capitulo 57

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(hwahwa narra Flashback)

Se creó un silencio realmente incómodo desde que nos alejamos del banco del cual había recogido a day. No quise mirara atrás porque sabía que day también se giraría y vería a los demás abandonar el banco, tal y como le había pedido a orn unos minutos antes por un mensaje en tal caso de que mi plan no saliera bien y volviéramos para atrás. Quería estar a solas con él a toda costa.

No podía tranquilizarme. Estaba muerta de los nervios. Quería que todo esto saliera bien...

—Bueno... yo — traté de decir.

No supe como continuar. Estaba en blanco. Tan solo quería que todo volviera a la normalidad. Pero era tan difícil para mí...

—Lo siento... — dijo day.

Lo miré. Tenía la cabeza gacha y caminaba con una expresión de tristeza.

—No... Lo siento yo — dije para animar a day — No debí tomármelo todo tan a pecho. Estabas en tu derecho a defender a zee y...

—No seas estúpida hwahwa — me interrumpió — El que exageró fui yo. Tan solo me inventé una excusa con sentido para enfadarme con Guy.

Nos volvimos a quedar en silencio. Andábamos por el parque sin rumbo alguno. Yo tenía en mente una idea que llevar a cabo, pero se me estaba haciendo imposible. Quería hablar, quería perdonarlo, pero ¿Cómo? No sabía cómo...

Pasaron unos minutos mientras iba pensando en lo que debía hacer, cuando day se paró en seco. Me giré para mirarlo. Aún tenía la vista en el suelo con una expresión no muy alegre. Entonces day se tapó la cara con las manos y comenzó a sollozar.

—¿d...day? — dije nerviosa.

Me acerqué a él para consolarlo. Aunque aún seguía sin saber qué hacer. Puse una mano sobre su hombro.

—day... De verdad que lo siento. No tenía que haberme entrometido, yo...Me caía tan bien Guy y empaticé tanto con lo que me contó...

—¡Estaba celoso! — dijo day levantando la cabeza de golpe para mirarme con la cara llena de lágrimas.
Me quedé callada de la sorpresa.

—Yo... Te quería... Te quiero tanto que... — intentó explicarse entre sollozos — Guy me dio miedo... tenía la sensación de que me estaba robando a mi novia... Y yo... Yo no quería... No quería perderte. Tenía miedo... Yo...

day se volvió a tapar la cara y empezó a llorar aún más fuerte. Sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos de tan solo verlo así. Nunca antes le había visto llorar. Noté como mis ojos también se humedecían. No puede evitar hacer otra cosa más que abrazarlo fuertemente. Quería consolarlo, pero era imposible ya que yo también estaba llorando.

—Jamás... — dije llorando — Jamás me perderás.

Al oír aquellas palabras day quitó sus manos de su cara para rodearme con ellos y devolverme el abrazo. Mi cabeza cayó sobre su hombro dejando allí todas las lágrimas que brotaban de mis ojos. day estaba temblando entre mis brazos, como si estuviera aterrizado.

—Te quiero... — susurró day.

—Y yo.

No sé cuantos minutos pasaron, pero estuvimos allí un rato. Necesitamos bastante tiempo para tranquilizarnos, aunque yo en el fondo seguía nerviosa. Comenzamos a andar de nuevo, solo que esta vez íbamos menos incómodos y yo me agarré al brazo de day.

—Entonces... ¿No hemos cortado? — preguntó day.

—Nunca lo hicimos — le contesté con una sonrisa — Sabía que volveríamos a estar juntos. Solo necesitaba tiempo. Nada más.

—¿Por qué eres tan buena conmigo?

Miré a day que aún tenía los ojos rojos de llorar. Le sonreí.

—No podría ser mala contigo. Y menos después de oír que te perdonaste con Guy...

day suspiró.

—Lo siento por hacerte sufrir — dije — Supongo que no estarás acostumbrado a verme con otros chicos, aparte de saint y zee, los cuales no son ningún problema — me reí — Pero no quiero que te preocupes por mí day... Te quiero. No creo que eso cambie. Y mucho menos que encuentre a alguien mejor.

—No te pases... Hay mucha gente mejor que yo...

—Para mí no.

day sonrió. Seguimos caminando por un rato hablando de muchas cosas, incluso acabamos llegando al final del parque y nos acabamos adentrando a la ciudad. Los minutos pasaron, y para cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos muy lejos del parque. Tal y como yo quería. Tuve suerte ya que comenzó ha hacer algo de frío, lo cual utilicé como excusa.

—Empieza a hacer frío... — dije acercándome más a day.

—¿Quieres que vayamos a algún sitio más resguardado? — me propuso day.

—Sí, mejor. Vayamos a mi casa. Estamos cerca — dije.

day aceptó mi propuesta. A medida que nos acercabamos a mi casa me iba poniendo más nerviosa. Ya lo había arreglado con day, ahora faltaba la segunda fase. Aunque no hacía falta que fuera hoy... Pero aun así quería quitármelo de encima.

day me iba hablando de muchas cosas, yo intentaba responder lo más tranquila posible, pero me costaba. Me pareció que day se percató de ello, pero no dijo nada.

Llegamos al portal de mi casa. Cogimos el ascensor para subir al cuarto piso donde vivía. Fui sacando las llaves. Las manos me temblaban, tanto que las llaves se me cayeron al suelo. Me agaché a recogerlas.

—¿Estas bien? — pregunto day preocupado.

—Sí... Tr... Tranquilo — tartamudee nerviosa.

Cuando el ascensor se paró, salí de él y me acerqué a la puerta. Al principio me costó meter la llave en la cerradura, y cuando lo conseguí giré la llave. Llegó un punto en el que no podía girar más la llave y la puerta no se abría. Agarré el pomo de la puerta para apretar hacia fuera y para abrirla. Pero no podía.

—Maldita puerta... — me reí nerviosa — Siempre dando problemas...

Noté la mirada de day mirarme mientras intentaba abrir la puerta.

—¿Quieres que lo intente yo? — me preguntó.

—No... Tranquilo — dije haciendo fuerza — Yo puedo.

Noté como mi mano sudaba y la llave se me escurría de la mano. Apreté aún más, pero era inútil, no podía abrirla. Miré a day dándole a entender que me ayudara. day se rió. Me aparté y él cogió la llave. Y con un simple movimiento de muñeca la puerta se abrió.

—G... Gracias... — dije muerta de vergüenza.

Entramos dentro de la casa, donde no hacía mucho más calor que la calle, pero ahora eso me daba igual. Y ahora, tenía que llevar a day a mi habitación de alguna manera. Solo que esta vez, no tenía una excusa. Fuí a la cocina a quitarme las zapatillas, day me siguió.

—¿Quieres algo para beber? ¿O comer? — le pregunté mientras me quitaba las zapatillas.

—No gracias.

"Menos mal..." Pensé. Cuando acabe por quitarme el calzado, miré a mi alrededor para ver si tenía las zapatillas de casa por la cocina. Di las gracias a dios cuando vi que no estaban, y le dije a day que me iba a buscarlas a la habitación. Por si acaso el no venia, le dije que podía acompañarme. Y menos mal que day me siguió.

Llegamos a mi habitación y me puse a buscar las zapatillas de casa, pero no las encontraba. Me agaché para mirar debajo de la cama, pero tampoco estaban allí. "¿Y ahora qué?" Pensé. Me levanté y miré a day que estaba de pies apoyado en el marco de la puerta.

—¿Sabes qué? — le dije riendome nerviosa — Que les den a las zapatillas.

Y me senté en el borde de la cama soltando un largo suspiró. day no se movió del sitio.

—Puedes sentarte al lado mío eh... — dije poniéndome aún más nerviosa.
day comenzó a acercarse.

—¡Espera! — dije — Cierra la puerta por favor...

—¿Por qué? Pero si no hay nadie en casa... —preguntó day mirando la puerta.

—Es que... — intenté buscar una excusa — Es la manía.

Solté una risa nerviosa. day frunció el ceño y después cerró la puerta. ¿Alguna vez había estado más nerviosa? Cuando day se sentó, sentí como mi corazón palpitaba tan fuerte que estaba a punto de explotar. "¿Que hago? ¿Que hago? ¿¡Que hago!?" Me preguntaba a mi misma una y otra vez.

—¿Seguro que estas bien hwahwa? — volvió a preguntar day.

—Sí... — dije sonriéndole, pero enseguida agaché la cabeza y dije lo contrario — No.

—¿Qué te pasa?

—Es que yo... — me puse aún más nerviosa. Tenía que decírselo. Ahora o nunca — Yo... Quiero...

—¿Quieres...? — dijo day.

—Nada...

day me miró confuso. No pude aguantar más su mirada. No podía decir nada, me bloqueaba. Quizás era mejor si no decía nada. Me subí a la cama y me puse de rodillas detrás de day. Day parecía no entender nada, pero tampoco se movió. Puse mis manos sobre su cabeza y comencé a acariciarle suavemente. Acerqué mi cabeza a su cuello y deposite un simple beso en su cuello. Si no podía hablar, se lo daría a entender.

—¿hwahwa...? — dijo aturdido day.

No contesté. Volví a besar el cuello de day, pero esta vez en serio. Como esos besos en el cuello que se daban en las películas, el cual yo nunca había probado ha hacer. Mis manos bajaron del pelo de day a su pecho. Oí a day soltar un suspiro. ¿Lo estaba haciendo bien?. Bajé aún más mis manos. Quizás demasiado abajo, porque antes de llegar a su cinturón day me paró.

—hwahwa... Para.

Me detuve de inmediato quitando las manos.

—Lo, lo... siento. Yo no quería... Osea — dije nerviosa — Quiero decir que... Yo...

—hwahwa... — day se pusó de medio lado en la cama para mirarme a la cara — ¿Qué es lo que quieres?

Me quedé completamente callada. No sabía que decir, no sabía qué hacer. Estaba en blanco. Entonces day se dio la vuelta por completo y me empezó a besar. Mientras day me besaba nos íbamos cayendo más y más sobre la cama, hasta que acabamos completamente tumbados sobre ella. Los besos iban subiendo de intensidad y yo comencé a sentir como mi cuerpo vibraba de deseo.

Las manos de day se deslizaron por mi caderas hasta llegar a mis pechos. day me tocó suavemente como si mis tetas fueran globos de agua que podrían explotar. Deje que me tocara, por primera vez. Era extraño, era... ¿Excitante? ¿Qué era realmente? Era algo nuevo para mí. Me comencé a poner nerviosa. Muy nerviosa. Y day se dio cuenta de ello, y se separó de mí.

—Lo siento — dijo day que me miraba desde arriba — No te quiero obligar.

—No... Yo... Quiero... Quería esto — contesté.

day se quedó en silencio mirándome.

—Sé que tu ya has hecho esto antes... Tu tienes experiencia. Yo no — dije — No quiero seguir siendo la novia delicada, inocente y aburrida. Quiero divertirme... Contigo. Quiero... Quiero que me enseñes lo que es el placer.

—hwahwa...¿Estas segura?

—Sí.

Alargué mis brazos para agarrar su cuello y atraerlo hacia a mí de nuevo. Estaba nerviosa. Muy nerviosa. ¿Saldría bien aquello? Seguramente no. Pero era la primera vez al fin y al cabo. Sentía que se lo debía... Tantos años intentando huir del sexo... Y el bueno de day no me lo había pedido ni una sola vez. Y hoy, era el día de acabar con ese miedo.

Sentí que la persona que besaba a day ya no era yo, era otra persona. Me sentía como un perro que comía simplemente por su instinto. No me controlaba. Suponía que eso era buena señal. Y entre besos y caricias, cada prenda, una por una, iban desapareciendo de nuestros cuerpos. Hasta que llegó el momento de acabar con mi virginidad.

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