Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

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La bombilla de la habitación de los Potter parpadea rápidamente haciendo que a la pelinegra se le haga imposible leer.

Alza la mirada hacia la lámpara y resopla varias veces para después mirar su varita y morder sus labios.

—Aún eres menor, Hannah —susurra recordándose a sí misma que no debe hacer magia fuera de Hogwarts.

Se hace un nudo a la camiseta negra que lleva puesta debido al calor que hace y con un pulverizador se echa agua por la cara.

Sale de la habitación y lentamente camina escaleras abajo para buscar algo para comer. Entra silenciosamente en la cocina y ve a sus dos tíos muertos de calor en el sofá mientras ven la televisión, mientras tanto, la chica, abre el cajón de las galletas y saca un paquete que comienza a comer.

De pronto, Harry y Dudley aparecen en la casa mojados de agua y Petunia suelta un alarido mirando a su hijo.

Hannah deja a un lado las galletas y se acerca a su hermano rápidamente.

—¿Qué ha pasado? —murmura mirando a Dudley.

—Dementores —dice de igual modo Harry mientras sus tíos hablan -o lo intentan- con Dudley.

—¿Dementores? —frunce el ceño Hannah.—¿En Privet Drive?

—¿Ya estamos contentos? —grita Vernon.—Al final lo has... Habéis conseguido —los mellizos se giran para mirar a su tío y este se acerca a ellos.—¡Lo habéis vuelto tonto!

Hannah lame sus labios y después los muerde para evitar que una carcajada salga de lo más profundo de su garganta y mira a Harry esperando a que este diga algo.

—No digas eso —dice la señora Dursley.

—¡Míralo bien, Petunia! ¡Nuestro hijo se ha quedado bobo! —grita de nuevo acercándose al adolescente sentado en el sofá y con la mirada perdida.

Una lechuza se estrella contra la ventana del salón, deja un sobre y se marcha tan rápido como ha llegado.

Hannah se acerca a coger el sobre y frunce el ceño.

—Es para ti, Harry —esta le tiende el sobre y nada más abrirlo de este sale un papel y se para frente la cara de Harry.

—Estimado señor Potter, ha llegado a conocimiento del Ministerio de Magia que a las seis y veintitrés de esta tarde ha convocado el hechizo Patronus en presencia de un muggle. Al haber violado claramente el decreto para la razonable restricción del uso de magia en menores queda por la presente expulsado de la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería —el sobre se rompe en pedacitos y termina esparcido por el suelo.

—No puede ser verdad —dicen a la vez los mellizos mirándose.

—¡Justicia! —dice el tío Vernon sonriendo.