– ¿Cómo esa mujer va a ser Suma Inquisidora de Hogwarts? –dice una Hermione echando humo por el enfado que tiene mientras se deja caer en el sofá de la sala principal de Gryffindor.
– Y esto solo acaba de empezar, Hermione –se ríe Hannah sentándose a su lado mientras sigue leyendo su libro.
– Solo puede ir a peor –responde Ron con cara de preocupado poniéndose frente al fuego.
– Ojalá estuviéramos en nuestro último año... No tendríamos que aguantarla más –resopla Hermione.
– No la vamos a aguantar más –habla por fin Harry mordiéndose las uñas.– Se lo dije a Hannah, está dando clase en la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras, algo le va a pasar, está claro.
– Espero que sea pronto –dice Ron concluyendo la conversación.
Los días pasaban rápido, y los mellizos seguían enseñando a todo aquel que quisiera aprender hechizos nuevos en la Sala de los Menesteres.
Por otro lado, Umbridge cada vez ponía más normas, quitándole poco a poco todos los derechos y la diversión a cada uno de los estudiantes de Hogwarts, pero Dumbledore no decía ni una sola palabra.
La relación de Draco y Hannah había caído en picado desde que Hannah preparó esa noche, y la chica no sabía por qué. Cada vez que se acercaba para hablarle este se iba rápidamente, ya ni siquiera quedaban por las noches o al terminar las clases en la Torre de Astronomía.
Hannah se sentía utilizada, pero no iba a hacer ninguna tontería hasta que consiguiera hablar con el platinado.
La chica sube vagamente las escaleras de la Torre para encontrarse sola. Se sienta con sus pies colgando y comienza a pensar mientras las horas pasan.
Caída la noche, escucha pasos subiendo y se gira para ver quién es, y para su sorpresa se encuentra con Draco, el cual se queda estático en su lugar y se gira lentamente para irse.
– No –dice Hannah levantándose del suelo para llegar hasta él.– No te vayas.
– No hay nada que hacer aquí –le responde seco, sin mirarle a la cara.
– ¿Qué te pasa conmigo? ¿He hecho algo que te ha molestado? –pregunta Hannah acercándose.– Por favor, dime, no sé que nos ha pasado.
–¿Nos? –Draco se ríe y le mira.– No hay un nos, Hannah, nunca lo ha habido. Lo que ha pasado es que ya me he cansado de esto, de ti. No sé que te creías que teníamos, o que si por haber sido tu primera vez conmigo ya íbamos a estar juntos para siempre. Nunca lo hemos estado, y nunca lo estaremos –conforme Draco habla la chica siente su corazón romperse en mil pedazos, y sus ojos se aguan notablemente. Las lágrimas caen por sus mejillas mientras el platinado sigue diciéndole cosas pero eso no hace que Draco pare de hacerlo, solo deja de mirarla.– No quiero que me vuelvas a hablar en todo lo que nos queda de curso, tampoco en todos los siguientes, yo no voy a hacerlo, no tengo ninguna intención, así que déjame en paz. Lo único que tuvimos fue una cosa de niños, pero crece y madura, Hannah.
–¿Una cosa de niños? –dice perpleja Hannah abriendo sus ojos.– Una cosa de niños era al principio, cuando quedábamos aquí y a lo máximo a lo que llegábamos era a darnos la mano. Pero después de besarnos... ¡Después de haberlo hecho contigo no puedes decirme que todo esto ha sido cosa de niños! –le habla dolida y desde el corazón.– No puedes decirme que todo este tiempo no sentías nada por mi, que confié en ti en vano –Hannah limpia su cara y vuelve a mirarlo.– Creía que me querías, Draco. Creía que sentías lo mismo que yo, creía que no estabas jugando conmigo...
– Creías, creías, creías –dice Draco interrumpiendola.– Pues eso es Potter, tus creencias, y que tú creas algo no significa que sea la realidad. Te equivocabas en todo, tú quisiste que tu primera vez fuera conmigo, ¡yo nunca te lo pedí!, así que ahora no me eches la culpa de cosas que no la tengo.
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Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]
FanfictionDraco Malfoy nunca se había llevado bien con Harry y Hannah Potter por el hecho de que eran Potter. No es hasta que en el tercer año, Draco y Hannah empiezan a tener acercamientos más seguidos y los pensamientos del rubio empiezan a cambiar, así com...