Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

iv

Los dos hermanos salen rápidamente del castillo buscando a la profesora McGonagall para poder hablar con ella para ir a la excursión a la que van todos los alumnos.

—Os recuerdo que la visita a Hogsmeade supone un privilegio. Si vuestra conducta en la escuela es deficiente en cualquier sentido, se os privaría de cualquier derecho —los mellizos se acercan a la profesora con el papel amarillento y ella los mira.—Sin autorización firmada no hay visita a la villa, esa es la regla Potter.

—Los que tengáis permiso seguidme, los que no no deis un paso más —dice Finch empezando a andar.

—Pero profesora si usted la firmara podríamos ir... —dice Harry mirándole.

—Yo no, solo un pariente o tutor puede firmarla, puesto que no soy ninguno de ellos no puedo —habla mirando a los chicos.

—Es lo más cercano a un tutor, profesora —se queja Hannah y McGonagall hace una mueca.

—Lo siento, chicos, es mi última palabra —comienza a andar hacia la puerta.

Hannah y Harry suben dos escalones y miran a Hermione y a Ron.

—No podemos ir, chicos —dice Hannah.

—Nos vemos luego —termina Harry y se meten en el castillo.

Los dos hermanos van a la sala común de Gryffindor y se sientan en el sofá un rato mientras miran al techo.

—Esto es un maldito aburrimiento, voy a matar al tío Vernon por no firmarnos la autorización —dice Hannah.

—Hablando de los Dursley, ¿por qué dijiste que Dudley te daba miedo? —dice Harry mirando a su hermana.

Es cierto que Hannah tiene un secreto que ni siquiera su hermano sabe porque le avergüenza decirlo, pero cuando ve su rostro lleno de compasión, se prepara para contárselo.

—Harry... Esto nadie lo sabe, ni quería que lo supiera nadie, pero...

—Soy tu hermano, Hannah, nadie te va a entender mejor que yo —dice asintiendo, dándole confianza.

—Lo sé, lo sé —la chica suspira y mira al techo buscando las palabras para decírselo.—Ha pasado este verano, estaba en la calle con una de las mellizas Pichel, y... Bueno, Dudley vino con sus amigos en tu busca, pero como no sabía donde estabas, pagaron todo conmigo.

—¿Q-qué te hicieron? —pregunta Harry esperándose lo peor.

—Lo mismo que te hacen a ti —la chica aprieta sus labios y mira sus manos.—Asustaron a Andie para que no vieran lo que me hacían, pero cuando comencé a correr todo se tornó a peor. Me pillaron y me empezaron a dar golpes por doquier.

—¿Por eso te inventaste que tuviste una pelea con Andie? —chilla Harry levantándose rápidamente.—¡Cuando lleguemos a Privet Drive lo mato! ¿Cómo no me habías dicho nada?