Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

vii

Hannah no pasó la mejor de sus noches en Hogwarts, cuando llegó a su habitación comenzó a llorar tanto, que los gemelos Weasley entraron para ver que ocurría. Estos, al verla de rodillas en el suelo, la cara entre sus manos y dándole un ataque de ansiedad al no poder respirar bien, se acercaron rápidamente para preguntarle que le pasaba.

Ella no dijo nada, pero no por eso los chicos se fueron, al revés, cogieron su mano, la sentaron en la cama y se quedaron con ella hasta que se relajó.

Estuvieron diciendo bromas y haciendo tonterías para que a la pelinegra se le olvidara lo que le había hecho sentir mal, pero no sabían que en cuanto salieran por la puerta, ella volvería a ponerse a llorar, aunque esta vez, más bajo. Habían sido las primeras personas en verle llorar, ni siquiera Harry lo había hecho, ya que Hannah se empeñaba en mostrarse como una persona fuerte, sabiendo que realmente era más frágil que un cristal.

Hermione entró en la habitación y le preguntó a la chica cómo estaba, ya que Fred y George, en cuanto vieron a los tres chicos, decidieron decirle lo que pasó horas antes con Hannah.

Las dos amigas tuvieron una conversación intensa y profunda, en la que Hermione intentaba tranquilizar a Hannah de sus ansias de matar a Sirius Black, y Hannah se contenía para no llorar, o para no destrozar la habitación a golpes.

Aunque cuando Hermione cayó rendida en los brazos de Morfeo, su mejor amiga comenzó a llorar de nuevo.

Como decía, no fue su mejor noche.

Hannah se pone el uniforme de Gryffindor y ata su corbata con sus ojos levemente hinchados y la nariz roja. Realmente no tiene ganas de asistir a clase, pero no le queda otra.

Se lava los dientes, ya que no tiene hambre y no va a desayunar, pero aún así va al Gran Comedor para acompañar a sus amigos y su hermano.

Harry en cuanto la ve la abraza, y ella cierra los ojos en ese abrazo. Necesitaba eso, y solo lo necesitaba de Harry.

—¿Estás bien? —pregunta el chico.

—Eso, Fred y George nos contaron que estabas bastante mal —dice Ron comiendo cereales.

—Estoy bien —sonríe la chica mirando a sus amigos.—Pero voy a tener que hacerle un Obliviate a los zanahorios —bromea haciendo que los tres se rían.

Hermione, Harry y Ron desayunan mientras hablan de que hoy los dos mellizos irían con el profesor Lupin para aprender un hechizo llamado Expecto Patronum. Hermione comienza a decirles que es un hechizo muy complicado que solo un buen mago puede hacer, pero ninguno le hace caso, ya que ellos quieren conseguirlo.

—Además, ¿tu miedo no era tu primo? —pregunta Hermione.

—Bueno... Ese es uno de tantos miedos, pero un dementor puede llegar a matarte, y después de ver lo que hacen y como reacciona Harry, es obvio que está en mi lista de miedos —le dice a su amiga.