xlviii

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Dean mueve sus dedos por la espalda de Hannah proporcionándole caricias mientras la chica yace dormida. El moreno se apoya en su brazo mirándola mientras una sonrisa aparece en sus labios.

Nunca creyó tener algo con Hannah Potter, siempre la tuvo como un amor imposible, pero después de la guerra cada vez que se encontraban en la reconstrucción de Hogwarts hablaban largo y tendido y siempre terminaban dándose algunos besos tontos. Y aunque no son novios como tal, él le gusta sentirlo así.

Hannah abre sus ojos lentamente y se gira para encontrarse con los ojos marrones del chico mirándola fijamente. Sonríe mientras se estira y se sienta apoyando su espalda en el cabecero de la cama.

Ella no siente lo mismo que Dean ni por asomo, es cierto que en un principio lo que pasaba pasaba porque Hannah estaba tan decepcionada y enfadada con Draco, que sentía que el chico era su escapatoria. Vil y cruel, sí. Pero pasado el tiempo a la chica le empezó a gustar como él la trataba, le empezó a coger cariño, pero no siente que sean pareja. No está lista.

Su relación con él no se parece en nada a la que tenía con Malfoy, con Dean todo es tranquilo, pacífico y sereno, y con Malfoy siempre estaban al borde del precipicio. Siempre era difícil verse, hablar o estar juntos, pero cuando lo estaban era lo mejor para ambos. Con Draco siempre tenía aquella adrenalina y felicidad plena, el chico verdaderamente le aportaba a ella, le hacía reír, enfadarse y la apoyaba cuando la chica se encontraba mal o tenía que llorar. Él estaba ahí, hasta que todo cambió y se fue a la mierda. Sin embargo, con Dean no se enfada ni llora, pues todo es de color rosa.

Y Hannah no sabe si eso le gusta o si es lo que necesita. No piensa en el platinado, no lo hace desde hace al menos un año, pero inconscientemente lo extraña. Extraña todas sus idas y venidas, sus enfados y discusiones, incluso extraña que sean sus manos quien la toque. Pero no lo admite y se engaña a ella misma y a todos los de su alrededor. No quiere admitirlo porque desea olvidar a aquel chico y todo lo que tenga que ver con él. Está furiosa, decepcionada y triste.

—¿Cuánto llevas despierto? —pregunta Hannah.

—Un rato —contesta Dean.—¿Quieres desayunar? Ya mismo tenemos que irnos.

Hannah asiente, y vistiéndose mira al chico.

—Va a ser el primer año que Harry y yo no tengamos que preocuparnos por si hay alguien que quiera matarnos —bromea haciendo reír a Dean.

—Por fin tendréis un año tranquilo —sonríe.

Se muere por sacar el tema del platinado, necesita tener esa conversación con ella, aclarar las cosas y poder estar tranquilo, pero sabe que no puede. No debe.

Cada vez que ha intentado hablar con ella de él, ella se ha mostrado reacia y ha cortado de golpe la conversación. No quiere hablar de él, no quiere saber nada de él. Por lo que Dean solo puede tragarse las ganas de hablarlo y hacer como si nada pasara.

Dean realmente se había enamorado de ella, había estado tanto tiempo esperando ese momento que cuando sucedió una explosión de emociones se desató en su interior. Él sabe que ella no siente lo mismo en la misma intensidad, que después de Draco, Hannah se había vuelto algo más borde y fría y que no se dejaba avasallar por nadie. Varias veces había intentado hacerle la gran pregunta "¿quieres ser mi novia?", pero la chica siempre se la ingeniaba para salir de aquella situación y no llegar a eso.

Finalmente, Dean se dio por vencido, y ha acabado entendiendo que lo suyo es sexo y de vez en cuando mimos. Está bien con eso, pues al menos de esa manera está con ella, por mucho que le gustara ser algo más.

Los chicos bajan las escaleras y cuando entran en la cocina ya está el desayuno preparado. Ambos se sientan y mientras comen van hablando.

—¿Qué planeas hacer cuando nos graduemos? —pregunta el moreno.

Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora