Evadiéndola [Pierre Gasly] ✓

Capítulo 44.

4 de Julio, 2021.
El Havre, Francia.

La psicóloga dijo que haga cosas que me hagan sentir yo nuevamente. Por lo que me encuentro en el centro comercial luego de la carrera, en la cual no le fue tan bien a Pierre.

Camino por el gran lugar sin saber exactamente qué estoy buscando. Quizás ropa, quizás zapatos... Pero no, me detengo frente a la vidriera del local de ropa interior que venía a comprar aquellos conjuntos de lencería que tanto le gustaban a él.

Ingreso al lugar y sonrío al ver un conjunto rojo de encaje. Mi cuerpo desde el accidente cambió un poco, adelgacé y tengo más cicatrices, aunque eso no significa que no me guste sentirme hermosa, o que simplemente es algo natural que tengo que aceptar. Compro ese conjunto rojo que me hizo ingresar al lugar, junto a uno blanco y otro negro. Salgo de allí y camino en dirección a las tiendas de ropa de fiesta.

Me quedo plasmada al ver un vestido corto de seda blanco aperlado, ingreso al lugar donde lo venden y no lo tengo que ver dos veces para saber qué será mío.

Cuando estoy caminando en dirección a la salida del centro comercial, mi celular suena.

Madison: Sé que estás sola.
Madison: ¿Qué tal te encuentras?
Madison: ¿Necesitas algo?

Suspiro al leer los mensajes y me detengo en el medio del gran lugar para contestarle a mi chica.

Yo: Estoy bien.
Yo: Te amo, Madison.
Yo: Prometo irte a ver en cualquier momento.
Yo: Obvio, si tú quieres.
Madison: Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti, Sadie.
Madison: También te amo.

Camino a la salida del gran lugar, pero me tengo en una cafetería. Quizás un café me venga genial.

°°°

5 de Julio, 2021.
El Havre, Francia.

El timbre de la casa suena sin parar y, aún con solo una toalla alrededor de mi cuerpo, me dirijo a la entrada.

-¡Ya voy, joder!-Grito, mientras corro con cuidado hasta la puerta-. ¡Si rompes el timbre más te vale pagarlo porque me enojaré!

El timbre sigue sonando y estoy preparada para insultar, o usar mi yeso para golpear a quien no tiene paciencia, pero esto se va a la mierda en el momento que veo que la persona del otro lado es alguien a quien conozco muy bien.

-¿Qué haces aquí?-Jadeo.

-No me llamas, creí que lo mejor era venir hasta aquí-Me dice el nuevo piloto de Ferrari-. Ahora vístete antes de que te enfermes, mientras yo pongo la cafetera. Te abrazaría pero tocarte en este estado se sentiría muy raro.

Una sonrisa se forma en mi rostro, y no dudo cuando paso mis brazos sobre sus hombros para abrazarlo. No sabía lo mucho que necesitaba ver a Carlos hasta que lo tuve frente a mi.

-Oh, mujer, de verdad te extrañe-Me dice adentrándonos a la casa y besando mi sien-. Ahora, vístete, que tú y yo debemos hablar muy seriamente.

Asiento con la cabeza, y tras unos segundo me separo de él para, luego, caminar a paso apresurado hasta mi cuarto. Una vez dentro, me pongo frente a mi ropero para optar por algo cómodo, ya que realmente hoy no tengo que salir de la casa. Me visto con una camiseta negra y un pantalón de chándal de Alpha Tauri. Me cepillo rápidamente el cabello y tras salir de la habitación me dirijo a la cocina.

-Hay olor a café en la casa-Sonrío al ver a mi amigo frente a la cafetera, pero con su atención en el celular.

Él me da una pequeña sonrisa y me pasa una taza. Ambos nos sentamos frente a la mesa de la cocina y me habla.