Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

xxv

Hannah abre sus ojos rápidamente cuando cae en la cuenta de que se está quedando dormida. Mira a su alrededor y ve como todas las chicas Gryffindor duermen plácidamente.

Apretando sus dientes sale de la cama la cual hace un leve crujido cuando la pelinegra se levanta de esta. Hannah se queda estática en su lugar y vuelve a echar un vistazo por si alguna se ha despertado.

De puntillas camina cuidadosamente y sale de la habitación para empezar a bajar las escaleras rápidamente. Da varias vueltas por la sala de Gryffindor mordiendose la uña del dedo índice sin llegar a arrancársela.

—¿Lo voy a hacer? Lo voy a hacer —susurra dando vueltas.—Ay, joder que miedo... Ya he quedado con él —suelta varios suspiros y pone su pelo tras la oreja.—Vamos campeona, tú puedes.

Dicho esto, sale de la torre de Gryffindor y se dirige rápidamente hacia la torre de astronomía iluminando el camino con su varita y con sumo cuidado de que ningún profesor la pillara.

Sería bueno que Snape la pillara y le preguntase dónde iba a estas horas. “Sí, a ver profesor, voy a perder la virginidad con Draco Malfoy, si no le importa...”

—¿Hannah? —murmura Draco detrás de ella.

Esta da un respingo y se gira completamente aterrorizada.

—Joder que susto —la chica pone una mano en su pecho.

—¿Por qué estamos aquí? —pregunta el chico y después sonríe.—Esto me recuerda al tercer año cuando tuvimos que dormir todos en el Gran Comedor y tú fuiste al baño —se ríe.—Te asusté.

—¿Te acuerdas de eso? —se ríe Hannah y comienza a andar hacia la Sala de los Menesteres con Draco a su lado.

—Sí... ¿Dónde vamos? Mira que mañana tengo examen y lo voy a suspender por tu culpa, Potter.

—Cállate —rueda los ojos la chica y entonces la puerta comienza a aparecer ante ambos adolescentes.

—¿Qué es esto? —frunce el ceño el platinado acercándose.

—Esto es lo que no puedes decirle a nadie, nunca —le dice seria y acto seguido ambos entran.

Dentro de la sala pueden ver una cama bien acomodada y una mesa a cada lado de esta.

Draco alza sus cejas intentado entender la situación y cuando lo hace mira a la ojiazul sorprendido.

Hannah mira la cama con el corazón a mil por hora replanteandose si debería hacer esto o no, los nervios están a flor de piel y es muy notable ya que no para de mover la pierna derecha. Mira a Draco a los ojos y lleva sus dedos índice y pulgar a los lagrimales de sus ojos pensando.

–Esta es la Sala de los Menesteres —le dice volviendo a abrir sus ojos.

—Sí... He leído sobre ella, pero... ¿por qué hay una cama? ¿No debería haber... no sé, una mesa de estudio? —pregunta divertido para intentar que Hannah se desprenda un poco de los nervios.

Hannah suelta un sonido desde el interior de su garganta y lo mira preocupada.

—Bueno... yo pensaba que... —carraspea.—Da igual, podemos irnos —dice nerviosa.

—Nena... estoy de broma, sé exactamente por qué estamos aquí —dice y después mira hacia la cama.—A ver, no es difícil deducirlo, la verdad...

Hannah asiente y se remueve en su lugar sin saber que hacer. Es obvio que Draco también está nervioso, no es su primera vez pero sí lo es con la persona que le gusta por lo que toma una respiración profunda, coge la mano de la ojiazul y ambos se dirigen a la cama.