Compartimiento No. 13

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Jonathan no podía creer lo que le estaba pasando, la semana no podía ir a peor, sólo faltaba que fuera víctima de una de las muchas bromas de Peeves o la destituyeran de su título como prefecta.

Aprovechando el descanso de las dos últimas horas de clase porque la profesora de DCAO se encontraba frágil de salud, se dirigió a Hogsmade, y como las tres escobas no le daría lo que necesitaba se dirigió a Cabeza de Puerco.

Se encontraba sentada en la barra con 6 vasos vacíos que antes contenían whisky de fuego, el séptimo estaba en su mano y ahora igual estaba vacío. Un gesto desagradable se formó en su rostro cuando el caliente líquido atravesó su garganta.

Pero aún así pidió otro, el bartender se negó pero cuando los ojos de Dora cambiaron a amarillos como cuando se transformaba, de mala gana sirvió un trago más.

La puerta se abrió al momento que acabó su trago, un muchacho se acercó a ella mirándola enojado, volteó lentamente para reconocer a quién la observaba. Aunque tuvo que entrecerrar los ojos para poder ver su cara.

—¿Tom?— preguntó dudando de su visión—Gemelo de Tom— saludó a la borrosa réplica que claramente no se encontraba ahí mientras pedía otro trago.

—No— intervino él, rechazando la bebida, el cantinero lo miró agradecido por ya haberse librado al fin de esa estudiante irresponsable—Suficiente, nos vamos— cuando llegó a la puerta y miró a sus espaldas se dio cuenta de que ella no lo seguía.

Aún estaba tomando las últimas gotas de whisky que quedaban en los caballos cuando Tom se los quitó, ella lo miró enojada—La fiesta apenas empezaba, vamos ¿No quieres probar?— preguntó balbuceando y arrastrando la lengua al hablar.

—¿Estás borracha?— preguntó observando sus vagos gestos y cómo casi cae al piso al momento que se paró.

—¿Cuál cucaracha?— estresado suspiró, observándola saludar a una silla y disculparse cuando se tropezó con otra.

—Nos vamos— repitió ahora más seguro tomándola por la cintura y alzandola por los aires mientras ésta trataba de zafarse para volver a la cantina.

—Hueles rico— dijo de repente relajandose un poco más e inhalando fuertemente la ropa de Tom—También tus ojos, es decir, no huelen rico, pero son muy lindos— pensando que se podía sostener ya, Riddle la soltó para que pudiera caminar por su cuenta, pero al hacerlo casi cae.

Ella sólo se rió mirando el piso que estaba a dos centímetros de su cara, la paró y se colocó para montarla en su espalda empezando a caminar hacia el castillo 'Yupi' dijo ella aferrándose a su cuello para no caer.

—Eres lindo— Tom volvió a suspirar tentado con dejarla caer y meter su cabeza en un balde de agua fría para que se recompusiera—Eres listo, pero muy terco y obstinado, apesar de que te digan que 'no' tú dices 'sí' pasando sobre los demás y te admiro por eso, nunca te rindes.

Trató de no escuchar lo que decía, ya que sabía que en estos momentos sólo diría tonterías por su condición, pero no evitó sentirse halagado con las palabras de su ex-amiga.

—Te extraño— soltó de repente, decidió empezar a ignorarla porque ahora sí empezaba a desvariar—Desde aquel momento que te conocí en el parque, supe que serías importante para mí, pero jamás imaginé que tanto.

Miró el cielo sin pena alguna en sus ojos porque no parecía medir bien sus palabras, o no estar consciente de que las decía almenos. Abrazó por la espalda a Tom haciéndolo exaltarse, nunca antes alguien lo había abrazado y le sorprendió descubrir que se sentía muy bien.

Enamorada De Tom Riddle [Tom Riddle y Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora