Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

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Los pies de la chica se movían rápido por los pasillos del castillo, acompañada de su mejor amiga.

Ambas caminaban rápidamente en silencio, sus nervios estaban a flor de pie y lo único que necesitaban era sentarse en aquella mesa de madera y rellenar el folio.

Hermione camina mirando al frente, guiando a Hannah de la mano para que no se choque con nada ni nadie, mientras la pelinegra lo hace mirando todos sus folios llenos de apuntes.

Los exámenes finales habían empezado una semana atrás, un mes y medio después del baile de Navidad, y este era su último test. Donde se decidía si se graduaban o no.

Hannah mira al techo mientras repite una y otra vez en su cabeza todo lo estudiado, y a causa de los nervios vuelve a mirar los folios buscando respuestas a ninguna pregunta que se hacía. Simplemente necesitaba tener algo que mirar.

Hermione se gira hacia ella mientras caminan y niega con su cabeza.

—Déjalo ya, Hannah. Te sabes todo y aunque no te supieras algo, por estar mirándotelo cinco minutos antes del examen no se te va a quedar.

Hannah la mira seria, con cara de pocos amigos y vuelve a bajar su cabeza para seguir mirando sus folios.

Después de unos minutos, nota como Hermione suelta su muñeca y entonces se percata de que ya están en el Gran Comedor para hacer el examen.

Allí todas las mesas de las casas y los profesores han desaparecido para en su lugar estar pupitres en cinco filas. Algunos están sentados en las sillas, mientras que otros están en la puerta hablando con sus amigos. Una gran reloj se encuentra al fondo de la sala y Hannah se fija en la hora.

—Madre mía, diez minutos, Hermione, ¡diez! —habla nerviosa.

—Lo sé, Hannah —asiente ella.

—Hola chicas —dice Harry llegando con Ron, el cual se está comiendo las uñas.

Hermione al verlo, frunce su ceño y se acerca, y alejándole la mano de la boca dice.

—No te comas las uñas, Ron, ¿sabes la de infecciones que puedes coger? Las uñas tienen muchos microbios.

—Estoy muy nervioso, ¡voy a suspender! —exclama el chico lanzándose a los brazos de su novia.

—Madre mía, otro —dice ella.—Por dios, que os entre en la cabeza a Hannah y a ti que os habéis estado preparando mucho tiempo para esto, habéis hecho exámenes de este examen durante todo el curso, ¡y no los habéis suspendido!

—¿Estás nerviosa, Hannah? —pregunta Harry.

—Cállate, estoy estudiando, no puedo perder el tiempo —masculla ella.

—¿Estudiando? —pregunta Ron separándose de los brazos de Hermione.—¿El qué? A ver, déjame ver.

Ron se acerca a ella, y se sienta a su lado, apoyando la espalda en la pared, coge unos cuantos folios que Hannah tiene desparramados por el suelo y se pone a leerlos.

Harry y Hermione miran a los chicos incrédulos, pues parecían dos locos sacados de siquiátrico ahora mismo. Hannah llevaba un moño despeinado y el uniforme de Hogwarts todo mal puesto; se había puesto unos pantalones en vez de la falda, los cuales se los robó a Harry, su camisa de botones estaba medio salida de dentro de los pantalones y su túnica estaba arrugada. La corbata la tenía mal puesta, con un lado más largo y otro más corto. Ron tenía su rojo pelo hecho un lío, algunos cabellos se le salían en punta quedando bastante gracioso. Su ropa era un desastre, estaba toda arrugada y mal puesta, los botones de su camisa mal abrochados y sin darse cuenta se había puesto un par de zapatos diferente.