir que muchas veces él era el que le daba la chispa divertida a la relación.

Suspiré pensando en mi padre. No me entraba en la cabeza el hecho de que mi padre hubiera vivido una mala experiencia con la homosexualidad. No me lo podía imaginar... Miré a zee que caminaba junto a mi por las calles de la ciudad.

—Ósea, en resumen. Que mi padre a tenido una idea equivocada de la homosexualidad durante todo este tiempo.

—Sí. Al menos eso es lo que yo creo.

—¿Era necesario montar toda esa película?

—Sin una historia que narrar no tiene gracia, aunque me la haya inventado entera. ¡Pero tengo alguna posibilidad de haberme acercado!

—No sé yo. Ni siquiera sabemos si fue un noviazgo exactamente. Quizás fue algún homosexual que le hizo algo, o alguien malo que...

Zee me interrumpió cojiendo una bocanada de aire de golpe dando a entender que se le había ocurrido algo.

—¡Igual lo violaron! — chilló zee

—¿¡Qué!?

Un grupo de chicas que justo pasaba por al lado se quedaron mirándonos aturdidas.

—¿¡Qué dices!? ¿Estas loco? ¡No chilles! — dije aun sorprendido y mirando a las chicas muerto de vergüenza, después le volví a mirar y dije más bajo: — Mi madre ha dicho que fue un problema con un amor suyo, no lo han podido hacer nada de eso...

—Igual fue su amor quien lo violó... —zee se colocó la manos en la barbilla pensativo.

—¿Cómo me sueles hacer tú a mí? — pregunté cruzando los brazos sobre mi pecho.

—Yo no te violo.

—No que va... Solo me obligas a tener sexo.

—Eso es mentira.

—¿Entonces lo de hoy en la biblioteca que ha sido?

—bueno....

—Pero si que me obligas a hacerlo.

—Hoy me has admitido que te gustaba así que técnicamente...

—¡Calla! ¡Da igual! —lo interrumpí — Es imposible que le hayan violado ¿Tú ya piensas con la cabeza?

—Aunque parezca mentira... sí. ¿Cómo te quedas?

—Fascinado —dije irónicamente.

Zee se rió, miró hacia delante y soltó un suspiro. Le veía feliz, bueno, normalmente este hombre siempre estaba feliz. En ese momento, antes del siguiente movimiento que zee realizaría, yo ya sabía lo que él iba a hacer. Me cogió de la mano. Sonreí. Esta vez no pensaba quitar la mano ni avergonzarme de lo que la gente que nos veía pensaría. Esta vez decidí andar agarrado de su mano con orgullo.

— Se me acaba de ocurrir una idea— dijo zee

—A ver... Sorpréndeme.

—Cuando lleguemos —zee aceleró el paso obligándome a ir a su ritmo tirando de mi mano.

—¿A dónde vamos?

—Ahora lo verás.

Y como si fuera un niño pequeño corriendo a la próxima atracción de un parque, me fue guiando con su mano emocionado. Si me ponía a pensar en ello, no se me ocurría ni un solo sitio al que él me pudiera llevar. Intentando seguir su paso, zee me llevó por la ciudad a hacia la parte más alta de ella. Y después de unos 10 minutos de confusión para mí llegamos a un parque que se iba adentrando en el monte. Era famoso allí por tener miradores de toda la ciudad.

Miré el verde del parque sin entender muy bien porque me había traído aquí. Zee bajó la velocidad pero no dejo de andar y de guiarme por el parque. Entonces me llevó por un camino que subía aún más y entonces supe que me quería llevar a un mirador ¿Para qué? Pues viniendo de zee... ¿Quién sabe?

En silencio seguí andando hasta llegar al destino. Y como yo había adivinado, zee frenó en un mirador donde se podía ver gran parte de la ciudad. Eran unas vistas preciosas, no era la primera vez que venía aquí con zee, aún supuse que esta vez era más especial ¿No?

—Muy bien — dije después de coger una bocanada de aire para tranquilizarme después del largo recorrido — ¿Qué se te ha ocurrido?,- zee soltó mi mano y me indicó que me quedara quieto donde estaba, ósea a unos metros de la valla del mirador. Zee se adelantó unos pasos y después se giró para mirarme. Justo delante de mí, tenía las mejores vistas de la ciudad, más mi sexy novio.

—¡Querido público! — informó estirando los brazos — ¡Tengo el honor de poder inaugurar la aprobación de zai...! — se paró un momento para pensar algo y acto seguido indicó que ya se le había ocurrido algo — ¡zaintsee! ¿Suena bien?

Me encogí de hombros. Seguía sin entender muy bien lo que estaba haciendo zee. El se puso la mano en la barbilla pensativo.

—¿Qué estás haciendo? — pregunté riendo.

—¡Mi querido¡saint! Puede que seamos novios de hace unas semanas, pero hasta ahora no hemos podido disfrutar de nuestro noviazgo sin tener que ocultárselo a alguien. Hoy mismo tu padre nos ha dado el visto bueno. Más o menos... ¡Así que hoy lo proclamó el día de la aprobación de zaintsee! — lo último lo medio chilló haciendo que mirara a mi alrededor nervioso — ¡Un fuerte aplauso por favor! — Ahora sí, chilló.

La gente que paseaba por el parque nos miró aturdidos. Yo desde luego, no iba a aplaudir.

—Que público más soso... — comentó zee— Ya aplaudo yo.

Y como si le hubiera poseído un espíritu hiperactivo se pusó a dar saltitos y a aplaudir. ¿Cómo era capaz de hacer eso en público? Inmediatamente me acerqué a él y lo detuve poniendo mi mano en su hombro.

—Para quieto — me reí mientras al mismo tiempo sentía algo de vergüenza ajena — ¿Qué te pasa? ¿Estás loco?

—Loco de amor— dijo riendo.

—No puedo tomarte en serio después de que se te haya ido la olla...

—La olla está para dejarla ir — opinó como si fuera un filósofo importante y acabara de decir algo inteligente — saint quiero que no tengas vergüenza ahora mismo, quiero que mandes a tomar por culo la olla y que saques todo lo que sientes de dentro de tu corazón — su dedo índice fue a parar a donde supuestamente estaba mi corazón.

—¿Qué quieres que haga?

—¿Recuerdas todo lo que te dije el día en el que te pedí que fueras mi novio? Una de las cosas que quería era ir al sitio más alto de la ciudad y gritar que te quería. Puede que este no sea realmente el sitio más alto, pero me sirve...

—¿Cómo? ¿Quieres gritar?

—Gritar es una forma estupenda de desahogarse y sacarlo todo.

—Pe... pero tú — no sabía muy bien qué decirle — ¿Estás loco?

—Ya te lo he dicho antes — zee se giró dándome la espalda para agarrar la valla del mirador — ¡QUE LO SEPA TODO EL MUNDO! ¡ESTOY LOCO POR TI SAINT!

No supe dónde meterme durante unos segundos de pánico. Sentía que toda la gente que pasaba de vez en cuando por allí nos miraba sin apartar la vista. Zee se dio la vuelta para mirarme sonriente y se rió.

—¡Vamos saint! ¡Chilla conmigo!

—¿¡Qué!? No... Ni de coña... — dije alterado — No pienso...

—¡DESCUBRÍ QUE ERA GAY GRACIAS A TI SAINT!—me interrumpió zee con otro grito — ¡Y NO PUDE ENAMORARME DE NADIE MEJOR!

—¡zee! — me quejé —¡No chilles!

—¿Te estas poniendo rojo? Que mono... — zee soltó una risita — ¿Qué más te da que la gente piense de nosotros? Es más, si tienen que pensar en algo sobre nosotros que sea que somo una pareja adorable. Vamos grita conmigo. ¡AMO A MI NOVIO!

Miré a los dos lados y vi que una pareja nos miraba de reojo. Sí, zee tenía razón, estaba rojo como un tomate y las mejillas me ardían.

—zee... no voy a gritar nada...

—¿Cómo que no? Pues hasta que no grites no pienso dejarte ir. Vamos, suéltalo — me miró expectante, pero yo no moví un músculo — saint ¿Tu me quieres?

—Sí...

—¡Entonces grítalo! — zee se acerco a mi y puso sus manos en mis hombros — ¡Vamos! ¡Grítalo! Sé que puedes hacerlo. No hay vergüenza.

—Te quiero — dije normal.

—Más alto.

—Te quiero... — dije aún sin gritar.

—Y yo saint, pero eso ya lo sé, y la ciudad no — señaló a las vistas— Díselo a todos. Vamos.

No sé porque estaba haciendo esto. Me daba vergüenza, pero al mismo tiempo, quería hacer lo que zee me proponía.

—¡Te quiero!

—¡Eso es! ¡Más alto!

—¡¡Te quiero!!

—¿¡QUÉ DICES SAINT!? ¡NO TE OIGO!

—¡QUÉ TE QUIERO!

—¡Sí! ¡Eso es! ¡YO TAMBIÉN TE QUIERO!

Me tapé la boca con ambas manos sin creerme lo que acababa de hacer. Me reí. Me sentía como un niño pequeño.

—¿No sienta bien chillar?

Asentí.

—¡YA HABÉIS OÍDO TODOS! ¡NOS QUEREMOS! ¡Y NOS DA IGUAL LO QUE DIGÁIS!

—¡ESO! — me uní a zee — ¡Y SÍ! ¡SOMOS GAYS! ¿¡ALGÚN PROBLEMA!?

Zee se rió y me abrazó con fuerza pillándome por sorpresa. Acepté su abrazo rodeando mis brazos por su cintura.

—Gracias... —susurró zee

Me quedé confuso por unos minutos ¿Me estaba dando las gracias por haber gritado?

—Significa mucho para mí que no te dé miedo decirle a todo el mundo que me quieres — sus manos acariciando mi pelo con ternura — Gracias... Gracias...

—De nada zee...

Nos quedamos en silencio por un rato mientras nos abrazábamos. Me podría tirar horas en sus brazos perfectamente, pero entonces noté como zee me apretaba con más fuerza y temblaba de vez en cuando.

—¿zee?

Su única respuesta fue un pequeño sollozo que me sorprendió muchísimo.

—¿zee...?—pregunté preocupado.

—saint... Te quiero — dijo con la voz temblorosa —Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. Te quiero tanto...

—zee... — colocando mis manos en su cintura lo separé de mí con suavidad para ver su cara mojada de lágrimas — ¿Estás llorando?

—No... Solo estoy hidratando mis ojos en exceso — se rió — Lo siento...

—¿Lo siento por que?

—Por hacerte hacer estupideces como gritar y encima luego, ponerme a llorar...

—Qué bobo eres — sonreí pasando la yema de los dedos por su cara para quitarle las lágrimas — Si lo he hecho será porque me importas ¿No?

—Encima eso... Es que no me lo creo —zee agachó la cabeza comenzando a llorar aún más— Aún no puedo creerme que estés a mi lado... Que a pesar de todo me eligieras a mí... Que seas mi novio... Que me quieras... No acabó por creerlo. Todo parece un sueño perfecto...

Mis manos fueron a parar a su cabeza para levantarla y que viera mi rostro sonriente.

—Pues ya estás tardando en creértelo eeh — después de decir eso me acerqué a él y le besé.

Zee gimió y agarró mi cintura con sus manos. Hay que ver lo sensible que se podía poner zee con tan solo gritarle que le quería desde un mirador de la ciudad. Aquel chico era tan impredecible para mí. Aún me quedaba mucho por descubrir sobre él, y eso que habíamos sido amigos desde pequeños.

—Venga deja de llorar — dije al separarme de él.

—No se si podré... Es como si acabara de ver una película dramática — se rió.

—Pero si tú nunca lloras con las películas. No me mientas.

—Es verdad. Ese eres tú — se volvió a reír.

—Ves. Ya no estás llorando.

Sonrió.

—¿Bueno te lo has creído ya?

—Mmm... — dijo zee pensativo — Creo que aún tengo algunas cosas que pedirte para ver si de verdad me quieres.

Me reí.

—Me das miedo.

—Bueno tú decides si quieres aceptar mi propuesta de prueba de amor.

—Te quieres aprovechar de mí con todo esto ¿Verdad?— coloqué mis brazos sobre sus hombros y lo miré sonriente — A ver si voy a tener que hacerte una prueba yo de si me quieres o solo te estas aprovechando los mí.

—Bueno, ya te he dicho que tú decides si quieres o no. Ten en cuenta que puede ser divertido — me acercó aún más de la cintura — Divertido como ver una película de terror juntos.

—Sabía que iría por ahí... — rodé los ojos y después me reí — Solo aceptaré si me dejas ponerte pruebas yo también ¿Sí?

—¿Entonces lo hacemos?

—¿A ti te parece bien?

—Yo dejo que decidas tú — chocó nuestras narices — Tú decides.

—Vale.

tu decides Donde viven las historias. Descúbrelo ahora