Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú]

Malas Noticias

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Neela abrió los ojos lentamente, sintiendo la sábana cubrirla y a Tanatos acostado en el hueco que sus rodillas dejaban, cuando movió los dedos de su mano derecha sintió el rose de una piel bajo éstos, además de un peso en el dedo anular que antes no estaba ahí.

Y cuando su vista se acostumbró a la luz del día, vio que Tom estaba profundamente dormido a su lado, y con su brazo abrazando su espalda desnuda. No pudo evitar sonreír al recordar todo lo sucedido la noche anterior, viendo con felicidad el anillo en su mano.

Se acurrucó más contra él rodeando su abdomen mientras dejaba su cabeza reposada en su pecho, sintiendo cosquillas cuando sentía su respiración chocar contra su cuello, asombrandose al darse cuenta de que su abuela ya sabía lo que Tom iba a hacer.

Apesar de todo ésto, al ver el anillo no podía evitar recordar los asesinatos que su novio había cometido en el pasado, y el fragmento de su alma que estaba ahí resguardado —Fragmento de su alma— murmuró para sus adentros, al fin entendiendo por qué se lo había dado.

Tom le dijo que lo hacía para asegurarse de que no dudara, y confió plenamente en ella como para darle algo tan importante para él como una parte de su alma, literalmente, entregándole su vida en sus manos.

Ésto le hizo olvidar los asesinato y el hecho de que la joya que tenía en sus manos (o más bien dedo) era un horrocrux. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Tanatos se posó en su cadera con un reloj de bolsillo colgando en su pico.

Neela vio la hora '9:30' abrió los ojos como platos al ver que iba tarde a su reunión con su abuela y ella ni siquiera estaba vestida, así que con ninguna gana se paró de la cama y tomó algunas prendas de ropa vistiendose rápidamente deseando que Tom no se despertara.

Escribió una nota que dejó sobre su almohada, saliendo del cuarto y después de la casa a toda prisa con Tanatos volando atrás de ella, y al llegar a la casa en ruinas se detuvo en la puerta para recuperar el aire que le faltaba, encontrándose con su abuela, que la veía atenta, cuando levantó la mirada.

—Lindo anillo— dijo con disgusto al posar su mirada en la mano de su nieta para comprobar su visión, y Neela estaba casi cien por ciento segura de que ella sabía lo que realmente era ése accesorio.

Pero antes de que pudiera decir algo más, empezó a caminar hasta la sala, donde Neela notó algo que no estaba la última vez, un cuadro. Se acercó curiosa a verlo y a todas las personas en el, la mayoría eran mujeres con rasgos asiáticos y habían pocos hombres ahí colocados, con un aspecto diferente.

—Mi padre era Alemán— explicó mientras servía una taza de café —Vino a India por negocios pero la belleza de mi madre lo dejó impactado, no lo culpo— caminó hasta su nieta ofreciéndole la taza —La familia de mi madre era de Filipinas, se mudaron a India cierta fecha y aquí echamos raíces.

Neela fijó su mirada en una mujer joven de tez pálida, sonriente, de cabello negro y ojos del mismo color, ésta estaba posada junto a una Agra más joven mientras le tocaba el hombro con su mano.

—Ella es Nagini, el vivo retrato de nuestra madre, y yo de mi padre. Era mi hermana más cercana; aunque también tuve hermanos, dos, murieron en un altercado, vivir con tres hermanas fue más difícil de lo que te podrías imaginar— añadió mientras se sentaba en la misma silla del día anterior —Por cierto, ayer se me olvidó disculparme por lo de tu brazo, fui un poco extremista— Neela le restó importancia mientras volteaba a ver su muñeca, sorprendiendose al ver que no había ni rastro de la cicatriz que tenía el día anterior.

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—Dolió— se quejó Neela tallando las partes en las que había dejado marca con resentimiento, Agra puso los ojos en blanco y tomó un libro grueso a su lado, soplando el polvo de encima haciendo toser a su nieta —¿Y eso qué es?.