Extra II.

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Alai Gasly.
17 años.

6 de Mayo, 2041.
Milán, Italia.

Ser hija de un piloto de fórmula 1 no es fácil y mucho menos cuando le tienes pánico a aprender a conducir.

-Hija, solo tienes...

-¡Papá, estoy a dos instrucciones más de abrir la puerta y tirarme del puto auto!-Ladro-. ¡Jodidamente ya sé lo que debo hacer!

Él me mira con sus grandes ojos azules, idénticos a los míos, y asiente de forma frenética con la cabeza.

-¡Entendido, jefecita!-Canturrea-. Nada de órdenes.

Suspiro aliviada.

Empiezo a conducir el Mclaren que mis padres me regalaron por haber entrado a la universidad de Milán con la mejor nota en derecho. Porque si, Alai Christine Gasly Banks será la mejor abogada de este jodido lugar, obviamente que primero siempre estará mi abuelo. El gran Oliver Banks.

Doy la vuelta en el estacionamiento del supermercado en el que nos encontramos, siempre intentando no hacer nada ni peligroso, ni estúpido.

-Papi-Lo llamo luego de detenerme tras unos pocos metros.

-¿Si?

-No me gusta conducir...

Su risa es divertida, siento como toma mi mano y besa mis nudillos.

-Ya lo noté, cielo.

-¿Podemos decirle a mamá que aprendí más que ayer?

Hago un pequeño puchero y pongo mi cara de perrito mojado, esa que uso exclusivamente para conseguir lo que quiero de su parte.

-¿Y arriesgarme a que ella se entere?-Bufa-. Te amo con todo mi ser, mi niña, pero hay solo una cosa a la que le temo y es a tu mamá si descubre que le miento.

Sadierre (como a Charlie le gusta llamar a mis padres), son la típica pareja que te hace creer en el amor, mis padres están hace casi veinte años casados. Mamá cuando habla de papá es para decir lo mucho que lo ama, pero siempre menciona lo difícil que fue en muchos momentos, más cuando él se iba y quedaba ella sola con tres niñas, pero ambos crecieron juntos, maduraron y se dieron cuenta que pese a todo, el amor siempre fue lo que los unió. Obviamente no descarto posibles peleas que casi terminan en divorcio, además de que se con certeza de que cuando era pequeña hubieron unas semanas en las que papá no vivió con nosotras, pero como la gran Sadie Gasly dice: "siempre sobrevive el amor".

-Papi...-Hago un nuevo puchero que lo hace reír y pongo el auto nuevamente en marcha.

-Cuando era pequeña me ponía feliz cuando George te ganaba en qualy-Vuelvo a hablar.

El chillido del hombre dramático a mi lado me hace reír.

-¡Retira lo dicho, Alai Christine Gasly Banks!

-Nop.

Doy una vuelta por el estacionamiento y lo estaciono con extremo cuidado en el lugar que mi papá ordena. Una vez hecho eso suspiro aliviada.

-No estuvo tan mal, ¿no?

Entrecierro mis ojos y lo miro con disgusto.

-Siempre apostaba por el tío Charles en las carreras.

-¡Ah!-Jadea mientras soba su pecho-. Solo por eso le diré a tu mamá que lloraste durante toda tu clase de manejo.

-¡Papá!

Él se ríe para luego mirarme con su carita de inocencia.

-¿Sí, mi pequeña nena?

Me muerdo el labio inferior y niego con la cabeza.

Evadiéndola [Pierre Gasly] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora