EPÍLOGO

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6 meses después de la boda.

Las manos de la pelinegra se posan en el ya abultado estómago. Apenas lleva tres meses de embarazo, pero su barriga crece por momentos.

Mientras mira el periódico acaricia con la yema de sus dedos su tersa piel. Sus ojos se arrastran hasta el dibujo de uno de sus pequeños alumnos, donde sale ella con una gran barriga y el pequeño de su mano, alrededor varias mariposas y flores.

Hannah sonríe mirándolo y se apoya en su mano. Nunca había estado tan feliz.

Primero, se casó con el amor de su vida. Después, entró como profesora en el colegio donde siempre quiso dar clase. Y por último la noticia de su embarazo.

Aún no lo creía, y recordaba una y otra vez el momento donde se lo dijo a Draco. El platinado se quedó serio durante unos segundos, con su ceño levemente fruncido y pasando la mirada de los ojos de Hannah a su estómago, para después acercarse a ella y darle un gran abrazo y besos por toda la cara.

Nada le hizo más feliz en ese momento que saber que iba a ser padre.

Hannah nota como unas manos se posan en sus hombros y sonríe para girar su cabeza. Malfoy le besa los labios dulcemente y después se sienta a su lado, levanta su jersey y posa su mano encima de su estómago.

—Hola bicho, ¿cuándo vas a salir de ahí? Tu madre está más insoportable que de costumbre, por favor, no te tardes mucho.

Hannah pone sus ojos en blanco mientras sonríe.

—No le digas bicho —le regaña.—Y te recuerdo que fue tu culpa, no dijiste las palabras mágicas.

Draco sube la cabeza para mirarla.

—Es que contigo al lado se me olvida todo, amor —sonríe y deja un beso sobre su barriga, para después apoyar la cabeza y cerrar los ojos.—Hoy ha sido un día largo.

Hannah lleva sus manos al cabello del chico y lo acaricia, haciendo que rápidamente todo él deje de estar tenso.

—Siempre lo son —susurra.—Pero estoy feliz de estar de nuevo en casa contigo.

La chica muerde su labio mirándolo.

—¿Qué te apetece para cenar? —pregunta levantándose.—No me lo digas... Espaguetis.

Hannah abre su boca.

—Con atún y salsa de tomate, sí sí, ya lo sé —se ríe el platinado y de nuevo besa sus labios.—Ahora mismo te traigo tu comida, amore mio —dice en un perfecto italiano y se encamina a la cocina.

La pelinegra suelta un suspiro de felicidad y sigue mirando el periódico a la vez que la televisión suena de fondo. En la cocina, escucha a Draco trastear y tararear una canción y entonces su estómago da un vuelco.

Hannah aprieta el papel entre sus manos arrugándolo y frunce su ceño. El dolor dura unos segundos antes de desaparecer y es cuando vuelve a respirar con tranquilidad, pero tras unos minutos, este vuelve siendo más insoportable y le es imposible no gritar.

Draco rápidamente sale de la cocina y se acerca a su mujer.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —pregunta con rapidez.

—Algo está pasando... —se queja Hannah.—¡Me duele!

Draco dirige su mirada hacia el estómago de ella y sus ojos caen hasta la entrepierna, donde un líquido oscuro se empieza a esparcir.

—Hannah, vamos al hospital —le dice.—¿Puedes levantarte?

Hannah asiente, y apoyándose en la mesa levanta todo si cuerpo, mostrando una gran mancha de sangre en el sitio donde estaba sentada.

Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora