capitulo 66

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—¡Gané la apuesta! Me debes algo.

—¡Ja! No. No tienes pruebas y al final no apostamos.

—¡Si que tengo y si que lo hicimos!

—Mentira.

—Verdad.

—¡Mentira!

—¡Verdad!

—¡saint!

—A mi no me preguntes. No preste atención a vuestra estúpida apuesta — le dije a sammy.

—¡Mentiroso! Si que sabes de qué hablo. Y no es ni estúpida ni nada porque no hubo apuesta.

—Sí que hubo. ¿A que sí zee?

Zee levantó la cabeza del móvil sin saber muy bien de qué hablábamos.

—¿Eh? — dijo este.

—Ves, ni zee sabe de qué hablas. No hubo — repitió Sammy

—zee no es una fuente fiable. Y además eso lo dices porque has perdido la apuesta.

—¡Qué va! Lo dices tú porque crees haberla ganado.

Zee me miró confuso. Yo me encogí de hombros.

—A ver, a ver. Paz chicas — dijo zee moviendo las manos — ¿Me quereis decir de qué habláis?

Hubo un corto silencio de apenas segundos en los que sammy y orn se intercambiaron las miradas. Después las dos procedieron a hablar a la vez, lo que hizo que se volvieran a callar para decidir quién hablaba.

—A ver... — dijo orn antes de que sammy abriera la boca — ¿Recuerdas la conversación de Uke y el Seme?

—Uf... — suspiré — no me gusta por donde va esto.

—Sí—respondió de

—Pues yo dije que tu podrías ser Uke — explicó orn— Y sammy dijo que nunca. Y pues...

—Y no hubo apuesta.

—¡Sí que hubo!

—Ei, ei... ¿Se puede saber a qué viene tanto jaleo?— preguntó day que acababa de acercarse junto a hwahws a la mesa con dos coca colas en la manos — se os oye desde la barra.

—Tampoco es que este muy lejos— zee miró la barra y comenzó a hacer cálculos en la cabeza — Unos 5 metros diria yo.

—Aun así no debería enterarse todo el bar — day dejo una coca cola enfrente de mí.

Le di las gracias por traermela.

—Hey ¿Y mi Kalimotxo? — preguntó zee

—Que tonto eres— day se sentó en su silla.

—Toma alcohólico — dijo hwahwa dándole otra coca cola sonriente.

Zee se rió.

—Ya discutís como un viejo matrimonio eh — Comentó hwahwa sentándose.

—Ella ha empezado— sammy le dio un empujón suave a orn.

—Me debes algo — murmuró orn.

—Bueno pues entonces algún día te sorprenderé ¿Contenta?

—Sí...— orm sonrió.

Sammy agarró a orn de los hombros para acercarla y le dio un beso en la cabeza. Después miré a hwahwa y a day que estaban muy cerca el uno del otro y mientras day le agarraba de la mano ella miraba con ternura a la parejita de lesbianas.

Un ruido hizo que apartara la vista para ver a zee pegando saltitos con la silla para acercarse a mí. Cuando consiguió su propósito, me rodeo con un brazo y me dió un beso en la mejilla.

—¿No te ha dolido hacer eso? — le pregunté.

—¿El que?

Miré a los demás que ahora tenían sus miradas clavadas en nosotros. Me acerqué a su oreja para que no oyeran lo siguiente los demás y le susurré:

—Esos saltitos con la silla — zee pareció no entenderme — Tú... Culo.

—Tengo un buen aguante — contestó — Además no voy a ir por ahí demostrando lo mucho que me duele — dijo sin ninguna preocupación de quien le escuchara.

A continuación se hizo un largo silencio entre todos. Nuestros amigos nos miraban. Me sonrojé.

—Uy... — dijo zee como si se hubiera dado cuenta de que lo había dicho en voz alta.

El silencio se rompió por las carcajadas de mis amigos. Casi por instinto coloqué mi cabeza en el hombro de zee para ocultar mi cara roja.

—¿Porque siempre haces lo mismo? — me quejé.

—Lo siento — se rió.

Era su naturaleza. Siempre me hacía pasar vergüenza delante de la gente con sus comentarios sobre nuestra relación. Se notaba mucho que nuestro noviazgo era algo oficial, pero no entendía la capacidad que tenía mi novio de contar las cosas sin que le diera vergüenza. En vez de eso se reía con los demás, mientras yo, como siempre, me ocultaba la cara.

—No voy a preguntar qué es lo que te duele por no ser cotilla — dijo hwahwa riendo.

—Tampoco hace falta que se lo preguntes — respondió Sammy

—¿Desde cuando tengo que vivir en un entorno tan homosexual? — dijo day colocando la mano en la frente.

—Como cambian las cosas eh... — comentó zee — Hace unos años ninguno de nosotros se hubiera imaginado esto.

— Y tanto. Es como vivir en un sueño — sammy soltó un largo suspiro.

—Es como vivir en el mundo de los arcoiris— opinó day.

—Y de unicornios que cagan amor y escupen felicidad — añadió hwahwa

—Y de saint escondido detrás del príncipe de blanco porque está más rojo que el pelo de la princesa esponja — dijo orn

—¡Eh! — nos quejamos sammy y yo levantando la cabeza a la vez.

Orn soltó una risotada orgullosa de su chiste malo.

Suspiré. La verdad es que visto desde aquel ángulo todo había cambiado tanto... Antes todos éramos más... ¿Normales? No. Esa no era la palabra.

—Sea como sea ese mundo sigue siendo muy gay todo — dijo day.

—¿Y tienes algún problema con eso?—se defendió orn

—En absoluto. Yo no me he quejado. Solo soy objetivo.

Gay ¿Era esa la palabra?

—It's Ok to be gay — dijo zee en inglés como si fuera un héroe con intenciones de salvar el mundo.

La mano de zee que me rodeaba a la altura de mis hombros me apretó más hacia sí, tal y como si yo fuera la dama en apuros salvada por el grandioso héroe. Day aplaudió fingiendo estar conmovido.

—Que gran frase. No la había oído nunca — dijo con ironía.

—Me da la sensación de que los tíos os volvéis más tontos a medida que pasan los días — sammy apoyó su cabeza sobre su mano — Como me alegro de ser lesbiana.

—¡Bueno! Ya está aquí la defensora de las mujeres y la odia hombres. Nunca te he entendido.

—Ni yo a ti day

—Aquí nadie se entiende — aclaró orn

—Obvio que no nos entendamos — hwahwa habló — Nuestro peculiar grupito de amigos está compuesto por tres parejas. Una hetero, una lesbica y otra gay. La hetero, como en todas las demás contiene en ella a una mujer y a un hombre, por lo cual, la diferencia de género ya hace que no nos entendamos. Luego esta la lesbiaca, que aunque haya dos mujeres, una de ella es lesbiana de por sí y la otra es... No sé lo que es ¿Bisexual? Y lo mismo pasa con la pareja gay. Un gay puro y duro y el otro todo un misterio. Conclusión. Es imposible que nos entendamos.

Hubo un corto silencio hasta que zee rompió el silencio.

—Dicho así parece que estas insinuando que solo nos falta una pareja de transexuales.

—Si eso es ¡Entendámonos menos! Busquemos una pareja transexual — se rió day

—Mira que sois gilipollas — repitió sammy

Una vez más, mi cabeza entró en la sala de pensar. Hwahwa me había recordado el tema al que mil vueltas ya le había dado antes. Heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, demisexualidad, pansexualidad... ¿¡Porque tenían que haber tantas etiquetas!?

—Es una buena pregunta— dije — Llevo días pensando y no encuentro respuesta.

Mis ojos fueron a parar al suelo pensativo. Zee me miró confuso. Y me imaginé que los demás harían lo mismo ya que había dicho aquello sin venir a cuento.

—¿Qué opinas tú orn? ¿Has encontrado respuesta?

—¿Qué? — preguntó orn

—¿Qué eres? — volví a levantar la cabeza.

Orn dio señales de entenderme cuando sonrió.

—¿Eso importa?— preguntó.

—No. En realidad.

—¡Claro que importa! —exclamó zee— No tengas miedo de decirle al mundo en lo orgulloso que estás de ser zeesexual.

No pude evitar soltar una carcajada y mirar a zee con ternura.

—Claro que sí, zee

Zee sonrió. Vi sus futuras intenciones que eran besarme, pero mucho antes de que se acercara a mí noté que algo vibraba en el bolsillo de mi pantalón. Tuve que poner la mano en el pecho de zee para que no se acercara a mí y así coger el teléfono y responder al nombre de natt que aparecía en la pantalla.

—¿Sí? — respondí levantándome me la silla y alejándome de la mesa para hablar con ella más cómodamente.

—saint Ya echaba de menos tu voz — sonó al otro lado una voz alegre.

—Natt hablaste conmigo hace unos días.

—Lo sé. Pero echo de menos a la gente muy rápido.

—Esta bien. ¿Qué quieres? — pregunté tras soltar una risita.

—Esto... Pues te quería preguntar... ¿Estas con zee?

—Eh... Sí — me giré para mirar la mesa donde todos me observaban como hablaba por teléfono. Me volví a dar la vuelta — Estoy con mis amigos.

—Ah... ¿Y está orn también?

—Sí...

—¡Genial! ¿Donde estas?

—En el centro comercial.

—¿Podemos quedar en media hora en en la fuente que hay en la entrada?

—Sí... Sí quieres.

—Pues te veo allí ¡Que venga zee! ¡Y también orn! Bueno que vengan todos ¡Cuanta más gente mejor!

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