capitulo 60

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—¡Ay! Malditas agujetas... — se quejó la morena que tenía a mi lado — Quién me mandaría a mí hacer estas cosas...

—¿Qué cosas? —pregunté aburrido mientras miraba fijamente a una diana.

—No quieras saberlo — contestó.

Aparté la mirada de la diana para mirar a orm que se reía.

—Tampoco es que me interese — dije volviendo a mirar a las dianas.

—Obvio. Eres saint, no zee—se rió — Na, no pienses mal. Es que mi madre ayer me hizo recorrer toda la maldita ciudad cargada de bolsas porque llegábamos tarde a casa y no le iba a dar tiempo a ver su serie favorita...

Me reí al imaginarme la escena. A parte, tenía razón, zee siempre fue más curioso que yo. Suspiré. Me aburría... Hoy era el cumpleaños de zee y no podía estar con él. Que deprimente. ¿Y donde mierdas estaba perth?

—Sabes que te he traído un regalito ¿No? — me informó mi exnovia.

La miré confuso. Orn me enseño la bolsa que había tenido durante toda la tarde. No le había prestado demasiada atención así que no sabía lo que era, aunque solo bastaba con mirar la bolsa donde ponia PartyXParty. Oh vaya... ¿Cómo no se me había ocurrido?

—Espero haber acertado con la talla — orm miró dentro de la bolsa — Luego podemos ir a tu casa y te pruebas.

—¿Y mis padres que?

—¿Crees que tu padre se va a preocupar si te ve vestido de conejo?

—Y yo que sé... Es tan especial el hombre...

Orn se rió y miró hacia delante donde sammy se preparaba para lanzar una flecha. Yo ya no sabía qué más hacer, realmente me aburría, y eso que me solía gustar ver con admiración a sammy lanzar sus flechas y que no fallará ningún tiro. Pero esta vez, a pesar de tener a orn como compañía, me aburría.

Pensé en zee. Seguramente él no se estaría aburriendo en este mismo momento. Le estarían ahogando a felicitaciones y ya tendría más de un regalo entre sus manos. Pero por mucho que se lo pasara bien estaba seguro de que mañana sería mucho mejor por lo que teníamos preparado. Y él se lo esperaría, al fin y al cabo todos lo años si un cumpleaños caía del lunes a jueves no hacíamos nada hasta el fin de semana. La cuestión era que zee había dicho que lo celebraremos en sábado, y mis amigos en cambio querían darle la sorpresa el viernes. Osea mañana.

Unas voces muy conocidas hicieron que volviera a la realidad. Me giré la cabeza hacia la derecha para mirar a una pareja de hermanos que parecían discutir. No estaba muy seguro de ello ya que no entendía lo que decían. Tan solo percibía muchos sonidos, entre ellos la K y T eran abundantes, lo que supuse que estaban hablando Japonés.

—¡BAKA! — dijo  yacht empujando a su hermano lo que hizo que este se riera.
"¿Vaca?" Pensé "Y se lo dice al tío más musculoso de toda la sala... que irónico"

Perth se acercó a nosotros riendo. Sammy se giró sonriente para saludarle y perth le dio una palmadita en la espalda diciéndole que siguiera así. Después se dirigió hacia nosotros.

—Konban wa —dijo orn
—Konban wa — respondió — Mi querido saint ¡Has venido!

—Que remedio — dije.

—Tampoco te he obligado ¡Eh!— perth me sonrió — Tengo el regalo en el cuarto de los materiales ¿Me acompañas?

—Claro.

Seguí a perth a través de el pabellón mientras iba parando de vez en cuando para dar algún que otro consejo a los alumnos de tiro con arco. Era como si él fuera el gran general que iba caminando por las trincheras diciendo a sus soldados como disparar.
Finalmente llegamos a una sala donde había todo tipo de utensilios para el tiro con arco. Era como el cuartito pero solo de tiro con arco. Perth se fue hacia una esquina de la sala y se agachó para coger una caja de zapatos que había en el suelo. Me pregunté si dentro de aquella caja de verdad había zapatos.

—Aquí está — dijo acercándose con la caja y dándomela.

Con curiosidad abrí la caja para encontrarme con unas Vans de color marrón.

—¿Unas Vans? — pregunté sorprendido — ¿No son muy...?

Iba a decir caras cuando me di cuenta que estaba ante un multimillonario. Unas Vans para él debía de ser como comprar una regaliz de cinco céntimos para mí. Perth se rió imaginado lo que iba a decir.

—Sí. Me las compré hace poco y no acabaron convenciendo, y en vez de devolverlas prefiero regalarlas — explicó.

—¿Y la talla? — pregunté cogiendo la zapatilla y mirando el número que aparecía en la suela.

—Es que cuando vino estuvimos hablando de zapatos y me dijo su número. Resultó que utilizabamos el mismo.

—Ah... que casualidad — dije guardando el zapato en la caja.

Levanté la mirada de la caja para encontrarme con la sonriente expresión de perth. Había algo en el que me inquietaba y temía confiar en él, pero al fin y al cabo ¿A quién más tenía?

—¿Y sobre qué querías hablarme?

—Ah. Sí — perth se rascó la cabeza — En general era lo del regalo, y por otra parte quería felicitarte por tu nuevo noviazgo. Si te soy sincero me dio pena cuando me lo contaron. Me pareces muy adorable...

Lo miré incómodo. Sabía que había algo que me daba mala espina de Perth y aquello era. Que se había fijado en mí. Ya me di cuenta en la fiesta de natt.

—Ah... Eh. Gracias — dije nervioso.
Perth simplemente se rió. No parecía estar nervioso, al parecer le había dicho a muchos chicos que eran adorables. El que estaba nervioso era yo, que quería hacerle una pregunta un tanto incómoda.

—Oye perth...

—¿Sí?

—Te puedo hacer una pregunta.

—Claro. Dispara.

—Verás es que yo... — no sabía muy bien como preguntar aquello — Tengo algunas dudas sobre la homosexualidad...

—¿A sí? ¿De qué tipo?

—Es sobre...

—¿Sexo?— dijo él de sopetón como si nada.

Lo miré asombrado y enseguida me ruboricé de la vergüenza. Como ya había previsto, perth se rió cuando vio mi reacción.

—Tranquilo, todos hemos tenido dudas ¿Qué quieres saber?

—Bueno yo... — me paré un segundo para darme ánimos a mi mismo y que no me costara tanto preguntar. Al fin y al cabo perth me respondería, y si me ponía más nervioso entonces si se reiría más de mí— Nunca he perdido la virginidad con un hombre. Ósea... sí he tenido relaciones sexuales pero no eso de...

Perth se quedó callado a la espera de que terminara la frase, la cual acabé haciendo un gesto con las manos. Poniendo en dedo índice y pulgar unidos haciendo un circulito y con el índice de la otra mano atravesando en circulito. Perth se rió.

—¿Y tienes pensado hacerlo? — preguntó.

—Mañana...

—Vaya ¿Un regalo de cumpleaños quizás? — se volvió a reír — Supongo que estarás aterrado. Todos lo estamos la primera vez.

—Sí... Me preguntaba cómo puede llegar a ser eso placentero...

—A sí. Bueno, es cuestión de acostumbrarse. Pero no te preocupes, una vez que te acostumbras te olvidas del dolor y realmente lo disfrutas. O bueno, eso también depende de la persona. Pero oye,querer es poder ¿No?. Lo primero que te recomiendo que hagas es que dilates el ano que vaya a ser penetrado con un dedo o algo similar y después utilizar un lubricante para que no sea tan doloroso. Y no olvides que hay que ir lentamente al principio.

—¿Y de donde saco yo un lubricante?

—Cómpralo en una farmacia. O si quieres te regalo yo uno — perth se rió — Si no, a la vieja usanza. Con saliva.

Miré al suelo pensativo. Que desagradable sonaba todo...

—Ya se que suena asqueroso. Pero que se le va ha hacer. El sexo siempre ha tenido su lado sucio. De hecho, si lo piensas, es sucio en sí.

—¿Y los condones? — pregunté — ¿No sale todo muy caro?

—Bueno... En realidad los condones no son un problema. Ya de por si no te vas a quedar embarazado — perth se volvió a reír — Y en cuanto a enfermedades... Bueno, eso sí es un problema.

Pensé cuando zee me hizo una mamada por primera vez. Se tragó mi semen y no le pasó nada. Supongo que yo estaba sano.

—¿Pero con el sexo oral también es necesario?

—Bueno... Eso ya sería cuando estas con alguien completamente desconocido. Sí, es verdad que por vía oral se puede transmitir enfermedades. Pero no tiene ni punto de comparación con lo que se transmite con el sexo anal. Es diferente, porque no hablamos solo de enfermedades, sino de higiene.

—Entonces ¿Tu siempre lo usas?

—Claro. La salud lo primero. Aunque... — perth se pasó la mano por el pelo pensativo — Yo tenía un amigo en Japón...

Perth suspiró. Lo miré intrigado.

—Era... Era amigo mío desde que éramos pequeños — continuó hablando — El fue quien me sacó del armario. Y bueno... También fue quien me robó la virginidad. Alguna vez llegué a no utilizarlo con él, en especial para el oral. Supongo que ya estábamos acostumbrados el uno del otro y sabíamos que todo era seguro. Pero hubo problemas, y le dejé atrás cuando me vine aquí... Le echo de menos. Se parece tanto a tí...

Me quedé asombrado. "¿A mí?" De repente la mala espina que siempre me había dado perth se esfumó. Parecía ser tan sincero con lo que decía... Supongo que el Perth que yo creía conocer era menos sensible. Pero ahora parecía ser diferente. Perth me miró con tristeza.

—Lo siento. Tampoco quiero contarte mi vida...

—No tranquilo — dije sonriendo — Esta bien. Lo entiendo.

—Gracias — sonrío — saint prometeme que si alguna vez zee y tu terminais, acabareis bien. Y si te vas lejos de él, antes te aseguraras de que entre vosotros todo anda bien.

—Te lo prometo.

Perth volvió a sonreír y me propuso volver con orn ya que el entrenamiento ya estaba por terminar. Me dijo que felicitara a zee por su parte y tambíen me deseó suerte con mi "regalo".

No se que le podría haber pasado a perth, pero no parecía una historia feliz. Aún así me había demostrado que no era como yo le imaginaba, un alocado gay que me daba miedo porque se había fijado en mí. Por lo menos ahora sabía porque lo había hecho. Al principio, lo primero que me imaginé fue que tan solo quería diversió. Resultó ser que no era así.

Cuando volvimos orn nos aplaudió diciendo que habíamos tardado y después le metió prisa a sammy cuando tuvo que recoger porque quería con desesperación que me probara el disfraz de conejo.

Después de la charla con perth él se despidió y se fue por ahí a ayudar a los arqueros. Y a partir de ahí no le volví a ver en toda la tarde. No me había contado nada específico, pero aun así sentía tristeza por él ¿Tan empático era?

El resto de la tarde solo estuvo centrada en el dichoso disfraz. Sammy se unió al evento de "Ver a saint vestido de conejo" con orn, y orgullosas de su "siant conejo" me hicieron hacer un pase de modelos delante de mis padres. Y en cuanto a ellos, no hubo ningún problema, no hicieron apenas preguntas y se limitaron a reírse de mí, entendiendo un "Es para hacer reír a zee" por respuesta.

También, orn y sammy me ayudaron con convencer a mis padres de que mañana me quedaría en casa de zee a dormir. Se creyeron que todos íbamos a dormir en casa de zee aún así, sospeché de que mi madre se imaginaba otra cosa, a estas alturas era imposible mentirle, pero le agradecí el que no intentara delatarme.

Y el disfraz... Según orn y sammy estaba monísimo. Para mí, lo único positivo que veía era que era sumamente cómodo y calentito. Y más le valía a zee que le gustara el maldito disfraz después de ser el hazme reír de mis amigos y mis padres.
Ya estaba todo preparado. Mañana sería un día muy largo. 

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