capitulo 50

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"Sentí felicidad. La sentí después de tantos días angustiosos fingiendo que estaba bien. Cuando me sonrió aquella vez en el parque, volví a sentir mariposas en el estomago, como si fuera la primera vez que me enamoraba de ella. Y esa frase que todo el mundo dice, la de Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde es más que verdad"

day sonaba completamente cursi cuando hablaba de hwahwa. Pero supongo que es lo que le pasa a todo el mundo cuando se enamora, que te conviertes en otra persona.

Me alegraba recordar lo que day nos había contado. Por fin todo había vuelto a la normalidad. También me sentía orgulloso de mí mismo, ya que yo hice que day perdonará a Guy, y seguramente Guy le habría contado a hwahwa que day se había disculpado.
Me levanté de la cama en la cual había estado tumbado mirando al techo. Miré el reloj. Las 5:30 de la tarde. Debía hacer deberes. Cogí la mochila que estaba en el suelo y comencé a sacar los libros dejándolos encima de la mesa. deberes a hacer los deberes.

Era miércoles, ya habían pasado dos semanas desde que me había enfadado con zee. Y aunque no me gustaba recordarlo, era inevitable. Pero el tema que más me preocupaba era el de no saber que éramos zee y yo. Quería hablar con él, pero no sabía cómo.
Por otra parte. Si acabábamos siendo novios, temía la reacción de mi padre. Me imaginaba lo peor. Aunque seguramente también sería incómodo que se enterara todo el mundo. En especial los compañeros de mi clase. Ya era bastante la tensión sexual que se creaba en los vestuarios del gimnasio entre zee y yo, como para que todos los chicos del vestuario estuvieran al tanto de ello.

Mientras hacía los deberes, trataba de concentrarme al máximo sin ponerme a pensar en aquellos asuntos. Dieron las 6:15 de la tarde, y yo ya había terminado con mis deberes. Y como no sabía exactamente que hacer, me puse a estudiar química.

Me fue difícil concentrarme, y cuando lo conseguí mi móvil comenzó a vibrar sobre la mesa. Suspiré. Cogí el teléfono.

-¿Sí? - dije con un tono cansado - ¿Qué quieres zee?

-¿A que no sabes qué?

-¿Qué?

-Me acabo de encontrar con tu padre.

-¿Y? - no entendía muy bien a qué venía aquella llamada.

-Le he saludado y ha habido bastante tensión. Lo he pasado mal.

-¿Y me llamas para contarme eso?

-No. Es que quería oír tu voz.

Me quedé callado un segundo.

-¿saint?

-¿Te estás quedando conmigo?

-No - zee se rió - Es broma. Te he llamado porque me aburría de camino.

-¿De camino a donde?

-Espera que toco el timbre.

-¿Qué timbre? ¿De qué estás...?

Me quedé completamente congelado al oír el timbre de mi casa sonar. zee colgó el teléfono. Estúpido zee... Esperé un minuto y la puerta de mi habitación se abrió y después el entró a mi cuarto. zee cerró la puerta detrás suyo y me sonrió.

-Cuando se viene de visita se avisa antes- dije.

-¡Sorpresa! - zee abrió los brazos y agitó las manos.

Suspiré. zee se sentó en el borde de mi cama y se quedó mirándome.

-¿Y...? ¿A qué viene esta visita sorpresa?

-Quería hablar contigo.

-¿Sobre qué?

zee no contestó, tan solo me miró y dio unas palmaditas en la cama a su lado insinuando que quería que me sentara junto a él. Le hice caso y me senté. Aún sin decir nada zee me agarró de los hombros y me empujó hacia sí uniendo nuestros labios.

Me quedé bastante sorprendido. Pero enseguida le seguí el rollo. Cerré los ojos y le agarré de la cintura. A pesar de haberle besado muchas veces, aun seguía sintiendo que me derretía.
zee se separó de mí poco a poco. Abrí los ojos parpadeando unas cuantas veces y después le sonreí. zee no sonrió, me miró serio sin soltarme de los hombros. Mi sonrisa desapareció.

-¿Quién soy?- preguntó.

-¿Q...? ¿Qué...?- dije aturdido.

-¿Qué soy? saint...

Me quedé mudo. No entendía nada. Y encima me miraba serio. Me ponía de los nervios.

-Tú... Tú eres zee... No sé. Digo yo - dije aún aturdido.

-Pero. ¿Soy algo para ti?

Se me abrieron los ojos como platos al oír aquello. ¿No estaría tratando de hablar sobre el mismo tema al que yo le había dado mil vueltas?

-No lo sé... - contesté - ¿Quieres ser algo?

zee sonrió.

-¿Tú quieres que yo sea algo para ti?- preguntó.

No supe qué contestar. Si no me equivocaba ¿Me estaba pidiendo salir?

-¿Y tú? - pregunté sin contestar su pregunta.

-Obvio - contestó - No me gusta pensar que solo eres un amigo para mí.

-Un amigo al que le tienes mucho cariño - corregí.

zee se rió.

-¿No quieres algo más, saint? - zee se acercó a mí hasta acabar rozando nuestras opuestas mejillas para susurrarme al oído.

-S... Su... Supongo - tartamudeé nervioso.

-saint... - susurró - Quiero saludarte y despedirme de ti con un beso todos los días. Quiero caminar contigo de la mano. Quiero tener citas contigo. Quiero pasar noches contigo. Quiero decirte lo guapo que eres y que te lo creas. Quiero regalarte bombones en San valentín. Quiero ver una película de terror contigo, y que llores sobre mis hombros porque tienes miedo y yo te pueda proteger. Quiero que juguemos juntos. Quiero ir vestido del color de los arcoiris e ir contigo por la calle defendiendo los derechos de los homosexuales. Quiero decirle a todo el mundo gritando desde el punto más alto de la ciudad que te quiero. Quiero que seas el único que conozca todos mis secretos, el único que me pueda besar y el único que me pueda llamar novio. Quiero que seas mío. Y de nadie más.

Estaba en shock. Literalmente. Sabía que zee me pediría que fuera su novio, pero no de aquella manera. Mis ojos, abiertos de par en par estaban húmedos y mi corazón se me iba a salir del pecho tarde o temprano. Cerré los ojos y una lágrima comenzó a caer por mi mejilla. ¿Estaba llorando? Mi cabeza cayó sobre el hombro de zee y mis brazos le abrazaron estrujándolo lo más fuerte posible contra mí. zee contestó a mi abrazo.

-Te quiero - sollocé emocionado.

Si no me equivocaba, era la primera vez que lloraba de alegría. Nunca me había imaginado a zee siendo tan cursi. Pero realmente me había emocionado. Al parecer se le daba bien ser un cursi.
P
-Demasiado... - dije aun llorando.

Seguí llorando y zee levantó mi cabeza agarrándome de la barbilla. Miré sus ojos. zee colocó sus manos sobre mis mejillas y con el dedo pulgar me quito algunas lágrimas de la cara.

-¿Quieres ser mi novio, saint? - preguntó zee.

Mi ojos comenzaron a humedecerse aún más. Quería decirle que sí, pero no me salía la voz. Asentí con la cabeza sonriendo. zee sonrió.

¿Ya está? ¿Éramos novios? Pegué mis labios a los de zee con fuerza. zee puso sus manos sobre mi cabello y hundió sus dedos en mi pelo. Aquel era nuestro primer beso como novios. Me parecía increíble pensarlo.

Mi labios actuaban por sí solos sobre los de zee. Aquellos labios tan suaves que probé por primera vez en aquella maldita fiesta. ¿Y quién diría que acabaría enamorándome de mi mejor amigo?

En cuestión de segundos nuestras lenguas ya estaban jugando entre ellas. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. zee masajeaba mi cabeza haciendo que temblara de placer. Era el beso bastante excitante.

Cuando nos separamos después de una rato estábamos fatigados. Estaba algo excitado por el beso. zee me miró mordiéndose el labio inferior.

-Tengamos una aventura saint.

-Vale - dije asintiendo.

Y le volví a besar. Mientras le besaba me senté encima de las piernas de zee. Ahora sí que sí estaba excitado. Los brazos de zee me rodeaban por la cintura y mis manos agarraban el cuello de zee. Comencé haciendo suaves movimientos de cadera sobre zee y poco a poco fui notando como un bulto crecía debajo mio. Eso me volvió loco.

zee me metió sus manos por debajo de mi camiseta y comenzó a acariciar mi espalda haciendo que se me pusiera la carne de gallina. No sabía exactamente como habíamos sido capaces de acabar con la temperatura tan alta si hace nada había estado llorando sobre el hombro de mi amigo. Supongo que un simple beso es capaz de descontrolar a una pareja.

zee comenzó a gemir entre nuestros besos y bajó sus manos a mi culo metiendolas sutilmente bajo el pantalón. Yo no paraba de moverme sobre aquel bulto creciente, notando así la gran excitación de mi compañero. El simple hecho de que zee parecía estar el doble de excitado que yo debido a mí, hizo que por un momento me sintiera poderoso. Estaba llevando las riendas y eso me gustaba.

Empujé a zee sobre la cama para poder jugar con su cuerpo con más facilidad. Al principio zee me miró expectante y yo le sonreí pícaramente. Lo tenía acorralado bajo mis piernas y podía hacer lo que quisiera. Le saqué la camiseta para ver su pecho desnudo. Me agaché suavemente y comencé a chupar su torso y sus pezones. Con la punta de la lengua repasaba sus pezones haciendo círculos sobre ellos. zee comenzó a gemir de una manera que me puso a mil.

-Aah... saint - gimió.

Abandoné sus pezones para besarle en los labios y callarlo. Después volví a sentarme sobre él, y colocando mis manos sobre su torso. Empecé a mover mis caderas de nuevo para estimular su bulto, sabía que a zee le encantaba eso. Las manos de zee subieron por mis piernas a mi pantalón y comenzó a soltarme el cinturón. Cuando ya me abrió la bragueta zee colocó su manos sobre mi paquete y comenzó a masajearlo. Sentí un placer inmenso. Solté un pequeño gemido. Pero no quería gemir, quería que él gimiera. Quité las manos de zee agarrandolo de las muñecas y poniéndoselas detrás de su cabeza. Me agaché sobre él. Lo tenía apresado. Volví a besarlo, pero esta vez con más pasión. Era genial obligarlo a besarme. La lengua de zee se movía alrededor de la mía mientras gemía. No oponía resistencia, tan solo me besaba.

-Chicos ¿Quereis alg...?.

Por un momento pensé que era mentira y no reaccioné. Entonces fue zee el que me empujó sobresaltado. Me bajé de la cama aturdido y miré hacia la puerta donde mi madre nos miraba atónita.

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