39. Caza de conejos

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No supe ni siquiera en qué dirección corrí, lo único que había en mi mente era alejarme lo más posible de ahí. Sin embargo, por más que corriera sentía el terror del fuego del infierno en mi mente y en mi cuerpo, gracias a la maldita unión de mi kosei con Todoroki.
Si tan solo pudiera anularlo de alguna forma, pero ni siquiera puedo concentrarme lo suficiente para eso.

- Vete, s-solo vete por favor. Déjame solo... ¡A-aléjate!

Únicamente me detuve al chocar contra alguien más, y aún con esas la única razón por la que me detuve fue porque la otra persona me tomó bruscamente de los hombros.
Por un instante me puse a la defensiva, pero al encontrarme de frente con esa mirada tan conocida de ojos rojos como rubíes, no pude evitar sentir otra cosa que no fuera un inmenso alivio, incluso aunque pareciera tan intensamente molesto.

- ¡Aquí estás, bastardo! ¡Si piensas que voy a dejar que me humilles de esa forma vas a...!

- ¡B-bakugo!

Ignoré por completo sus palabras y lo abracé con fuerza.
Él se quedó quieto por unos segundos, antes de reaccionar y tirar de mi ropa para intentar alejarme.

- ¡¿Q-que crees que haces idiota?! ¡No creas que voy a olvidar lo que hiciste solo por esto...! Espera, ¿por qué tú... tiemblas?

El tono de su voz se suavizó de golpe al hacerme notar el desagradable temblor que me recorría el cuerpo, me aferré a su uniforme cuando sentí cómo se me doblaron las rodillas como consecuencia del alivio tan repentino que sentía.
Bakugo de inmediato me sostuvo y me ayudó a sentarme con cuidado sobre el suelo.

Ahora que podia relajarme, todo el terror y tristeza que sentí hace un momento, y que la adrenalina ayudó a bloquear en gran parte, me cayó encima de golpe.

- ¿Qué sucedió?

Negué con la cabeza, intenté hablar pero mis pulmones y garganta estaban totalmente ocupados en tratar de evitar que me quedara sin aliento por lo acelerada que seguía mi respiración.

- E-esa... cosa... Él...

Me callé de golpe cuando Katsuki me rodeó firmemente con sus brazos, al mismo tiempo que comenzaba a repartir unas caricias increíblemente gentiles por mi espalda.

- Primero ocúpate de calmarte, tonto. Puedes decírmelo después

Sentí que los ojos se me humedecían rápidamente, por lo que me apresuré a cerrarlos con fuerza mientras asentía y escondía el rostro en su pecho.

Kats me dejó quedarme ahi, desahogandome en silencio. Se estaba tan cómodo de esta forma, y era tan poco común que él me dejara estar así, que no me moví ni dije nada en absoluto hasta que él me pidió que le contara qué había sucedido.

Sabía que no iba a terminar nada bien, pero necesitaba decírselo a alguien y mi único "alguien" para este tipo de cosas siempre sería Katsi así que terminé contándole todo el breve pero horrible incidente.

- Malditos hijos de....

Su agarre se hizo un poco más fuerte, sosteniéndome más firmemente contra él. Me acurruqué en su pecho, disfrutando de la sensación amplia y cómoda de sus pectorales. Incluso su aroma a vinagre me parece reconfortante en este momento.

- ¿Cómo te sientes ahora? Llevabas bastante sin tener que lidiar con ese trauma de mierda, si no fuera por ese bastardo mitad y mitad...

Quería defender a Shouto, pero no tenía muchos ánimos para eso en este momento.
En su lugar, tomé suavemente una de las fuertes manos de Bakugo, acariciándola con cuidado.

Hilos / -Todoroki, Deku Y Bakugo X Male Reader (Omegaverse)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora