capitulo 43

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Lo primero que sentí fue un horrible dolor de cabeza. Me dolía a horrores. Ni siquiera había abierto los ojos cuando comencé a recordarlo todo. Recordaba el conocer a los amigos de natt. Recordaba el juego de "Yo nunca". Y también recordaba todo cuanto me había contado Fah, incluso la llorera que me pegué. Pero... ¿Y después?

- Eh, saint. Despierta bello durmiente - oí una voz llamarme desde la lejanía.

Me dolía el cuerpo. Era consciente de que estaba en una cama tumbado. Y estaba dormido, aunque no del todo. Estaba despierto y dormido a la vez. Sentí un mano tocarme el hombro. Algo me estaba agitando.

-saint. Despierta pequeña fiera- oí con más claridad cerca de mi oído- Menuda aventura la de anoche, eeh.

Aquella frase que acababa de oír hizo que me despertara del todo. Pero aun no podía pensar con claridad por el dolor de cabeza.

-¿Estas muerto? - dijo la misma voz.
Abrí los ojos lentamente. Lo primero que vi fue la lámpara de la habitación. Y después unos ojos que me miraban.

-¡Estás vivo! Qué alegría.

-¿zee? - dije girando la cabeza para mirar bien a la persona de ojos.

-¿Qué zee ni qué zee? El alcohol te ha jugado malas pasadas eh ¿No te acuerdas de nada verdad?

Parpadeé unas cuantas veces y conseguí ver a natt sonriente justo a mi lado. Fruncí el ceño. No entendía nada. natt llevaba un camisón blanco, medio transparente que casi permitía que viera lo que había más allá.

-¿Que... Que haces en mi habitación?

-¿Tu que crees? - dijo natt poniéndome un dedo encima de mi pecho y moviendolo en circulos.

-¡NO! -dije sentandome en la cama de golpe - No me jodas.

-Eres toda una máquina en la cama cuando te lo propones saint - dijo natt con una mirada seductora.

-¿Hemos...?- pregunté asustado.

-Ui si... Ha sido inolvidable.

-Oh, no, no, no ,no -salí de la cama - No puede ser. Mierda, mierda ¡Joder!

-¡Si puede ser! Y joder ¡Como te movias! - dijo natt pegando botes en la cama feliz.

De repente sentí que la cabeza me explotaba. Me tuve que sentar en la cama para no caerme al suelo. natt se acercó a mí y se sentó en el borde de la cama junto a mi.

-Tienes que enseñarme a bailar así - dijo natt.

-¿Bailar? - dije mirándola extrañado. En un principio entendí que era una expresión.

-¡Sí! No veas cuanto bailamos ayer encima de la cama.

Me quedé callado mirándola. No la entendía. Entonces natt comenzó a reírse.

-¿Te has creído que tú y yo...? - dijo mientras se reía.

-natt joder, no me asustes.

-¡No hicimos nada saint!- se rió natt - Tan solo subimos a tu cuarto y nos pusimos a saltar y a bailar encima de tu cama. Literalmente.

Natt siguió riéndose y yo le miré enfadado.

-Tenías que haberte visto la cara. Que susto te has pegado eh.

-No tiene gracia natt. Casi me da algo- dije poniéndome la mano en la cabeza por el dolor.

- Lo siento, lo siento - dijo natt calmándose - tenía que hacerlo.

-Joder mi cabeza...

-¿No sueles beber muy a menudo verdad?

-Pues no.

-Se nota - dijo natt - Espera un segundo.

Elsa se levantó de la cama y pulsó un botón que había en la pared para pedir algo.

-Servicio de habitaciones. Traer por for un vaso de agua y paracetamol a la habitación de saint. Gracias - soltó el botón - En cinco minutos llegan.

-Ah. Gracias...¿Ahora me quieres decir de verdad que haces en mi habitación?

-Estaba preocupada- dijo natt sentándose en la cama junto a mi otra vez- Ayer te emborrachaste muchísimo. Te tuve que quitar la botella de las manos porque sino te daba algo.

-Gracias. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo.

-De nada - dijo poniéndome la mano sobre el hombro y sonriéndome - Ayer nos contaste a todos lo que te ha pasado con zee.

-¡Qué!- exclamé.

-saint. Tranquilo. No se lo contaremos a nadie. Y te apoyaremos si hace falta. Solo te pido que confíes en nosotros ¿Vale?

Asentí inseguro.

-day también nos contó todo. Madre mia... Ayer a la tarde no me fijé en que estuvierais los dos tan mal.

-¿Por qué creer que accedimos venir a tu casa? Queríamos desahogarnos.

-Me he dado cuenta - se rió natt- Os estuvimos dando consejos a los dos. Pero me temo que no te acuerdas de nada.

-Pues no.

-Tranquilo. Ahora te los vuelvo a dar. Y bueno, lo de bailar... Fue después de la depresión. Nos lo contaste todo, y después nos estuvimos riendo un rato y como te he dicho antes, tú y yo acabamos saltando aquí.

Miré la cama deshecha.

-Madre mia. Menudo desmadre. Lo siento.

-No tranquilo. Me lo pasé muy bien. Fue realmente inolvidable. Te puedo asegurar que durante esas horas tú fuiste feliz.

-Ojalá hubiera durado por la eternidad.

-Y puede durar. Me he fijado en que eres un chico que sufre bastante, y estás muy triste casi siempre. Solo hay algo que te puedo decir: Carpe Diem saint, vive el momento, no te estanques en el pasado, mira hacia delante. Qué más da lo que te hizo tu amante ¿Tú le quieres?

-Pero yo...

-¿Le quieres?- me repitió.

-Sí- contesté

-Entonces a la mierda el pasado saint. Si zee se arrepiente quiere decir que no te lo volverá a hacer. Puedes volver con él en cualquier momento.

-Pero no puedo.

-Claro que puedes. El amor lo puede todo.

-Eres muy hippie - observé.

-Se podría decir - se rió natt- Soy positiva,saint. Intentó ver lo bueno de todas las cosas. Yo también tuve una época en la que sufrí mucho. Pero una vez que le das la cara al sufrimiento entonces es cuando te das cuenta de que solo tenemos una vida, y que no podemos malgastarla sufriendo. Hay que vivir, probar cosas nuevas, conocer a gente, pasarlo bien... ¿Entiendes por donde voy?

Asentí.

-Ese es mi consejo saint. Sigue hacia delante, no mires atrás. Vive la vida. Y si lo que realmente quieres es estar con zee. Si tienes la oportunidad, arriésgalo todo por él. Porque merece la pena ser feliz. Y con él lo seras. Estoy segura.

-¿Y porque estas tan segura?

-Se notaba que le querías... Por lo menos por como nos hablabas de él.

-¿Como os hablé de él?- pregunté temiendo la respuesta.

-Oh, pues. zee siempre ha sido mi amigo, siempre le he querido muchísimo - dijo natt imitandome - El me lo contaba todo, y yo a él. Podía confiar en él. Al menos hasta hace poco. El también era muy guapo y estaba muy bueno. Cada vez que me abrazaba me derretía en sus brazos. Y cuando me besaba ya... Eso era indescriptible. Y encima se le daba muy bien excitarme, y me hacía cositas guarras en los vestuarios del instituto.

-¡Qué! - la miré - No dejes que me vuelva a emborrachar por favor.

-No tranquilo - se rió natt - No pasa nada. Todo el mundo tiene sus aventuras. Yo una vez lo hice en un almacén de un supermercado. Mi amigo trabajaba allí. Y uf... Fue demasiado.

Enarqué las cejas.

-¿Qué? ¿En paz? – dijo natt - Tu me cuentas una aventura y yo te cuento otra.

-¿Qué más os conté ayer? - pregunté sin contestar a natt.

- Que le echabas de menos- natt me sonrió- Ves, saint ¡A esto me refiero! Lo que tu quieres en el fondo es volver a estar con él. No necesito más para saber que él te hará feliz.

- Supongo que tienes razón...

- ¡Claro que la tengo! Y tu exnovia y sammy... Vuelve a ser sus amigos. Tú piensalo bien. Mi filosofía de la vida es vivir el momento y luchar por lo que nosotros creemos que nos hará felices. Pero a veces también está bien pensar en lo que a los otros les hace felices ¿Qué crees que es lo que le hace feliz a orn?

- ¿Estar con sammy?

-Exacto. Por lo cual, ella te puso los cuernos pensando en lo que a ella le hacía feliz. Pero no solo eso. También lo hizo pensando en ti. Ella sabía que a ti te gustaba zee. Te hizo un favor.

-¿Tu crees?

- ¡Pues claro! Y zee, aparte de satisfacerse a sí mismo, le estaba haciendo otro favor a sammy y orn
Pensé durante un momento. La verdad es que la filosofía de vida que tenía natt parecía funcionar.

- A lo que voy es - continuó natt - Entiendo que te enfadaras con todos ellos. Entiendo que te hayan hecho un putada enorme. Pero con ese experimento, todos erais felices. Piensalo bien. Orn y sammy estaban juntas, por lo cual eran felices. Y zee y tú estabais juntos, así que erais felices. Y además orn y tu seguias juntos, y así, ni tus padres, ni nadie sospecharía que estabais con personas de vuestro mismo sexo. Que aunque la homosexualidad ya está normalizada sigue siendo un problema hoy en día con el tema de los padres y todo eso. Por lo menos por lo que contaste sobre tu padre.

Me quedé completamente atento a todo lo que natt me decía. No lo había planteado de aquella manera.

-Así que lo que yo opino es que lo que te han hecho no ha sido del todo algo malo – concluyó natt.

Aparté la vista de natt para mirar al suelo. Era demasiado en lo que pensar. Me dolía la cabeza.

- Así que sugieres que vuelva con él ¿Y que perdone a todos?

-Sí - asintió natt orgullosa de su discurso.

Suspiré. Dicho por ella todo parecía tan sencillo... Me quedé callado mirando al suelo. Natt tampoco dijo nada, se quedó allí junto a mi. Para lo poco que conocía a natt la verdad es que me sorprendía la facilidad que tenía ella para coger confianza con la gente. Esta era la tercera vez que estábamos juntos y ya me estaba dando consejos de cómo ser feliz. Jamás en mi vida había conocido a alguien tan abierto.

Unos toques al otro lado de la puerta me despertaron de mis pensamientos. Me fuí a levantar de la cama pero natt me detuvo agarrándome del brazo.

-Quedate sentado, ya voy yo - dijo dedicandome una sonrisa.

Yo no dije nada, tan solo le devolví la sonrisa y me quedé sentado donde estaba. Natt se acercó a la puerta y le abrió al sirviente que venía con el encargo de ella había hecho antes. El sirviente se volvió a ir y natt volvió con una bandeja en la mano. Me la dio.

-Muchas gracias- le dije agradecido - Por todo.

-De nada, saint - me volvió a sonreír - Tengo que cuidar a mis invitados. Ya sabes. Ahora mismo es como si tu fueras mi hermano pequeño.

Natt  me revolvió el pelo y yo me reí.

-Tomate el paracetamol. Puede que no te haga mucho, pero te sentirás mejor. Y ahora si me disculpas, voy a cuidar de tu amigo, day. Haber que se piensa cuando le diga que anoche tuvimos una aventura- natt se rió.

-Que mala eres.

natt comenzó a andar hacia la puerta y poniéndose la mano en los labios me lanzo un beso. Me reí y me giré para mirar la aspirina. La cogí y me la llevé a la boca. La tragué y a continuación bebí agua.

-Ah por cierto - dijo natt asomándose por la puerta - También había venido a decirte que son las 14:30 PM. Si quereis os podeis quedar a comer.

Al oír la hora que era casi me ahogué con el agua ¿¡La 14:30 PM!? Y ni siquiera les había mandado ningún mensaje. Mis padres me iban a matar...

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