Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]

xix

—¿Todo listo? —pregunta Herms a Hannah mientras la mira.

La pelinegra mira su muñeca con el corte que hizo Pettigrew en esta, pensando en todo lo que ha pasado este año y lo raro que ha sido.

Han intentado matar a los hermanos más de una vez, y aún encima un mortífago se infiltró en Hogwarts con la poción multijugos.

Todo ha sido un descontrol y lo único que ronda en la cabeza de Hannah es que Hogwarts no es un lugar seguro, y que nunca lo ha sido.

—Sí —responde levantándose y cogiendo sus cosas, para después sacarlas del castillo y llevarlas hacia el Expreso de Hogwarts.

Draco y Hannah no hablaron desde el momento en el que la chica vio como el padre de este era seguidor del hombre que mató a sus padres e intenta matar a los hermanos Potter. Lo ha estado evadiendo y apartando su mirada del rubio en cada momento y en cada lugar que se veían, y por más que el chico haya intentado hablar con ella, y le tirara notitas en clase que ella ni siquiera leía, no ha conseguido su objetivo.

Es evidente que Hannah lo último que quiere es hablar con él, se siente decepcionada porque creía saberlo todo sobre el Slytherin que creyó ser su amigo, y ahora se encuentra con esta bomba, si se lo hubiera contado las cosas hubieran sido diferentes, pero no lo hizo y ahora hay consecuencias.

—¿Estás bien? —pregunta Hermione mientras ambas chicas entran en el compartimento en el que los otros dos integrantes del cuarteto de oro están.

—Sí —habla la pelinegra y se sienta al lado de su hermano, en la ventana.

—Hannah, todo ha pasado ya, ¿vale? —le dice Harry colocando su mano en su muslo en un intento por tranquilizarla.

—No ha pasado nada, Harry, ¿crees que Voldemort va a estarse quietecito en su casa o donde quiera que esté? —sus ojos azules con pigmentos verdes se vuelven intensos mientras mira los verdes de su hermano.—Él va a venir, va a venir a matarnos porque somos parte de una profecía, un profecía de hace catorce años y tiene que acabar de alguna forma y esa es la forma, acabando con nosotros. Así que no digas que todo ha pasado, porque esto solo acaba de comenzar —suelta de golpe Hannah con su voz temblando notablemente y aparta la mirada de él para mirar por la ventana.

El silbato del Hogwarts Express suena fuertemente y la locomotora comienza a andar dejando atrás el castillo.

Los tres amigos se miran entre sí, pero no dicen ni una palabra más. Saben que no es momento de decir nada.

Hannah tiene tanto miedo que ese miedo se convierte en furia, y lo paga con quien no tiene la culpa. Ella lo sabe, pero no puede hacer otra cosa que explotar y más cuando no dejan el tema a un lado.

Sus ojos se vuelven pesados y finalmente termina cayendo en un profundo sueño.

—¿Harry? —pregunta la chica levantándose de la cama de los Dursley.