Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

xxi

Cuando la locomotora para de hacer ruido, todos los alumnos comienzan a coger sus pertenencias y salen de esta de forma ordenada.

El cuarteto de oro camina callado, cada uno sumido en sus pensamientos, cuando escuchan la voz del platino acercarse.

—Me sorprende que el Ministerio te haya dejado suelto, Potter —dice Draco parándose a su lado.—Espero que haya una celda con tu nombre en Azkabán.

Harry se intenta lanzar hacia él, pero Ron y Hannah intervienen y lo paran antes de que se meta en otro lío.

Malfoy se aleja un poco y después peina su flequillo hacia atrás siguiendo su camino después de echarle una mirada a Hannah, quien se ha quedado un poco descolocada.

—¿Veis? Lo que os decía, completamente loco —les dice a sus amigos.

—¡No te acerques a mi! —le grita el mellizo mientras Ron sigue sujetándolo.

—Es Malfoy... —le dice el pelirrojo.—¿Qué esperabas?

—Él no es así –murmura Hannah mientras sigue caminando.

—No te atrevas a defenderlo, Hannah —le dice su hermano.—¡Estás ciega! Te gusta el hijo de uno de los seguidores de Voldemort, el hombre que mató a nuestros padres, y el que planea matarnos a nosotros.

Hannah no responde y aprieta sus labios mientras todos siguen caminando, pero Harry no iba a parar, no ahora.

—¡Hannah, ¿me estás escuchando?! —dice cogiéndole del brazo.—Es Draco o yo, tú eliges.

El cuerpo de Hannah da una sacudida y su corazón comienza a palpitar fuertemente. Su ceño se frunce y su boca se abre levemente para dejar escapar un pequeño suspiro de rabia. Aprieta sus puños y se deshace del agarre de su hermano.

—No me puedes hacer elegir entre nada, ni nadie. No eres mi padre, eres mi hermano y encima pequeño así que no te atrevas a darme un ultimátum entre tú o Malfoy —le dice Hannah cabreada mientras lo señala con su dedo.

—Lo hago porque me importas —le responde su hermano.

—No Harry, no lo haces por eso. Lo haces porque eres un egoísta, porque si realmente te importara no me harías elegir y me dejarías ser feliz el tiempo que sea con Draco, aunque haya consecuencias después, así que no te atrevas a decirme que te importo en una circunstacia como esta, porque no te creo —la chica termina y sigue caminando con Hermione al lado.

—Los dos os habéis pasado, Hannah, él no debería haber llegado a ese punto, pero tú tampoco le deberías haber dicho que no crees que le importes —dice Hermione apretando sus labios mientras se sientan en la mesa de Gryffindor.

—Me da igual, es un egoísta de mierda, que solo piensa en él y en su bienestar, y estoy harta de que por cualquier cosa que yo haga él se cabree y piense que es mejor, joder —bufa la ojiazul.