capitulo 16

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Ya conocía bastante bien aquella sensación. La sensación de que todos me estaban mirando. Al principio no entendí porque todos se habían callado y me miraban. Acababa de traspasar la puerta del instituto y todo el alboroto que había normalmente se había detenido. Me fijé bien en las paredes y las taquillas del pasillo. Había carteles pequeñitos por todas partes, aunque más bien eran folios pegados con un pequeño trozo de cinta.orn , que estaba justo al lado mío, se acercó a un cartelito. Yo la seguí.

-Hijo de p... - dijo orn cogiendo con rabia el trozo de papel.

Se me hizo un nudo en la garganta en cuanto vi lo que el folio contenía. En el centro de la hoja aparecía una foto en la se me veía a mí haciéndole el boca a boca a zee, lo peor era que desde el ángulo del que estaba tomada la foto parecía totalmente que le estaba besando. Encima de la foto había un título en el que ponía "Cuidado. Maricones sueltos".

- ¡Como se atreve! - exclamó orn enfadada haciendo un bola de papel con la hoja.

Volví a sentirme mal. Aquello me recordaba que le había puesto los cuernos a orn. Y probablemente a ella tampoco le haría mucha gracia el que le hubiera hecho el boca a boca.

-Lo siento mucho orn...- dije algo inseguro.

No había hablado con ella de nada aún. Estuve todo el domingo en casa pensando. Ni siquiera nos llamamos por teléfono.

- ¿Lo siento? ¿Tú eres tonto? No me has hecho nada saint...

-Pero le hice... ya sabes...

-Lo único que hiciste fue lo correcto. Yo también lo hubiera hecho.

No supe qué decir. Me quedé callado y comencé a andar en silencio por el pasillo. Todo el mundo seguía mirándome. Me pregunté dónde estaría zee, si le estaría pasando lo mismo. orn andaba al lado mío también en silencio y de vez en cuando cogía algún cartel que tenía cerca para romperlo. Subimos al segundo piso donde estaban nuestras taquillas. Orn  se separó de mí para ir a por sus cosas, pero sabía que volvería. En mi taquilla, como ya había imaginado, también había un cartel, pero no solos uno. Al abrir la taquilla una lluvia de cartelitos cayó sobre mí. No me lo podía creer... ¿Tanto se aburría Mew como para venir antes de que la gente entrara al instituto y llenarme la taquilla de aquellos dichosos carteles? Me estaba restregando en la cara lo que pasó el sábado.

Para ser sincero no me atrevía a volver a enfrentarme a Mew, me daba bastante miedo. No porque me pudiera pegar y hacerme daño. Ni tampoco porque pudiera ir por ahí diciendo que yo era gay, cuando era mentira. Sino por el daño que le podía hacer a zee con todo aquello de los carteles. Sabía que cuanto más me enfrentara a Mew más se reiría de nosotros dos. Me podía imaginar lo duro que tenía que ser para el que se rieran de su orientación sexual. Aunque en aquellos momentos quizás yo también me tuviera que preocupar...

-Hola... saint...- me saludó una voz detrás de mí.

Al girarme me encontré con Day que miraba el montón de carteles del suelo.

-Hola... -saludé.

Hubo un silencio incómodo antes de que el volviera a hablar.

- Me ha contado hwahwa lo que pasó. Que carbón Mew...

- ¿Qué te ha contado
?
-Ya sabes... - dijo rascándose la cabeza - Lo de la piscina... y la pelea...

Suspiré.

-Ahora todo el mundo piensa que soy gay...

- ¿No vas a ir a quejarte?

- ¿Quejarme de que day? Si acuso a Mew y lo castigan en el instituto, probablemente se vengue de mí. Oh de mí, o de zee. Y eso es lo último que quiero.

- ¿Le tienes miedo? Si quieres os ayudo a...

-No. Olvídalo. Seguramente dentro de unos días todo el mundo se olvida de este asunto. Y si no que piensen de mí lo que quieran. Me da igual siempre y cuando sea mentira...

Me repetí la palabra mentira dentro de mi cabeza. Siempre y cuando fuese mentira... ¿Es mentira? No me gustaba dudarlo. Aun así me negaba la posibilidad de que fuese verdad. No quería creerla. Yo quería a orn y no me gustaban los chicos. O por lo menos mi mente quería creerlo, porque por mucho que intentara olvidarme de aquella opción algo dentro de mi hacia que siguiera dudando.

Justo cuando day se despidió de mí vi a orn acercarse por el pasillo. Saludó a day cuando se cruzó con él y siguió caminando hasta colocarse delante de mí. Lo primero que hizo nada más llegar fue mirar a la montaña de papeles que había justo debajo de mis pies. Se agachó y cogió un montón de cartelitos, los aplastó y los tiró en una papelera que teníamos a unos metros de nosotros.

-Pedazo gilipollas...- murmuró orn- Como le vea por aquí le voy a partir la...

-Adelante.

orn y yo nos giramos a la vez para poder ver a la persona que se había acercado a nosotros. Mew sonrío. Le agarré a orn del brazo para que no hiciera nada. orn le miró con rabia.

-Eres un... - comenzó orn.

- ¿Un...? - le interrumpió Mew.

Astrid le miró aún con más rabia. Le advertí con la mirada de que por favor no hiciera nada. No quería liarla otra vez.

-Vaya, como se pone la novia protector - dijo Mew burlón. -Haber si aprende tu noviete maricón que conmigo nadie se mete.

-Atrévete a llamarle maricón otra vez y te arranco los huevos de cuajo gilipollas - le amenazó orn

-Maricón - repitió Mew mirándome.
Con un movimiento rápido orn intentó agarrarle de la camiseta a Mew, pero yo tiré de su brazo y la agarré con el otro para que no lo hiciera. Mew comenzó a reírse.

-Pero que monos sois... - Mew se agachó y cogió uno de los carteles del suelo para mirar la foto - Aunque estos dos sean aún más monos. No te ofendas orn

Por suerte orn se quedó callada y no hizo nada.

-Se que te encanta la foto saint. Este ángulo es perfecto, os favorece un montón a los dos - dijo Mew enseñándome la foto - ¿Cómo no iba a poner esto por todo el instituto? Con lo adorables que sois, todo el instituto debería verlo ¿No? Pero bueno. A mí no me des las gracias.

Mew comenzó a alejarse poco a poco mientras decía sus últimas palabras:

-Dale las gracias a la excelentísima fotógrafa. Fah

Miré a orn. Su expresión reflejaba odio profundo hacia Mew y fah. Parecía que ella les odiaba más que yo. Entonces me acordé de la breve conversación que tuve con fah en la fiesta. Y me pregunté qué habría pasado entre ellas para odiarse tanto.











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