Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

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—¡Dudley, suéltame! —grita Harry intentando zafarse de los brazos de su primo.

El castaño oscuro empuja al pelinegro haciendo que su mejor amigo, Piers Polkiss, coja sus brazos y Dudley comience a golpear el estómago de su primo como si de un saco de boxeo se tratase.

Hannah sale al jardín de la casa de los Dursley's y en un arrebato de valentía empuja a Dudley alejándolo de su hermano.

—Deberías meterte con alguien de tu tamaño intelectual, Dudley —le dice Hannah mirándolo fijamente con sus ojos azules oscurecidos.

—¿Qué haces aquí? —pregunta su primo.—Te dije que esperaras dentro, iría a por ti cuando terminase con él.

—¿No eres ya un poco mayorcito para seguir con estos juegos? —pregunta la chica agarrando el brazo de su hermano y tirando con fuerza hacia sí misma, haciendo que Piers lo suelte.

—¿Tú no eres ya un poco mayorcita para...? —Dudley para en mitad de la oración para pensar que responderle y Hannah rueda sus ojos.

—Me aburres —la chica se gira, y con su hermano, entran de vuelta a la casa.

Pero si se creen que los dos matones se van a estar quietos, están muy equivocados. Dudley y Piers se adentran en la casa tras ellos y Dudley es esta vez quien sujeta a Harry por los brazos.

—Ahora vas a presenciar como Piers hace mujer a tu hermana —dice Dudley lo suficientemente alto como para que Harry lo escuche.—Espero no tener que hacerlo yo.

El vello de Harry se eriza cuando escucha las palabras que dice su primo, y su respiración se vuelve agitada haciendo que su pecho suba y baje con rapidez.

—No —murmura cuando ve como Piers agarra a su hermana por la cintura.—¡Hannah, sal corriendo! —le grita moviéndose bruscamente entre los brazos de su primo.

Piers alza a Hannah y está le da golpes en su cabeza con el codo para que le baje, sin embargo, el rubio no cede.

El calor que proviene del nerviosismo se empieza a apoderar de Harry al ver que no puede hacer nada para salvar a su hermana, y la tensión abunda en el cuerpo de Hannah mientras se intenta librar del fuerte agarre de Polkiss.

El chico hace que los dos terminen en el sofá y Dudley se acerca a este con Harry aún entre sus brazos, mientras que Piers se acerca a la pelinegra buscando sus labios y con una de sus manos agarra las dos de la chica.

La ojiazul gira su cabeza y arquea la espalda tratando de que la suelte, pero eso no ocurre en ningún momento.

—¡Pegadme a mi!, ¡haced lo que queráis conmigo, pero no la toquéis a ella! —grita Harry, su vena resalta en el lado derecho de su cuello.

Piers, alto de que la chica no pare de moverse, le propina una fuerte bofetada, haciendo que su nariz sangre un poco.

Los latidos del corazón de Hannah son rápidos, tan rápidos que piensa que en cualquier momento se saldrá de su pecho, pero eso sería mejor que estar bajo el cuerpo del cerdo de Polkiss. Su respiración está agitada, y su pecho se mueve rápidamente mientras recobra el sentido y mira a Piers sin poder creer lo que está pasando.