4. A los perros les gusta el caramelo

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Bakugo siguió sin dar señales de vida por los siguientes cuatro días.
Realmente no me preocupaba, cuando se enojaba conmigo solía pasar un par de días sin hablarme, y en esta ocasión se había enojado aún más de lo normal así que supongo que era de esperarse una reacción así.

Aunque eso no evita que me sienta un tanto mal por esto, no tengo a nadie con quien salir además de Bakugo, así que no abandoné mi casa a menos que fuera para conseguir algo de dinero con un par de asaltos menores.
Podría intentar conseguir un trabajo, pero las veces que lo había intentado con anterioridad siempre me terminaban despidiendo por alguna tontería relacionada con que yo fuera un Kappa.

- Hmm, este me gusta, pero se ve muy caro...

Suspiré mientras seguía mirando mi celular, estaba buscando un nuevo juguete por una tienda en línea, tenía ganas de ampliar mi pequeña colección.
Desde hace un tiempo tenía ganas de comprar un arnés, o aunque sea otro dildo de alguna forma curiosa, pero la mayoría estaban muy caros o no eran de mi gusto.

- Ah, bueno, que importa. Mejor iré luego con Bakugo a echar un vistazo a alguna tienda

Arrojé el celular a un lado y me dejé caer sobre mi cama. Espero que se le pase pronto el enojo, me pregunto si no debería ir a su casa a disculparme por... ¿Intentar ayudarlo?

Un par de golpes en la puerta de la casa interrumpieron mis pensamientos. Aizawa no estaba, así que en un inicio intenté ignorar el sonido y esperar a que la persona se fuera, pero sea quien sea el bastardo que está tocando tan insistentemente no parece estar dispuesto a marcharse.

- Maldita sea... ¡Ya voy!

Me puse de pie de mala gana y me apresuré a salir de mi cuarto y bajar las escaleras. Ni siquiera me puse unas sandalias o algo, bajé descalzo e ignorando que estaba vestido con un short viejo que usaba de pijama y un suéter gastado que tenía un estampado de gatitos.

Abrí la puerta bruscamente y le grité a la persona que estaba tocando sin siquiera molestarme en ver primero quién era.

- ¡¿Qué mierda quieres?!... Ah, Ho-hola... No te vas a enojar más por esto, ¿Verdad?

El enojo se me esfumó de golpe al darme cuenta de que era Bakugo quien estaba ahí de pie. Ya estaba comenzando a practicar internamente como robar por mi vida, sin embargo, afortunadamente Kats parecía estar de buen humor ya que simplemente me apoyó la mano en la cabeza mientras suspiraba con fastidio.

- Me la pones difícil, pero no me molestaré más por esto

- ¡Genial! Aunque tú eres el que toca la puerta como un desquiciado, pudiste haberme mandado un mensaje o algo

- Lo hice

Ups, tal vez me distraje demasiado...
Me disculpé mientras invitaba a amigo a entrar, él ya había venido en otras ocasiones a mi casa pero siempre intentaba que él y Aizawa no coincidieran a encontrarse, por alguna razón me parecía sumamente incómodo que él se encontrara con mi tutor, que es un maestro de la escuela a la que él quiere ir.

Él ya sabe que Aizawa es mi tutor, y realmente no parece darle mucha importancia, pero aún así me pone de nervios.

- Deja tus zapatos ahí

- Sí, si, ya lo se

Fui hacia las escaleras y esperé pacientemente al pie de estas, hasta que finalmente Bakugo cambió sus zapatos por unas sandalias y se acercó a mí. De inmediato me di media vuelta y subí las escaleras, en dirección a mi cuarto.

- ¿Qué con esa ropa que llevas puesta?

- Es mi ropa para dormir, déjame

- Son las malditas seis de la tarde, o te cambiaste muy pronto o no te has bañado ni cambiado en todo el día

Hilos / -Todoroki, Deku Y Bakugo X Male Reader (Omegaverse)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora