Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú]

Delphini Odette Dumbledore

...

Albus la miró estupefacto, tratando de entender lo que Neela le acababa de decir, sintiendo como de repente todo el tiempo al rededor de él se detuvo, no podía creerlo, no podía ser cierto.

—Neela... no sé por qué tu abuela te dijo tal mentira, o qué está tratando de ocultar con eso— dijo pronunciando las palabras con dificultad, aún en shock por lo que su alumna le acababa de decir —Eso no es posible.

—A menos que sea infertil, profesor— repuso, y el mago sabía que no lo era, así que sólo bajó la mirada.

—No puedo creerlo, yo lo recordaría, estoy seguro— la rubia negó, sacando del bolsillo de su túnica lo que parecía ser un collar —¿Qué es eso?.

—Mi abuela es una mujer poderosa profesor— explicó mientras se paraba de su asiento —No sólo revolvió su memoria, también le quitó los recuerdos, los borró y después se los robó— invitó a Dumbledore a seguirla y éste obedeció, cuando estuvo junto a ella, tomó sus manos, tan frías como las de un cadáver —Sabía que ésto pasaría, así que me dio ésto.

El mago observó el frasco, y pudo saber rápidamente de lo que se trataba —Mis recuerdos...— Neela asintió, tragando saliva con dificultad.

—La pregunta es, profesor ¿Está usted dispuesto a recordar?— Albus se lo pensó unos minutos, pues en realidad estaba aterrado de lo que podía haber olvidado, pero terminó aceptando —De acuerdo...

Neela se dirigió al pensadero, lo colocó en medio de ambos y regó los recuerdos sobre el agua, llevando su mirada hacia Dumbledore, quien miraba las aguas como si de su perdición se trataran, lo que la disgustó un poco.

Suspiró fuertemente para darse valor y procedió a acercar su cabeza, para después ser ingresado a la memoria, encontrándose de nuevo en el Valle de Godric, y esperanzado buscó con la mirada su casa, deseando que hubiera aparecido antes del accidente que le arrebató la vida a su hermana.

Pero sus ideas se desvanecieron cuando se vio a sí mismo caminar con la mirada baja hacia el cementerio con un ramo de rosas en mano, y por el físico podía adivinar que ya tenía más de 20 años, lo que le hizo formar una mueca.

Siguió al joven Albus hasta el cementerio, admirando junto con él la tumba de su hermana, la cual no había visitado en mucho tiempo. Pero algo en la calle llamó su atención, pues una joven mujer se paseaba por ahí, aparentemente perdida, soltando maldiciones al no poder encontrar la dirección que buscaba.

Así que el Albus de 24 años se dirigió hasta ella después de dejar las flores en la tumba de su hermana, llendo hasta la joven Agra.

—¿Necesitas ayuda?— preguntó llamando su atención, y cuando ella volteó se quedó sin aliento y palabras al ver a tan apuesto mago parado frente a ella, lo cual no era normal en una persona con el carácter que ella tenía.

—Er... Sí... Yo... E-Estoy buscando ésta dirección, pero acabé aquí— dijo viendo el cementerio —Creo que está claro que nadie vive aquí— añadió sin pensarlo, colorándose al ver la tontería que había dicho —Por Merlín, eso fue muy grosero... Lo siento— repuso desviando la mirada avergonzada, pero Albus sólo rió.

—Estás en lo cierto. ¿Puedo?— preguntó refiriéndose al mapa que tenía en manos, y ella asintió extendiéndole el papel, y el color en el rostro de Albus se esfumó de repente —¿Verás a Bathilda Bagshot?— ella volvió a asentir.

—Tengo unas preguntas que hacerle— repuso.

—Por aquí— indicó Dumbledore empezando a caminar con ella a su lado, y después de unos minutos en silencio, Agra habló.