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Los azules ojos de la chica miran de forma interesada el cuaderno marrón en sus manos. 

La bolsa de Malfoy se quedó tirada en la arena con todos los libros, cuadernos y demás cosas que esta tenía dentro en el momento en el que el chico y Blaise volvieron al castillo para que Madame Pomfrey examinase la cara del platinado, y fue Hannah quien recogió sus cosas y las llevó consigo.

No había visto al chico desde ayer que pasó aquello, por lo que seguía con sus cosas en la habitación. Es fin de semana, por lo que llega a la conclusión de que esté haciendo reposo y no salga hasta el lunes para ir nuevamente a clases. 

La pelinegra no le había vuelto a dirigir la palabra a Dean por mucho que él se empeñase en acercarse para hablar con ella. Sabe que tiene que hablar con él, pero ahora mismo siente que si lo ve el puñetazo se lo dará ella. 

Sin poder esperar más, abre el cuaderno por la primera página y su cuerpo se estremece al ver finos trazos negros dibujados en la hoja. Recoge sus piernas, dejándolas dobladas apoyadas en su pecho encima de la cama y sus ojos examinan todas las hojas restantes.

Su boca se seca al darse cuenta que todos esos dibujos son de ella, ella es la que está dibujada en aquel papel amarillento. Sus dedos acarician el dibujo donde aparecen ella y Draco, y no le cuesta reconocer que se trata de la foto que Colin les hizo en el cuarto año a ambos. 

Puede observar como en la esquina superior derecha, con la bonita caligrafía de Draco, está escrito una frase: Di que estaremos juntos siempre; dime que seremos tú y yo hasta los últimos días, permitámonos estar juntos siempre, a pesar de los altibajos, estaremos juntos siempre.

Los ojos de la chica se encharcan instantáneamente y aprieta sus labios con fuerza sin dejar salir las lágrimas. Había estado equivocada tanto tiempo respecto al chico, había pensado que él ya no la quería, que la había olvidado fácilmente, que jamás fue a buscarla, pero entonces, todo aquel cuaderno repleto de dibujos de ella le hacen ver cuan desacertados han estado sus pensamientos. 

Sus dedos siguen moviéndose hasta la última hoja dibujada, este, a diferencia de los demás, está incompleto. Reconoce su medio perfil, mientras sus ojos miran al frente, y su ceño está fruncido. Hannah acaricia el dibujo, y sonríe sabiendo que lo dibujó hace unos días atrás. 

Soltando un pequeño suspiro cierra con cuidado el cuaderno y lo guarda en la bolsa negro del chico, debía encontrarlo y devolverle sus cosas. Se siente algo mal al haber mirado sus cosas, es una chismosa en toda regla, pero le ha podido saber porque siempre lleva con él aquel cuaderno viejo. 

Se levanta de la cama, y colocándose la bolsa en su hombro baja las escaleras. En la sala común se encuentran su hermano y sus amigos, y dedicándoles una sonrisa sale de allí bajo la mirada de ellos. 

Haciéndose un moño, debido a los nervios, camina hacia las mazmorras de Slytherin, no sabe como va a entrar pero lo va a hacer, necesita entregarle a Draco sus propiedades, y en el fondo desea ver como se encuentra. 

Cuando baja las escaleras, algunos alumnos de Slytherin la miran con su ceño fruncido, preguntándose que hacía una Gryffindor allí. Ella camina seriamente mientras mira a todos aquellos que la miran, haciéndoles apartar la mirada. 

Cuando llega a la puerta piensa como entrar, pues la contraseña cambiaban todos los años, y "sangre pura" ya no lo era. Un suspiro escapa de sus labios cuando la llaman desde atrás, y girándose se encuentra de frente con uno de los niños con los que estuvo hablando ayer de camino a Hogsmeade.

—Hala, jamás pensaba encontrarte aquí —le sonríe.—No creía que los Slytherin fueran de tu agrado.

Si tú supieras.

Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora